Jean Seberg

ORO (La leyenda de la ciudad sin nombre)

Elemento químico metálico de color amarillo brillante. El más dúctil y maleable de los metales, muy buen conductor del calor y la electricidad. Escaso en la corteza terrestre, donde se encuentra nativo y muy disperso. Se usa en joyería, en la fabricación de monedas y, aleado con platino o paladio, en odontología. (RAE)
Se denomina fiebre del oro a un período de migración apresurada y de forma masiva de trabajadores hacia áreas más rústicas, en las que se había producido un descubrimiento espectacular de comerciales de oro. Suele referirse en especial al que se produjo en California (Estados Unidos) entre 1848 y 1855. (Wikipedia)

«Los hombres tienen la piedra de toque para probar el oro; pero el oro es la piedra de toque para probar a los hombres»
Thomas Fuller (1608-1661) Eclesiástico e historiador inglés

LA LEYENDA DE LA CIUDAD SIN NOMBRE (Paint your wagon) – 1969

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Director Joshua Logan
Guion Alan Jay Lerner y Paddy Chayefsky
Fotografía William A. Fraker
Música Frederick Loewe
Producción Paramount
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 160m. Color
Reparto Lee Marvin, Clint Eastwood, Jean Seberg, Harve Presnell, Ray Walston, John Mitchum, Tom Ligon, Alan Dexter.

«Las chicas inventadas son las mejores, pero yo lo que necesito ahora es una de las peores»

Rutilante aleación de western crepuscular y comedia musical, basada en una pieza teatral escrita por la provechosa dupla Lerner/Loewe, que tomaba como pretexto la creación de una ciudad en plena fiebre del oro californiana para dirimir con idealismo, naturalidad y entusiasmo el presuntamente inmoral pacto afectivo que estipulan un recatado granjero de Michigan y un antitético buscador de metal para compartir la mujer que ambos aman. En la séptima y última película de su filmografía, Joshua Logan sacó a relucir sus mejores cualidades como realizador e insufló de dinamismo narrativo a esta oda a la libertad y la escasez de prejuicios, enriquecida por unos inspirados diálogos, la compenetración interpretativa entre sus protagonistas y un considerable puñado (quizás algo excesivo) de buenas canciones. Entre ellas, sobresalen la maravillosa They call the wind Maria, la romántica balada I talk to trees (cantada por el mismísimo Clint Eastwood) y, cómo no, la ya mítica Wand’rin’ star, declamada por Lee Marvin con su singular voz penetrante y resquebrajada.

Otras películas ambientadas en época de FIEBRE DEL ORO

La quimera del oro – Charles Chaplin (1925)
El tesoro de Sierra Madre – John Huston (1948)
El árbol del ahorcado – Delmer Daves (1959)

CIGARRILLO (Al final de la escapada)

Uno de los formatos más populares para el consumo de tabaco. Un cigarrillo es una planta seca normalmente de tabaco picado envuelto por una hoja delgada de papel en forma de cilindro. Comúnmente presenta integrado un filtro para reducir los daños a la salud. (Wikipedia)

«Buscaba una canción y me perdí en un montón de palabras gastadas. No hago otra cosa que pensar en ti y no se me ocurre nada. Enciendo un cigarrillo, y otro más. Un día de esos he de plantearme muy seriamente dejar de fumar, con esa tos que me entra al levantarme» (canción No hago otra cosa que pensar en ti)
Joan Manuel Serrat (1943-) Cantautor, compositor, actor, escritor, poeta y músico español

AL FINAL DE LA ESCAPADA (À bout de souffle) – 1959

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Director Jean-Luc Godard
Guion Jean-Luc Godard
Fotografía Raoul Coutard
Música Martial Solal
Producción Impéria Films/Société Nouvelle de Cinema/Les Productions Georges de Beauregard
Nacionalidad Francia
Duración 89m. B/N
Reparto Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Jean-Pierre Melville, Jean-Louis Richard, Jean-Luc Godard.

«No sé si estoy triste porque no soy libre o si no soy libre porque estoy triste»

Este emblemático debut en la realización de Godard supuso un título tan esencial como determinante a la hora de consolidar aquel desafiante y revolucionario movimiento que impulsaron los jóvenes críticos de Cahiers du Cinéma, bajo el nombre de Nouvelle Vague, para subvertir los cánones del clasicismo y orientar el Séptimo Arte hacia una inaudita senda de libertad técnica y expresiva. Desarticulando las convenciones del lenguaje cinematográfico con espontánea ligereza a partir de un estilo discontinuo a base de secuencias inacabadas, saltos temporales, virtuosos travellings con la cámara al hombro o largos y repetitivos diálogos, surtidos de cuantiosos cigarrillos e improvisadas apostillas románticas, narraba la fugaz historia de amor que brota en la capital parisina entre un gángster perseguido por la policía y una joven burguesa estadounidense con aspiraciones de escritora. Inspirada en un hecho real y dedicada a las cintas de serie B de la Monogram Pictures, supuso el descubrimiento de Belmondo y Jean Seberg, muy cómodos en la piel de unos personajes tan imbuidos de cinismo y falsa vanidad como repletos de sensibilidad y ternura.

Otras películas recordadas por el compulsivo consumo de CIGARRILLOS de su protagonista

El sueño eterno – Howard Hawks (1946) / Humphrey Bogart
Empieza el espectáculo – Bob Fosse (1994) / Roy Scheider
El hombre que nunca estuvo allí (2001) Joel Coen / Billy Bob Thornton

PACIENTE (Lilith)

Sujeto que recibe los servicios de un médico u otro profesional de la salud y se somete a un examen, a un tratamiento o a una intervención. (Wikipedia)

“El arte de la medicina consiste en entretener al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad”
Voltaire (1694-1778) Escritor, historiador, filósofo y abogado francés

LILITH (Lilith) – 1964

Director Robert Rossen
Guion Robert Rossen
Fotografía Eugen Schüfftan
Música Kenyon Hopkins
Producción Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 126m. B/N
Reparto Warren Beatty, Jean Seberg, Peter Fonda, Kim Hunter, Jessica Walter, Gene Hackman, Anne Meacham, James Patterson, Robert Reilly, Walter Arnold.

«Ella quiere dejar la marca de su deseo en todas las criaturas del mundo. Si fuera César, lo haría con una espada. Si fuera poetisa, lo haría con palabras. Pero es Lilith. Tiene que hacerlo con su cuerpo»

Magnético e impenetrable tratado sobre la enajenación mental que puso el punto final a la carrera de un soberbio cineasta, que, de no haber sido por los fastidiosos tejemanejes del maccarthysmo, hubiera inscrito su nombre con letras de oro en la historia del cine norteamericano. La vampirizadora fascinación que una atractiva adolescente esquizofrénica, dotada de singulares dotes artísticas y concupiscentes, ejerce sobre su vulnerable cuidador terapeuta, hasta el punto de arrastrarlo hasta los mismísimos recovecos de su propio proceso de alienación, avanza con portentosa sensibilidad y un excitado romanticismo hasta converger en un drama psicológico tan visionario como indescifrable, encauzado a constatar la delgada línea divisoria que separa la pasión de la locura. Ni Warren Beatty ni Jean Seberg volvieron a brillar con tanto fulgor como en este poema de ambiente onírico, injustamente maltratado en el momento de su estreno, pero convertido hoy en día en una auténtica película de culto. A destacar su extraordinaria fortaleza visual, con una entonadísima fotografía en blanco y negro de Eugen Schüfftan.

Otras películas en las que uno de sus principales protagonistas actúa como PACIENTE

Despertares – Penny Marshall (1990)
El paciente inglés – Anthony Minghella (1996)
En la ciudad sin límites – Antonio Hernández (2002)