1. Capacidad humana de experimentar emociones y afectos, y de comprender.
2. Fuerza o energía para hacer, resolver o emprender algo. (google.es)
El estado de ánimo es una actitud o disposición emocional. No es una situación emocional transitoria. Es un estado, una forma de permanecer, de estar, cuya duración es prolongada y destiñe sobre el resto del mundo psíquico. (Wikipedia)
“Para conservar la buena salud en forma permanente, el estado de ánimo debe ser tomado en cuenta”
Robert Owen (1771-1858) Empresario y socialista utópico británico
TRES COLORES: AZUL (Trois couleurs: Bleu) – 1993
Director Krzysztof Kieslowski
Guión Krzysztof Kieslowski Y Krzysztof Piesiewicz
Fotografía Slawomir Idziak
Música Zbigniew Preisner
Producción France 3 Cinéma/MK2 Prod./Eurimages/CAB Prod./TSR/Zespo Filmowy «Tor»/CED Nacionalidad Francia/ Polonia/ Suiza
Duración 95m. Color
Reparto Juliette Binoche, Benoit Régent, Florence Pernel, Charlotte Véry, Philippe Volter, Hélène Vincent, Claude Duneton, Hugues Quester.
«Ahora me he dado cuenta de que sólo voy a hacer una cosa: nada. Ni más posesiones, ni más recuerdos. Ni amigos, ni amores, ni ataduras… No son más que trampas»
Inicio de la brillante trilogía dedicada a los tres principios que sintetizaban los ideales de la Revolución Francesa (simbolizados en los colores de la bandera del país: Libertad/Azul, Igualdad/Blanco y Fraternidad/Rojo), con la que el enigmático cineasta polaco reflexionaría sobre la situación de Europa y sus caóticos ideales en las postrimerías del siglo XX. En esta primera entrega, narraba el paulatino proceso de liberación emocional de una mujer, cuya vida ha quedado hecha añicos tras el trágico accidente de automóvil en el que pierde a su esposo, un reputado compositor, y a su pequeña hija. Un trascendente y conmovedor drama existencialista que desafiaba los sentidos para emprender una nueva reflexión sobre la vulnerabilidad del ser humano ante los fortuitos avatares del azar, dirigida con una sensibilidad devastadora e impregnada de una rotunda fascinación visual, en la que al igual que en las otras dos entregas resaltaba la tonalidad cromática del título, decisiva para expresar el estado de ánimo de sus protagonistas. La extraordinaria música de Preisner actuaba como vislumbre de la decisiva partitura inacabada (Concierto para Europa) que redime a la protagonista (sensacional Juliette Binoche) tanto en lo espiritual como en lo afectivo.
Otras películas que subrayan el frágil ESTADO DE ÁNIMO de su protagonista
El último – F.W. Murnau (1924)
Fuego fatuo – Louis Malle (1963)
El desierto rojo – Michelangelo Antonioni (1964)
Me intriga saber, Antonio, si no piensas que el tiempo ha descafeinado un poco estas tres películas. Yo me entusiasmé con ellas (incluso escribí un poemita de ‘Cinemas’, incluido en ‘Museo de bellas artes’, sobre ‘Azul’ en concreto). Son deslumbrantes las tres, todo un experimento estético. Total, como la ópera wagneriana. Pero al revisionarlas hace poco encontré muchos vacíos en ellas, cosa que no me sucede tanto, por ejemplo, con ‘El Decálogo’, que encuentro siempre fresco, como un Haneke. Pueden ser las películas o –simplemente, y casi seguro– puedo ser yo. Un abrazo, y gracias siempre por este blog.
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Debo confesarte que únicamente he visto dos entregas, precisamente las dos que se estrenaron en pantalla grande, «No amarás» y «No matarás«, y ambas me resultaron fascinantes. Tengo que encontrar un hueco para ver el resto de esta magna obra… En cuanto a esta trilogía, aún pareciéndome fascinante en su conjunto, sí percibo un mayor grado de pretenciosidad y una tendencia afectada a la poesía, algo que ya se percibía en menor grado en «La doble vida de Verónica«. Un abrazo, Félix.
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Kieslowski es uno de mis directores favoritos, inquietante. Compré la trilogía, la caja en plan fetichista está en mi biblioteca, forma la bandera de Francia. Admiro a Juliette Binoche como actriz y por su especial belleza. Me encanta tu selección de películas. Gracias por tu blog.
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Bien hecho, las películas que nos fascinan deben estar siempre a mano en nuestra videoteca. Juliette Binoche es una actriz maravillosa y tú eres más que amable con tu comentario, María. Gracias a ti por tu fidelidad al blog. Un abrazo.
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Esta vez no sólo me ha interesado la magnífica cita del principio del post, sino su autor. Robert Owen, empresario y socialista utópico. ¿Cómo? ¿Empresario y socialista utópico en la misma frase? Con mis neuronas colapsando como si fueran bolas de billar sobre el tapete verde y Eddie Felson hubiera iniciado la partida con su Balabushka, me apresuro a buscar a Robert Owen en la Wikipedia y, ¡bingo! En efecto, el tipo era un empresario que se esforzó en serio por la consecución de la felicidad de toda la sociedad. Animo a quien lea esto a que le eche un vistazo en la Wiki.
Una mina este blog, oiga.
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Espero que tus neuronas pervivan mucho más de lo que duraban las bolas de billar en el tapete cuando Eddie Felson se disponía a amortizar su Balabushka. Una vez más, muchas gracias.
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A mí esta película me dejó embobado. Tuve la suerte de verla en el cine y siempre la recuerdo como una gran experiencia visual, con ese color azul omnipresente. También me impacto Juliette Binoche, creo que fue la primera peli que vi de ella y, por supuesto, la música. Un abrazo, Antonio.
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El aspecto visual y su comunión con la banda sonora es uno de los principales atractivos de la película. Y, por supuesto, otro es sin duda la presencia de Juliette Binoche. Un abrazo, Raúl.
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