1. Capacidad de una persona para impedir que una impresión o estímulo externo altere su estado de ánimo.
2. Incapacidad de una persona para tener sentimientos o emociones que afecten a su estado de ánimo. (google.es)
«Los legisladores deben ser tan imparciales, tan impasibles como las leyes; los legisladores no deben dejar en su obra las huellas detestables de las pasiones»
José Joaquín de Olmedo (1780-1847) Abogado, político, y poeta ecuatoriano
EL CRACK (El crack) – 1981
Director José Luis Garci
Guión José Luis Garci y Horacio Valcárcel
Fotografía Manuel Rojas
Música Jesús Gluck
Producción
Nacionalidad España
Duración 126m. Color
Reparto Alfredo Landa, María Casanova, Manuel Tejada, José Bódalo, Miguel Rellán, Raúl Fraile, Manuel Lorenzo, Francisco Vidal, Maite Blasco.
“Soy detective privado, como en las películas, ya sabes. Un tipo duro y solitario que trata de sobrevivir en una sociedad podrida gracias a un trabajo sucio (…) Es un trabajo tan malo como otro cualquiera. Duermo poco, ando mucho y lo que veo no me gusta nada”
El oscarizado José Luis Garci pretendió redimir su latosa aportación al drama en época de transición con un apasionado díptico «noir» de trasfondo costumbrista sobre las andanzas de un tenaz y apesadumbrado detective madrileño, que bien puede ser considerado como una de las más estimables, significativas e influyentes contribuciones de la cinematografía española al género policíaco en su vertiente negra. Tanto este enérgico thriller dedicado a la memoria de Dashiell Hammett, con el impasible protagonista enfrascado en el peligroso cometido de hallar a la hija de un potentado leonés, como su espléndida secuela brindada a la figura de Raymond Chandler, EL CRACK II (1983), atinaban en cuanto a estilo, atmósfera y ritmo narrativo, apoyándose en sorpresivos giros del guión y unos diálogos exuberantes, lúcidos y serenos que evidenciaban la cinefílica pasión de su autor por los clásicos americanos. Un melancólico canto a la entereza profesional, a la heroicidad anónima, que consolidaba a su inolvidable protagonista como un actor todoterreno y pletórico de matices. En 2019, el cineasta retomó el personaje para firmar una precuela de fragancia teatral tan bienintencionada como naftalinosa, EL CRACK CERO.
Otras películas caracterizadas por la IMPASIBILIDAD del policía protagonista
Al borde del peligro – Otto Preminger (1950)
Harry el sucio – Don Siegel (1971)
Hana-Bi: Flores de fuego – Takeshi Kitano (1997)
Si señor, muy Bueno. Oeoooo!!!
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¡Gracias!
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No sé si Landa antes había hecho otro tipo de películas diferentes a esas españoladas de suecas y humor zafio, lo cierto es que me acuerdo que esta película cambió la idea que casi todos teníamos de este actor, lo vimos en otra dimensión interpretativa y sorprendió mucho su nuevo registro. También pasó algo parecido con Andrés Pajares cuando protagonizó «¡Ay Carmela! Un abrazo, Antonio.
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Sí, quizás ocurrió algo parecido, aunque haya que salvar distancias. Las cualidades interpretativas de Landa están muy por encima de las del bueno de Pajares. Un abrazo, Raúl.
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¿Cómo olvidar ese arranque en el bar de carretera, una noche cualquiera? Vareta y su compinche intimidando a los parroquianos («Si os portáis bien, Vareta no os hará daño») mientras hacen la colecta, hasta que le llega el turno al impasible tipo del bigote que está cenando en la mesa del fondo…
Alfredo Landa ya nunca volvió a ser el mismo.
Por cierto, la escena del bar (y ese golpe con el revólver en la entrepierna) supuso una epifanía en toda regla para Vareta (José Manuel Cervino), que dos años más tarde se convertiría en Frutos, todo un jefe de policía, en «El Crack 2». Y es que la impasibilidad de Germán Areta da para ese tipo de conversiones y más.
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Extraordinario apunte. Veo que tienes muy fresca la película… Un saludo.
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