1. Encierro (voluntario o forzado) de una persona en un lugar.
2. Lugar en el que alguien está encerrado o recluido. (Larousse Editorial)
«Aquel que con facilidad se desposa con la muchedumbre experimenta goces febriles de los que por siempre se verán privados el egoísta, aherrojado como caja de caudales, y el perezoso, recluido cual molusco» (poema Las muchedumbres)
Charles Baudelaire (1821-1867) Poeta, crítico de arte y traductor francés
EL CASTILLO DE LA PUREZA (El castillo de la pureza) – 1972
Director Arturo Ripstein
Guion Arturo Ripstein y José Emilio Pacheco
Fotografía Alex Phillips
Música Joaquín Gutiérrez Heras
Producción Churubusco
Nacionalidad México
Duración 114m. B/N
Reparto Claudio Brook, Rita Macedo, Diana Bracho, Arturo Beristain, Gladys Bermejo, Mario Castillón, María Rojo, Inés Murillo, David Silva
«Las bestias sólo buscan el placer y reproduciéndose perpetúan su horror y su asquerosidad. Es una cadena que sólo terminará con el fin de los tiempos. Con la gente es lo mismo; por las ratas he aprendido a conocer a los hombres. Son iguales»
Lejos de la ordinariez y el vocerío que presiden las directrices folletinescas latinoamericanas, Arturo Ripstein ha creado a lo largo de su trayectoria un universo personal, colorista y claustrofóbico, fruto de un vínculo entre el costumbrismo secular de su país y una solícita predilección por la reputada literatura internacional, y, pertinazmente destinado a explorar el lado más oscuro y perturbador del alma humana. Su primer gran film llegó con la reproducción de un caso verídico acontecido en 1950, que ya había inspirado la novela de Luis Spota La carcajada del gato (1964): un enajenado y despótico patriarca mantuvo encerrada en su casa a su familia durante dieciocho años, infundiéndoles ridículas teorías morales sobre la perniciosa corrupción del mundo exterior y obligándolos a fabricar un raticida que él mismo comercializaba. Esta inconcebible reclusión doméstica, representada en un abrumador, desalmado y pluvioso ambiente de extrema crudeza psicológica, fraguaba una interesante tesis sobre el paternalismo abusivo y propiciaba una rigurosa aproximación a la sombría situación por la que atravesaba la sociedad mexicana. Soberbia labor escenográfica y ponderada dirección de actores para un drama que tomaba su título prestado de un ensayo de Octavio Paz.
Otras películas sobre RECLUSIÓN
El enigma de Gaspar Hauser – Werner Herzog (1974)
Grey gardens – A.Maysles y D.Maysles (1975)
El anacoreta – Juan Estelrich (1976)
Querido Antonio, me has hecho descubrir una película que intentaré encontrar y ver. Me queda muchísimo por descubrir de Ripstein. Me impresionó LA REINA DE LA NOCHE, el retrato desgarrado de una mujer.
El argumento de la película El castillo de la pureza me ha traído a la cabeza otra que también va con la palabra RECLUSIÓN y que fue como un mazazo para mí, me impresionó mucho. Se trata de CANINO de Giorgos Lanthimos.
Y otro tipo de RECLUSIÓN es el que vive un personaje de una novela que me fascina, de una de las hermanas Bronte, JANE EYRE. He podido disfrutar de casi todas sus versiones cinematográficas. Precisamente de ese personaje de la novela que vive recluido (y que llena las páginas de misterio e inquietud y también tristeza) se realizó otra novela maravillosa que recreaba su vida: Ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys.
Besos
Hildy
PD: Un gran placer la pequeña contribución a tu buen blog en la entrada de CORDIALIDAD. MIl gracias.
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Tanto ésta como «El lugar sin límites», probablemente las dos grandes obras de los setenta del realizador mexicano, son dos joyas que deben ser vistas por una aficionada al cine como tú. Sobre todo, si ya has caído rendida ante alguna de sus películas de los noventa…
Con tus recomendaciones, siempre magníficas, me aportas un film que había olvidado (de no ser así, no hubiera dudado en utilizarlo como alternativa) y que guarda numerosos punto de contacto con el que nos ocupa. Lo tendré muy en cuenta para verlo en cuanto pueda.
En cuanto a tu contribución al blog, no dudes que el placer ha sido mío. Un placer que no estaría mal volver a repetir…
Un abrazo.
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No la he visto pero, por lo que cuentas, me recuerda a una película griega relativamente reciente: «Canino», con algunos premios en festivales y muy polémica. Saludos Antonio
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Tú comentario llegó al unísono junto al de Hildy. Ambos os dísteis cuenta de las numerosas similitudes que la película de Ripstein guardaba con la otra más reciente de Lanthimos.
Muchas gracias, Raúl, por tu apreciación.
Un saludo.
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La tengo pendiente, y con muchas ganas de verla.
Saludos.
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Espero que te guste… Es una película espléndida y fundamental en la historia del cine mexicano.
Un saludo.
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Es sin duda una de las mejores películas de su país y un auténtico tratado psicológico y, por qué no, demostración de atávicos convencionalismos y prejuicios sociales en ciertas comunidades cerradas o no (aquí lo importante son las «oclusiones» mentales). No he leído la novela, pero el matarratas que vende el padre es más que metafórico o simbólico. También las excentricidades e inseguridades llevadas a tal grado de obsesión tienen finalmente su respuesta. Todos hemos conocido vía prensa casos increíbles ocurridos en sociedades y submundos ancestrales, aunque recientes, en los que los progenitores tenían encerrados a sus hijos por estar lastrados de enfermedades mentales o malformaciones congénitas, anteponiendo sus escrúpulos religiosos, morales o sociales a la propia salud y decencia de los suyos. Un clásico indiscutible y, cómo no, totalmente desconocido para el gran público. Una obra maestra.
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Sí, no deja de ser curioso que la filmografía de Ripstein no alcanzara demasiada repercusión internacional hasta mediados de los ochenta, concretamente con «El imperio de la fortuna», cuando ya llevaba otras veinticuatro películas a cuestas.
En efecto, ésta es una de las mejores y más características, pues indaga en su pertinaz reflexión sobre la incapacidad del ser humano en alterar su propia naturaleza.
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