Setsuko Hara

PROFUNDIDAD (Crepúsculo en Tokio)

1. Propiedad de lo que ahonda hasta lo más oculto o esencial de algo.
2. Intensidad y fuerza del pensamiento o sentimiento. (reverso.net)

“Si no hubieras sufrido como has sufrido, no tendrías profundidad como ser humano, ni humildad, ni compasión. No estarías leyendo esto. El sufrimiento abre el caparazón del ego, pero llega un momento en que ya ha cumplido su propósito. El sufrimiento es necesario hasta que te das cuenta de que es innecesario.”
Eckhart Tolle (1948-) Escritor y guía espiritual alemán

CREPÚSCULO EN TOKIO (Tôkyô boshoku) – 1957

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Director Yasujirō Ozu
Guion Yasujirō Ozu y Kogo Noda
Fotografía Yuuharu Atsuta
Música Takinori Saito
Producción Shôchiku
Nacionalidad Japón
Duración 140m. B/N
Reparto Ineko Arima, Kamatari Fujiwara, Setsuko Hara, Chishu Ryu, Isuzu Yamada, Kinzo Shin, Nobuo Nakamura, Eiko Miyoshi.

«Dicen que es más fácil amar a los nietos que a tus hijos. (…) ¿Puede el amor, por así decirlo, saltarse una generación? No lo creo. Si lo hace, es una tragedia. El amor por los hijos es un instinto primitivo animal.»

Dos hermanas conviven a las afueras de Tokio con su padre, abandonado por su esposa cuando ambas eran niñas. La mayor ha huido del hogar conyugal junto a su hijo y la menor se ha quedado embarazada sin desearlo. La súbita reaparición de su madre trastocará aún más sus penumbras afectivas y las impulsará a afrontar situaciones tan trágicas como determinantes. En su último trabajo en blanco y negro, Ozu propuso otro melodrama familiar de concluyente sobriedad y delicadeza, en esta ocasión, tamizado con una profundidad emocional bastante más áspera, sombría y pesimista de lo habitual. Infundiendo dinamismo, crudeza e intensidad a su inconfundible sucesión de meticulosos encuadres estáticos de altura baja, aireados con breves planos exteriores, el maestro japonés confrontaba tradición y modernidad para bucear en las profundidades del ser humano y reflexionar con madurez, serenidad y absoluto respeto sobre temas como el fundamental aporte de la figura materna o el perdón como herramienta vital para sanar las heridas del pasado.

Otros melodramas que destacan por su riqueza y PROFUNDIDAD emocional

El crepúsculo de los dioses – Billy Wilder (1950)
El ferroviario – Pietro Germi (1956)
Esplendor en la hierba – Elia Kazan (1961)

COMPENDIO (El otoño de la familia Kohayagawa)

La noción de compendio refiere a una exposición resumida que reúne lo más importante de una temática que ya se expuso con anterioridad o que resulta conocida (…) Aunque constituyen un resumen de algo más extenso, suele incluir datos detallados y que permiten la comprensión del asunto de interés. (definicion.de)

«La felicidad es suma y compendio de lo que uno ha ido haciendo con su vida»
Enrique Rojas (1947-) Médico español catedrático de Psiquiatría

EL OTOÑO DE LA FAMILIA KOHOYAGAWA (Kohoyagawa-ke no aki) – 1961

Director Yasujiro Ozu
Guion Yasujiro Ozu y Kogo Noda
Fotografía Asakazu Nakai
Música Toshiro Mayuzumi
Producción Toho
Nacionalidad Japón
Duración 103m. Color
Reparto Ganjiro Nakamura, Michiyo Aratama, Setsuko Hara, Chishu Ryu, Daisuke Kato, Reiko Dan, Keiju Kobayashi, Hisaya Morishige.

«No sé cómo los jóvenes piensan de esto hoy, pero creo que es agobiante vivir con alguien sin carácter. En mi caso, por ejemplo, si un hombre es algo salvaje antes de casarme no me molestaría, pero nunca me casaría con alguien sin carácter. Puedes cambiar el comportamiento, pero no el carácter»

En su penúltima realización, Ozu formalizó una especie de melancólico compendio de sus constantes temáticas y estilísticas en pos de una nueva exploración por los rincones más complejos del alma humana, donde armonizaba con metódica exquisitez costumbrista y un encomiable sentido crítico diferentes disyuntivas de carácter afectivo y familiar, tales como las postreras jugarretas amorosas de un anciano comerciante de sake, las dificultades por las que atraviesa su negocio o el esperanzador anhelo en encontrar la estabilización afectiva de dos de sus primogénitas. Acreditando una vez más su particular don para enaltecer la superficialidad de lo cotidiano y captar con intuitiva condescendencia la pulsación interior de sus personajes, y, protegiéndose en una fascinadora entonación cromática y el conmovedor quehacer interpretativo de su plantel actoral, el inconfundible maestro japonés compuso esta placentera tragicomedia sardónica en torno a la sempiterna disparidad entre lo antiguo y lo moderno, que destilaba sensibilidad, romanticismo y ternura a raudales.

Otras películas que funcionan como un COMPENDIO de la filmografía de su autor

Fanny y Alexander – Ingmar Bergman (1982)
El dinero – Robert Bresson (1983)
Happy end – Michael Haneke (2017)

INGRATITUD (Cuentos de Tokio)

Forma de olvido y desprecio. Un egocentrismo tan exagerado que nos hace olvidar a aquellos que nos beneficiaron, que estuvieron con nosotros, que nos ayudaron. La ingratitud no reconoce el mérito ajeno ni los favores que recibe, muy lejos de ello, los ignora (…) La ingratitud es un mal hábito, una falta de generosidad que se convierte en uno de los tragos amargos y desagradables que los seres humanos tenemos que vivir, una mezcla de maldad y olvido, de egoísmo y frivolidad. Amigos del alma, conocidos, familiares allegados y no tanto, y muchas veces padres, hijos, cónyuges pueden perpetrar ese acto que tanto cuesta procesar. http://quesignificado.com/ingratitud/

“Cualquier tipo de maldad es el trueno; la ingratitud es el rayo. El trueno asusta, pero el rayo mata.”
José Luis Coll (1931-2007) Actor, humorista y escritor español

CUENTOS DE TOKIO (Tokyo monogatari) – 1953

tokyo

Director Yasujiro Ozu
Guión Yasujiro Ozu y Kôgo Noda
Fotografía Yushun Atsuta
Música Takinori Saito
Producción Shochiku
Nacionalidad Japón
Duración 140m. B/N
Reparto Chishu Ryu, Chiyeko Higashiyama, Setsuko Hara, So Yamamura, Haruko Sugimura, Kinoko Niyake, Kyoko Kagawa.

«Perder a los hijos debe ser terrible, pero vivir con ellos no es fácil. Casi nunca sabes si haces bien o mal. Es un complicado dilema.»

La película más popular en Occidente del creador más representativo de la cultura nipona, catalogada entre las grandes obras maestras de la historia por su sabiduría, vigencia y universalidad, pormenorizaba con quietud y sencillez descriptiva la frustrante y descorazonadora cuota de ingratitud, egoísmo y displicencia aplicada a una pareja de ancianos rurales durante la visita que efectúan a sus hijos, establecidos en la capital y ensimismados en sus agobiantes menesteres laborales. Este riguroso análisis de la desunión familiar a causa de la brecha generacional, el alejamiento geográfico y, sobre todo, el severo pero inevitable deterioramiento afectivo que se acumula con el transcurir de los años fue desgranado por Ozu con la gama de recursos narrativos que caracterizaría toda su obra: entre ellos, la aplicación de largos planos y misteriosos encuadres vacíos o una peculiar disposición de la cámara, prácticamente inmóvil y a poca altura del suelo. El portentoso Chishu Ryu, manifiesto alter-ego del cineasta, volvería a ejercer como abanderado interpretativo de este drama social cotidiano de obligatorio visionado, ungido a despabilar la conciencia humana e inducir a reflexiones de profundo calado.

Otras películas que reflexionan sobre la INGRATITUD de los hijos frente a sus progenitores

Dejad paso al mañana – Leo McCarey (1937)
Alma en suplicio – Michael Curtiz (1945)
Nebraska – Alexander Payne (2013)

SUEGRO (La voz de la montaña)

Padre del marido respecto de la mujer; o de la mujer respecto del marido. (RAE)

«El matrimonio lo inventó el mismo demonio con la ayuda de una suegra»
Luis de Eguilaz (1830-1874) Escritor español

LA VOZ DE LA MONTAÑA (Yama no oto) – 1954

suegro

Director Mikio Naruse
Guion Yôko Mizuki
Fotografía Masao Tamai
Música Ichirô Saitô
Producción Toho
Nacionalidad Japón
Duración 96m. B/N
Reparto Setsuko Hara, Ken Uehara, Yôko Sugi, Sô Yamamura, Chieko Nakakita, Mobuo Kaneko, Hisao Toake, Machiko Kitagawa.

«Los tiempos han cambiado, señor Ogata. Hoy en día las chicas tímidas no atraen a los hombres»

Adaptación sosegada y sensible de la novela homónima de Yasunari Kawabata, encuadrada en la etapa más fructífera e infundida de su autor, que sobresale por la cohesión, nitidez y delicadeza de una puesta en escena orientada a matizar el rechazo de una denodada mujer a su abnegada inercia conyugal y la subrepticia relación de complicidad y afecto que entabla con su suegro. A través de una prodigiosa facultad para perfilar leves movimientos de cámara o trabajar la profundidad de campo dentro de un conjunto caracterizado por una perfecta y casi imperceptible transición de planos, Naruse concebía un entorno cinematográfico de una profunda, sutil y reminiscente poesía que le permitía perseverar en su particular retrato de la descomposición de la familia patriarcal nipona con absoluta nitidez y contención, sin desdeñar otros motivos de significativa gravedad como la desabrida pesadumbre, soledad y resignación que surge con el advenimiento de la tercera edad. Espléndidas interpretaciones encabezadas por la gran Setsuko Hara, probablemente la mejor actriz japonesa del pasado siglo.

Otras películas en torno a la relación del protagonista con su SUEGRO/A

Casado y con suegra – F.Newmeyer y S.Taylor (1924)
La gata sobre el tejado de zinc – Richard Brooks (1958)
El verdugo – Luis García Berlanga (1963)

CASAMENTERO (Otoño tardío)

Persona que es aficionada a proponer o concertar casamientos. (Larousse Editorial)

«A Pablo Neruda le gustaba mucho decir que era poeta casamentero. Había sido, decía, responsable de muchos casorios, instigador de incontables parejas, en toda la América de habla española y portuguesa»
Jorge Edwards (1931-) Escritor, crítico literario, periodista y diplomático chileno

OTOÑO TARDÍO (Akibiyori) – 1960

otoño

Director Yasujiro Ozu
Guion Yasujiro Ozu y Kôgo Noda
Fotografía Yuuharu Atsuta
Música Kojun Saitô
Producción Shochiku
Nacionalidad Japón
Duración 128m. Color
Reparto Setsuko Hara, Yoko Tsukasa, Mariko Okada, Miyuki Kuwano, Shinichiro Mikami, Keiji Sada, Chishu Ryu, Nobuo Nakamura, Ryuji Kita.

«Los jóvenes deben ser dueños de sus vidas. Así aprenden a madurar»

Nueva incursión del maestro Ozu en la temática casamentera ponderada en su obra maestra PRIMAVERA TARDÍA (1949) y coronada en el inconfeso remake de la misma EL SABOR DEL SAKE (1962), donde su inmutable patrón narrativo compuesto a base de una sucesión de planos y contraplanos frontales pautados con sus característicos tiempos muertos, su particular depuración estilística realzada con las posibilidades del color y su recalcitrante análisis de la cotidianeidad afectiva y doméstica de un específico microcosmos social y humano alcanzaron las más altas cotas de creatividad, inventiva y raciocinio. El magnánimo afán de tres amigos de holgada posición y habituados a atemperar su nostalgia con sake en encontrarle marido a una maestra de costura viuda de otro camarada y a su hija, según la esencia de una novela de Ton Satomi, transitaba entre incisos tragicómicos y matizadas elipsis por un amargo y puntilloso sendero de emociones contrastadas hasta confluir en otra sutil y mucho más encrespada instrospección acerca del ineludible paso del tiempo.

Otras películas sobre CASAMENTERO/AS

La modelo y la casamentera – George Cukor (1951)
El noviazgo del padre de Eddie – Vincente Minnelli (1963)
Cuento de otoño – Éric Rohmer (1998)