Ronald Colman

UTOPÍA (Horizontes perdidos)

1. Plan o sistema ideal de gobierno en el que se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre sin conflictos y en armonía.
2. Proyecto, deseo o plan ideal, atrayente y beneficioso, generalmente para la comunidad, que es muy improbable que suceda o que en el momento de su formulación es irrealizable.
(google.es)

“Una sociedad no vive sin utopías, es decir, sin un sueño de dignidad, de respeto a la vida y de convivencia pacífica entre las personas y pueblos. Si no tenemos utopías nos empantanamos en los intereses individuales y grupales y perdemos el sentido del bien vivir en común.”
Leonardo Boff (1938-) Teólogo, ex-sacerdote franciscano, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño

HORIZONTES PERDIDOS (Lost horizon) – 1937

Director Frank Capra
Guion Robert Riskin
Fotografía Joseph Walker
Música Dimitri Tiomkin
Producción Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 118m. B/N
Reparto Ronald Colman, Jane Wyatt, Edward Everett Horton, Thomas Mitchell, Sam Jaffe, Margo, John Howard, H.B. Warner, Isabel Jewell, Noble Johnson.

«¿No ha soñado nunca con un lugar donde haya paz y seguridad, donde la vida no sea una lucha sino un placer duradero?»

El acentuado idealismo mostrado por James Hilton en su homónima novela fantástica, claramente inspirado en la Utopía de Tomás Moro, se unió al irónico optimismo de Frank Capra para engendrar esta esperanzadora e inolvidable fábula espiritual que subsiste, aún hoy, como un insuperable paradigma sobre la búsqueda del misticismo oriental como contrarréplica a la depredadora opresión y arbitrariedad de la sociedad capitalista. Tras sobrevivir a un accidente de aviación después de ser evacuados de las caóticas contiendas de la revolución china, el destacado cónsul británico (impecable Colman) y otros cuatro pasajeros son conducidos hasta el monasterio budista de Shangri-la, en las entrañas del Himalaya tibetano, donde yace una utópica comunidad gobernada por el anciano Gran Lama. Este legendario paraíso, regido por la paz, la justicia y la longevidad, accedería a la antología cinematográfica gracias a la onerosa y espectacular escenografía de Stephen Goosan y a la deslumbrante puesta en escena de su realizador, excelentemente acompañada por una conveniente partitura de Dimitri Tiomkin.

Otras películas sobre distintas concepciones de UTOPÍA

Brigadoon – Vincente Minnelli (1954)
Calabuch – Luis García Berlanga (1956)
Un lugar en el mundo – Adolfo Aristarain (1992)

IDENTIFICACIÓN (Doble vida)

Acción y efecto de identificar o identificarse. (RAE)
La identificación con los personajes es un mecanismo a través del cual los sujetos experimentan e interpretan una narración desde dentro, como si los acontecimientos que se relatan les estuviesen ocurriendo a ellos mismos (Cohen, 2001) (scielo.isciii.es)

«La cosa más importante a la hora de generar suspense es lograr la identificación con un personaje. Hay que tomarse el tiempo necesario y hacer que el lector se preocupe por los personajes de la historia.»
Stephen King (1947-) Escritor estadounidense

DOBLE VIDA (A double life) – 1947

doble

Director George Cukor
Guion Ruth Gordon y Garson Kanin
Fotografía Milton Krasner
Música Miklos Rozsa
Producción Univesal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 100m. B/N
Reparto Ronald Colman, Signe Hasso, Edmond O’Brien, Shelley Winters, Ray Collins, Millard Mitchell, Betsy Blair, Philip Loeb, Elizabeth Dunn.

«He llegado a pensar que podríamos estar juntos de nuevo. Pero si empezamos con una obra como ‘Otelo’ podría ser el final. (…) Sabes por qué. Porque no sabes olvidar el personaje cuando se baja el telón.»

Majestuoso híbrido de melodrama y thriller psicológico con tintes de cine negro en torno al paranoico caso de un prestigioso actor de Broadway, que, obsesivamente ensimismado con el papel del celoso moro veneciano Otelo, acaba por transferirlo a su propia vida privada con inevitables consecuencias trágicas. Esta historia de psicopatía delirante y ofuscadora, expuesta en una apasionante espiral de dramatismo e intriga, recapacitaba con una manifiesta ponderación sobre el universo de la escena para fraguar un símil entre la realidad cotidiana y la representación teatral de una inmensa hondura y ambigüedad. Escrita por el adorable matrimonio de guionistas formado por Ruth Gordon y Garson Kanin, en su primer trabajo conjunto, constituye un perfecto muestrario de las virtudes artísticas de su realizador, especialmente concentradas en una sabia dirección de intérpretes, en la elegancia y buen gusto de su puesta en escena y en una exactitud nada vanidosa en todos los pormenores técnicos. Por si fuera poco, cuenta con una de las caracterizaciones más portentosas del gran Ronald Colman.

Otras películas que versan sobre la IDENTIFICACIÓN patológica entre el actor y su personaje

Noche de estreno – John Cassavetes (1977)
Ed Wood – Tim Burton (1994)
Birdman o (La inesperada virtud de la ignorancia) – Alejandro González-Iñárritu (2014)

GUILLOTINA (Historia de dos ciudades)

Máquina utilizada para aplicar la pena capital por decapitación en varios países europeos como Francia, Reino Unido, Bélgica, Suecia, Italia, la antigua República Federal de Alemania y en la antigua República Democrática de Alemania. Aunque esté asociada con la Revolución francesa de 1789, durante la cual se empezó a utilizar en Francia, se utilizaba en otros países europeos. https://es.wikipedia.org/wiki/Guillotina

“Sólo hay un remedio para las canas. Lo inventaron los franceses. Se llama guillotina.”
Pelham Grenville Wodehouse (1881-1975) Escritor humorístico británico

HISTORIA DE DOS CIUDADES (A tale of two cities) – 1935

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Director Jack Conway
Guión W.P. Lipscomb y S.N. Behrman
Fotografía Oliver T. Marsh
Música Herbert Sothart
Producción Metro Goldwyn Mayer
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 118m. B/N
Reparto Ronald Colman, Elizabeth Allan, Basil Rathbone, Edna May Oliver, Reginald Owen, Blanche Yurka, Henry B. Walthall, Donald Woods.

«Es algo por lo que hay que dar gracias a Dios, ¿no? Dime, si miraras hacia atrás en esta larga vida y vieras que no te has ganado ni el amor, ni la gratitud, ni el respeto de ningún ser humano… sería una reflexión amarga, ¿no?»

En su último largometraje para MGM antes de implantar su propia compañía, David O. Selznick promovió la más celebrada y prestigiosa entre todas las adaptaciones de la novela homónima de Charles Dickens, con todo el respeto que merece la nada desdeñable adaptación que Ralph Thomas dirigió en 1958. El todopoderoso productor dotó a la película del espectacular despliegue de recursos técnicos y económicos que el glorioso Hollywood de la época era capaz de asumir y, haciendo gala de su indomable instinto creativo, participó con determinación, tenacidad y autoritarismo en la tarea encomendada a la honradez artesanal de Jack Conway para llevar a buen puerto este lujoso, romántico y abrumador fresco sobre la Revolución Francesa, que, si bien adquiría excesivas libertades respeto al relato original, aunaba con gran firmeza y persuasión la fastuosidad estética con una fuerza dramática de inclinación adecuadamente intimista. Ronald Colman encarnaba a la perfección al abatido abogado británico que encuentra el verdadero amor en el despiadado París de la guillotina.

Otras películas que cuentan con la amenazadora presencia de la GUILLOTINA

La pimpinela escarlata – Harold Young (1934)
Dos en la guillotina – William Conrad (1965)
Danton – Andrzej Wajda (1982)