Conjunto de palabras que tiene sentido, aunque no conste de sujeto y predicado. (google.es)
“Asomaba a sus ojos una lágrima, y a mi labio una frase de perdón, habló el orgullo y se enjugó su llanto, y la frase en mis labios expiró. Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pensar en nuestro mutuo amor, yo digo aún: ¿por qué callé aquél día? Y ella dirá: ¿por qué no lloré yo?”
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) Poeta y narrador español
LLAMAD A CUALQUIER PUERTA (Knock on any door) – 1949
Director Nicholas Ray
Guión Daniel Taradash y John Monks Jr.
Fotografía Burnett Guffey
Música George Antheil
Producción Santana/Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 96m. B/N
Reparto Humphrey Bogart, John Derek, George MacReady, Arlene Roberts, Susan Perry, Mickey Knox, Barry Kelley, Cara Williams.
«Nada puede frenarme ya. A partir de ahora viviré a lo loco. Vale aquello que yo decía: vive deprisa, muere joven y harás un bonito cadáver»
Bogart inauguró su propia productora con un melodrama judicial de un subrayado tono de denuncia social, basado en una novela homónima de Willard Mothley, en el que se reservó el papel de un abogado idealista que acepta el caso de un joven delincuente acusado de haber matado a un policía. Gracias a su talante progresista, acertó de pleno en confiar la realización del film al entonces neófito director Nicholas Ray, quien se enfrentó al tema con verdadera pasión y ternura, describiendo las circunstancias y los comportamientos con presteza, rotundidad y distanciamiento a través de un cuestionable encadenamiento de flashbacks, que, sin embargo, no podía ocultar una cierta mirada de condescendencia hacia el procesado. Este sujeto no era otro que un adolescente encarnado por John Derek, que, condicionado por sus dramáticas circunstancias familiares y el entorno marginal que siempre frecuentó, vivía en un perpetuo enfrentamiento consigo mismo, persuadido por una filosofía que quedaba resumida en una frase mítica: «Vive deprisa, muere joven y deja un cadáver bonito», erróneamente atribuida a la personificación por antonomasia de la rebeldía juvenil, James Dean.
Otras películas que contienen una FRASE que ha pasado a los anales del cine
Lo que el viento se llevó – Victor Fleming (1939) / «Pongo a Dios por testigo que nunca volveré a pasar hambre»
Casablanca – Michael Curtiz (1942) / «Siempre nos quedará París» ó «Creo que éste es el principio de una hermosa amistad»
Taxi driver – Martin Scorsese (1976) / «¿Me estás hablando a mí?»
Otra FRASE de índole literaria para «Llamad a cualquier puerta» podría ser la de don Quijote: «Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas, especialmente aquel que dice: “Donde una puerta se cierra, otra se abre”»(Capítulo XXI). O aquella de Ortega y Gasset: «Yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella no me salvo yo».
El hombre, según Ortega, es el problema de la vida, y entiende por vida algo concreto, incomparable, único: «la vida es lo individual»; es decir, yo en el mundo; y ese mundo no es propiamente una cosa o una suma de ellas, sino un escenario, porque la vida es tragedia o drama, algo que el hombre hace y le pasa con las cosas. Vivir es tratar con el mundo, dirigirse a él, actuar en él, ocuparse de él. En otros términos, la realidad circundante «forma la otra mitad de nuestra persona». Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de cada persona. Pero también veo la sinceridad sentimental del cineasta, cómo siente el dolor y la derrota interior de los personajes que son su prolongación, la exposición de sí mismo y de quienes nos vemos expuestos a través de su arte, el malestar de la existencia y el desarraigo…
Un abrazo
Silveria
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Gracias Silveria por tu fidelidad al blog y por ennoblecer la entrada con este comentario tan erudito como profundo. Un fuerte abrazo.
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