Edgar Neville

JAMELGO (El último caballo)

Caballo flaco, viejo y desgarbado, de poco valor y utilidad. (google.es)

«¡Este placer de alejarse! Londres, Madrid, Ponferrada, tan lindos… para marcharse. Lo molesto es la llegada. Luego, el tren, al caminar, siempre nos hace soñar y casi, casi olvidamos el jamelgo que montamos» (poema El tren)
Antonio Machado (1875-1939) Poeta español

EL ÚLTIMO CABALLO (El último caballo) – 1950

Director Edgar Neville
Guión Edgar Neville
Fotografía César Fraile
Música José Muñoz Molleda
Producción Edgar Neville
Nacionalidad España
Duración 74m.
Reparto Fernando Fernán Gómez, Conchita Montes, José Luis Ozores, Mary Lamar, Julia Caba Alba, Julia Lajos, Fernando Aguirre, Antonio Ozores.

«Vamos a brindar por el mundo antiguo (…) El mundo en el que todo era suave y fácil, cuando había solidaridad entre los hombres»

Edgar Neville infundió una corriente neorrealista dentro del cine español de finales de la posguerra al proyectar esta nostálgica comedia costumbrista de agridulce y placentera ligereza, donde postulaba con ternura, vitalidad y lacerante ironía por la fraternidad y el bucólico bienestar que la banal vida moderna se ha encargado de dilapidar a partir de las adanzas por la urbe madrileña de un recién licenciado soldado de caballería, prendado de un jamelgo (de nombre Bucéfalo) al que quiere mantener a toda costa después de haberlo salvado del suplicio tauromáquico. De la mano de su actriz fetiche y compañera sentimental, Conchita Montes, un talentoso intérprete de moda, Fernán Gómez, y un por entonces prometedor cómico de linaje actoral, José Luis Ozores, el polifacético cineasta de condición nobiliaria enarbolaba en plena dictadura franquista una límpida proclama ecologista de inaudita contemporaneidad, presta a reivindicar la armonía y el sosiego de los viejos tiempos ante la contaminación, la vacuidad y la sistemática impaciencia que comporta el desarrollo tecnológico.

Otras películas donde tiene especial importancia la presencia de un JAMELGO

Don Quijote – Grigori Kozintsev (1957)
Camino hacia la victoria – John Gatins (2005)
El caballo de Turín – Béla Tarr y Ágnes Hranitzky (2011)

TUERTO (La torre de los siete jorobados)

Persona o animal que carece de o tiene cegado un ojo. (Wikipedia)

«En el mundo de los ciegos el tuerto es el rey, pero sigue siendo tuerto»
Johann Cruyff (1947-) Futbolista y entrenador de fútbol holandés

LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS (La torre de los siete jorobados) – 1944

torre

Director Edgar Neville
Guion Edgar Neville y José Santugini
Fotografía Henri Barreyre y Andrés Pérez Cubero
Música José Ruiz de Azagra
Producción Germán López España Films/Producciones Luis Judes
Nacionalidad España
Duración 85m. B/N
Reparto Antonio Casal, Isabel de Pomés, Guillermo Marín, Félix de Pomés, Manolita Morán, Julia Lajos, Antonio Riquelme, José Franco.

“Yo no me suicidé, ¡a mí me asesinaron! Sin embargo, al venir a verte no me guía ningún rencor; no hay daño humano que se recuerde con odio cuando se traspasa el límite de las dos vidas”

Después de trabajar en Estados Unidos como diplomático y dialoguista de adaptaciones al castellano para la Metro Goldwyn Mayer, el polifacético Edgar Neville regresó a su Madrid natal e inició una carrera cinematográfica tan insólita como cautivadora, cuyo cardinal exponente lo encontramos en esta marginada e inclasificable combinación de géneros tan dispares como la comedia costumbrista, la intriga policíaca, el fantástico terrorífico e, incluso, el melodrama castizo. Inspirada en un fragmento de la novela homónima de Emilio Carrere, narraba la sorpresiva historia de un oficinista arruinado que decide investigar la misteriosa muerte de un siniestro fantasma tuerto; indagación que le conducirá a una enorme y tenebrosa sinagoga subterránea en la que unos espeluznantes jorobados se dedican a falsificar monedas. Las evidentes ambigüedades e imprecisiones del intrincado argumento eran neutralizadas por una atmósfera opresiva, deudora de un estilo muy próximo al expresionismo alemán, y un singular sentido del humor, sazonado con veladas alusiones al franquismo imperante.

Otras películas donde aparece algún personaje TUERTO

Los vikingos – Richard Fleischer (1958)
La buena estrella – Ricardo Franco (1997)
Valor de ley – Joel Coen y Ethan Coen (2010)

CASTICISMO (El crimen de la calle de Bordadores)

Postura literaria, cultural e ideológica, manifestada en España desde el siglo XVIII en oposición a la afrancesada o ilustrada, y que desde entonces se relaciona con el pensamiento reaccionario. Es una reivindicación defensiva de lo castizo, o sea, de las expresiones de todo tipo (culturales, religiosas, vitales, moda, actitudes, habla, o incluso de la organización política y social), que se perciban por el casticista como propias de su casta, entendida esta no tanto como la raza o etnia propia (véase Racismo en España), sino más bien como el carácter nacional español, la buena casta, incluso en términos reproductivos vagamente machistas, que formaron parte del nacionalismo español, sobre todo en sus expresiones más populares y en las expresiones de orgullo patriótico habituales durante el franquismo. (Wikipedia)

«Casticismo, según se sabe, consiste en escribir como si viviéramos en Talavera de la Reina cuatrocientos años atrás. Hay muchas maneras de impedir la comunicación, pero ésta es la más apreciada por los profesores de gramática»
Ernesto Sábato (1911-2011) Escritor, ensayista, físico y pintor argentino

EL CRIMEN DE LA CALLE DE BORDADORES (El crimen de la calle Bordadores) – 1946

crimen

Director Edgar Neville
Guion Edgar Neville
Fotografía Henri Barreyre
Música José Muñoz Molleda
Producción Manuel del Castillo
Nacionalidad España
Duración 92m. B/N
Reparto Manuel Luna, Mary Delgado, Antonia Plana, Julia Lajos, Rafael Calvo, José Prado, Monique Thibaut, Julia Caba Alba, José Franco.

«Esto es periodístico. Vamos a despertarnos todos. A armar revuelo. A hacer que la gente sospeche que es el asesino el que no lo sea. Y nosotros a tomar la defensa del más popular. Desde hoy, para vosotros, la criada es inocente»

Una de las obras más acertadas y representativas de Edgar Neville, en la que proponía uno de sus particulares revoltijos fílmicos a base de sainete, casticismo puro y mordaz raigambre costumbrista, sazonado todo con unas pertinentes gotas de flamenco, para guarnecer una intriga criminal inspirada en un caso real (ocurrido en la calle Fuencarral, en 1888) cuyo pretexto no era otro que desvelar la incógnita de quien cometió el asesinato de una pudiente solterona de origen criollo, si su fiel criada o el «bala perdida» que la cortejaba. Sustentándose en una reconstrucción ambiental del Madrid de comienzos del siglo XX tan precisa y eficiente como cáustica y subversiva, el polifacético y epicúreo cineasta desplegaba el relato por medio de hábiles pinceladas humorísticas, sorprendía después con una hábil utilización de flashbacks contradictorios y finalizaba el mismo a modo de melodrama con obvia embocadura folletinesca. Entre sus distintos alicientes cabe resaltar el esmero por aplicar con exactitud el refinado lenguaje de la época y la estimable labor interpretativa de un reparto formado eminentemente por actores poco conocidos

Otras películas impregnadas de aires CASTIZOS

La verbena de la paloma – Benito Perojo (1935)
Doña Francisquita – Ladislao Vajda (1952)
Los peores años de nuestra vida – Emilio Martínez-Lázaro (1994)

VIDENTE (La vida en un hilo)

Persona que es capaz de adivinar el futuro y esclarecer aquellos acontecimientos del pasado. (definicionabc.com)

“El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”
Arthur Rimbaud (1854-1891) Poeta francés

LA VIDA EN UN HILO (La vida en un hilo) – 1945

vida

Director Edgar Neville
Guion Edgar Neville
Fotografía Henri Barreyre
Música José Muñoz Molleda
Producción Edgar Neville
Nacionalidad España
Duración 92m. B/N
Reparto Conchita Montes, Rafael Durán, Guillermo Marín, Julia Lajos, Alicia Romay, María Bru, Joaquín Roa, Juana Mansó, Eloisa Muro.

«No se sabe hasta qué punto la felicidad está al alcance de la mano. Depende, a veces, de que al cruzar una calle miremos a un lado en vez de al otro, de que salgamos de un portal unos segundos antes o unos segundos después…»

Con casi toda seguridad, la más refinada e imaginativa aproximación del cine español de los cuarenta al sofisticado universo de la alta comedia, donde se hilvanaba a través de un lúcido y diamantino engranaje narrativo una paradójica filigrana costumbrista con matices sobrenaturales en torno al trascendental papel que el azar juega en el terreno amoroso. Durante un viaje en tren, una maga con dotes de vidente recuerda a una joven viuda madrileña de clase alta el lluvioso día en el que dos desconocidos (un ocurrente escultor y su ahora difunto esposo) se ofrecieron a acompañarla, para, a continuación, deleitarle con el relato de cómo hubiera sido su vida en caso de haber optado por el otro pretendiente. El polifacético Edgar Neville manejó con vigorosa destreza y un alto grado de picardía este atractivo trazado argumental hasta consignar una feroz crítica a la conservadora, rancia e insípida burguesía de capital de provincias, que nada tiene que ver con el desafortunado e innecesario remake que inauguró la filmografía de Gerardo Vera, UNA MUJER BAJO LA LLUVIA (1992).

Otras películas con presencia de un/a VIDENTE

El vidente – Maurice Elvey (1935)
La noche eterna – Anatole Litvak (1947)
La trama – Alfred Hitchcock (1976)