Vittorio Storaro

MANTEQUILLA (El último tango en París)

Emulsión de grasa, agua y sólidos lácteos, obtenida como resultado del batido, amasado y lavado de los conglomerados de glóbulos grasos, que se forman por el batido de la crema de leche o nata y es apta para el consumo humano, con o sin maduración biológica producida por bacterias lácticas específicas. (Wikipedia)

“No tenemos mantequilla… pero os pregunto, ¿preferiríais tener mantequilla o armas? La preparación nos hace poderosos. La mantequilla simplemente nos hace gordos”
Hermann Göring (1893-1946) Político y militar alemán

EL ÚLTIMO TANGO EN PARÍS (Ultimo tango a Parigi) – 1972

tango2

Director Bernardo Bertolucci
Guion Bernardo Betolucci y Franco Arcalli
Fotografía Vittorio Storaro
Música Gato Barbieri
Producción Les Productions Artistes Associés/PEA
Nacionalidad Italia/ Francia
Duración 129m. Color
Reparto Marlon Brando, Maria Schneider, Jean- Pierre Léaud, Massimo Girotti, Maria Michi, Gritt Magrini, Darling Légitimus, Luce Marquand.

«Quieres que tu amado te proteja y te cuide. Quieres que este guerrero áureo, radiante y poderoso construya una fortaleza donde puedas esconderte para que nunca vuelvas a tener miedo, ni a sentirte sola, ni a sentirte vacía. ¿Eso es lo que quieres? (…) Pues, nunca lo encontrarás»

Bertolucci exploró los rincones más ocultos y furtivos del alma humana con esta tormentosa y anónima historia de amor, que sirvió para catapultarlo al mercado internacional y acabó convirtiéndose en una obra cardinal de la década de los setenta, tanto por sus indubitables valores fílmicos como por su tremenda repercusión sociológica. Las turbulentas y efervescentes relaciones sexuales que una muchacha inestable e inexperta mantiene en un piso en alquiler con un maduro norteamericano afincado en París, sin que ninguno de los dos sepa nada acerca del otro, daban lugar a un implacable retrato de complexión psicoanalítica sobre la aflicción, la soledad y el vacío existencial del individuo en la sociedad moderna, iluminado con exquisita solvencia por Vittorio Storaro, dotado de una suntuosa partitura jazzística de Gato Barbieri e interpretado por una pareja especialmente inspirada. La elevada carga erótica de sus imágenes, traslucida en secuencias ya míticas como la del empleo de la mantequilla con fines lubricativos (al parecer ideada por Brando), provocaría un escándalo de inesperadas dimensiones, siendo prohibida en numerosos países e incluso perseguida por el poder eclesiástico; situación, que, naturalmente, facilitaría su espectacular éxito comercial.

Otras películas donde su consume MANTEQUILLA

La fórmula mágica – Michael Rubbo (1985)
Kate & Leopold – James Mangold (2001)
Butter – Jim Field Smith (2011)

AUTOMÓVIL (Tucker, un hombre y su sueño)

Vehículo motorizado que recibe su nombre a partir de la capacidad de automovimiento, es decir, que no necesita de la fuerza humana o de algún animal para trasladarse de un lugar a otro. Hoy en día, el automóvil es sin dudas el medio de transporte más común y popular, pudiéndose encontrar diferentes modelos de automóviles, tamaños, colores, formas y materiales. (definicionabc.com)

“Si el automóvil hubiera seguido el mismo ciclo de desarrollo que el ordenador, un Rolls-Royce costaría hoy cien dólares, alcanzaría un millón de millas por galón… y explotaría una vez al año, matando a todos sus ocupantes”
Robert X. Cringely (1953-) Periodista estadounidense de temas informáticos

TUCKER, UN HOMBRE Y SU SUEÑO (Tucker: the man and his dream) – 1988

tucker

Director Francis Ford Coppola
Guion Arnold Schulman y David Seidler
Fotografía Vittorio Storaro
Música Joe Jackson
Producción Lucasfilm/Paramount/Zoetrope Studios
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 111m. Color
Reparto Jeff Bridges, Joan Allen, Martin Landau, Frederic Forrest, Dean Stockwell, Mako, Elias Koteas, Lloyd Bridges, Christian Slater.

«Las dos cosas más horribles que una persona puede ser son, ser abogado o político. ¿Por qué querría que seas presidente? La mayoría de ellos son ambas cosas»

Respaldado económicamente por su camarada George Lucas, Coppola mostró la cara más amarga del mítico sueño americano con la epopeya financiera de Preston Tucker, un visionario fabricante de automóviles, que, en 1945, contemplaba como las grandes compañías de Detroit boicoteaban un modelo absolutamente revolucionario, lleno de adelantos en materia de seguridad y otras ventajas para el consumidor, que él mismo había proyectado y construido. Sin obviar el evidente paralelismo entre el utópico personaje y el propio realizador en lo referente al temerario afán megalomaníaco por competir con sus estudios Zoetrope contra la poderosa industria hollywoodiense, nos hallamos ante un luminoso canto a la creatividad, al coraje y al espíritu emprendedor, desarrollado con una vitalidad estilística fuera de lo común y dotado de un insuperable atractivo formal, donde la iluminación de Vittorio Storaro y el vestuario de Milena Canonero brillaban de manera especial. A pesar de todas sus virtudes, incluida una perfecta dirección de actores (inolvidable Landau) y una bellísima banda sonora de Joe Jackson, supuso un contundente fracaso comercial.

Otras películas sobre AUTOMÓVILES

Chitty Chitty Bang Bang – Ken Hughes (1968)
Christine – John Carpenter (1983)
Gran Torino – Clint Eastwood (2008)