Ralph Richardson

COBARDÍA (Las cuatro plumas)

Miedo o falta de valor ante situaciones difíciles, peligrosas o que conllevan cierto riesgo. (google.es)

«El valor es a menudo una carencia de conocimiento, mientras que la cobardía a menudo se basa en buenas informaciones»
Peter Ustinov (1921-2004) Escritor, actor y director de cine británico.

LAS CUATRO PLUMAS (The four feathers) – 1939

cuatro

Director Zoltan Korda
Guión R.C. Sheriff
Fotografía Georges Perinal
Música Miklos Rozsa
Producción London Films
Nacionalidad Gran Bretaña
Duración 110m. Color
Reparto John Clements, Ralph Richardson, C. Aubrey Smith, June Duprez, Jack Allen, Allan Jeayes, Donald Gray, Frederick Culley.

«Yo soy un cobarde, doctor. Si hubiera sido otra cosa que un soldado podría haber vivido toda mi vida y ocultarlo. Pero ser un soldado y un cobarde es ser un impostor, una amenaza para los hombres cuyas vidas están en sus manos»

Suntuosa y difícilmente irrepetible adaptación de la famosa novela de aventuras colonialistas de A.E.W. Mason en torno a la conmovedora historia de amistad, heroísmo y orgullo militar que se entreteje a través de las redentoras andanzas de un oficial británico en la cruzada contra las huestes sudanesas de Mohamed Ahmed «El Justo», en 1882, después de haber recibido de sus compañeros las cuatro plumas blancas que simbolizan su acto de cobardía y traición a la patria por plantearse rehuir el conflicto para casarse con su prometida. A pesar de haber sido llevada a la pantalla en múltiples ocasiones, ninguna versión ha conseguido superar ni siquiera aproximarse a este indiscutible clásico del cine colonialista, incólume al paso del tiempo gracias a la perfecta colaboración entre los tres hermanos húngaros Korda: Alexander, en la producción, Vincent, en el diseño de la misma, y, Zoltan, en una realización que supo captar con sensibilidad, delicadeza y exotismo la esencia del relato, alternando espectaculares escenas de acción con memorables momentos intimistas.

Otras películas que abordan el tema de la COBARDÍA

Solo ante el peligro – Fred Zinnemann (1952)
¡Ataque! – Robert Aldrich (1956)
La gran guerra – Mario Monicelli (1959)

DÍA (Larga jornada hacia la noche)

Tiempo que tarda la tierra desde que el sol está en el punto más alto sobre el horizonte hasta que nuevamente vuelve a estar sobre el y también fue la primera forma que tuvo el hombre en la antigüedad para medir el tiempo (…) Su duración es de 24 horas o si prefieren manejarse con segundos, de 86.400 segundos. (definicionabc.com)

“Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”
Bertolt Brecht (1898-1956) Dramaturgo y poeta alemán

LARGA JORNADA HACIA LA NOCHE (Long day’s journey into night) – 1962

larga

Director Sidney Lumet
Guion Eugene O’Neill
Fotografía Boris Kaufman
Música André Previn
Producción Embassy Pictures/Republic
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 174m. B/N
Reparto Katharine Hepburn, Ralph Richardson, Jason Robards, Dean Stockwell, Jeanne Barr.

«Los caminos felices son un camelo. Los fatigosos son los buenos. No te llevan a ninguna parte. Y ahí estoy, en ninguna parte. Donde acaba todo el mundo, aunque muchos pringados no lo admitan»

Adaptación literal de la prestigiosa pieza homónima de Eugene O’Neill, que proponía un retrato naturalista con prosa semipoética y profusos elementos autobiográficos en torno al lúgubre y asfixiante suplicio cotidiano que mortifica en su refugio estival de Connecticut a los miembros de la quebradiza familia Tyrone; es decir, un ruin, vanidoso y retórico actor jubilado devoto de Shakespeare, su mujer morfinómana y anegada en su pasado de novicia pianista, el hijo mayor alcohólico de envidia y frustración y, el menor, marinero con madera de poeta aquejado de tisis y claro alter ego del prestigioso dramaturgo. Lumet volvió a evidenciar su suficiencia a la hora de armonizar liturgia teatral y cinematográfica remozando el espesor dramático del texto con tenues movimientos de cámara, una iluminación severa y paulatinamente decreciente, una perfecta decoración, y, sobre todo, unos intérpretes portentosos, cuyas actuaciones acabaron de realzar una obra estrenada en Broadway en 1956 a pesar de la voluntad de su autor de que no viera la luz hasta veinticinco años después de su muerte (1953).

Otras películas cuya acción transcurre a lo largo de un sólo DÍA

Haz lo que debas – Spike Lee (1989)
Antes del amanecer – Richard Linklater (1995)
Magnolia – Paul Thomas Anderson (1999)