Todo individuo tiene una idea de la justicia a partir de la cual valora desde el punto de vista moral si se respeta la verdad y si cada uno recibe lo que realmente le corresponde (…) Si una persona tiene un sentido estricto de la justicia y pretende que los delitos sean castigados con rigor, se puede decir de esa persona que es un justiciero (…) En el mundo de la ficción, especialmente en la literatura y el cine, aparece con frecuencia el personaje del justiciero. Normalmente es alguien que está insatisfecho con los mecanismos convencionales de la justicia y por este motivo siente la obligación moral de erigirse como un juez para imponer justicia donde considera que es necesario. (definicionabc.com)
«Para escribir historia hace falta ser más que un hombre, pues quien agarra la pluma de esta gran justiciera, debe estar libre de intereses, vanidades y prejuicios»
Napoleón Bonaparte (1769-1821) Militar y gobernante francés
LA MARCA DEL ZORRO (The mark of Zorro) – 1920
Director Fred Niblo
Guión Elton Thomas y Eugene Miller
Fotografía William McGann, Harry Thorpe y Toni Gaudio
Música William Perry
Producción United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 91m. B/N
Reparto Douglas Fairbanks, Margueritte de la Motte, Noah Beery, Charles Hill Mailes, Robert McKim, Claire McDowell, Snitz Edwards.
«¡Vosotros que os jactáis de llevar la sangre de Aragón y la herencia de Castilla os divertís, mientras a vuestro alrededor, reina la injusticia! Las altas colinas de vuestra California nativa son un hervidero de opresores. ¿Se os ha parado el pulso? Gracias a Dios, a mí no, y juro que mi sangre es tan noble como la del que más. Una vez que estemos unidos, ninguna tiranía podrá oponerse a nosotros»
Dedicado casi en exclusiva a afianzar la carrera interpretativa de su esposa Enid Bennett, que, en sólo cuatro años, había protagonizado dieciséis de sus dieciocho películas como director hasta la fecha, Fred Niblo inició con esta primera adaptación del serial novelado de Johnston McCulley The curse of Capistrano una gloriosa andadura como realizador de clásicos del cine silente, cuya irreprochable calidad sería injustamente ensombrecida por el posterior éxito de sus respectivas versiones sonoras. En esta ocasión, el propio Douglas Fairbanks fue el encargado de elaborar bajo seudónimo un guión que lo alejaba definitivamente de la vulgar comedia costumbrista para catapultarlo al estrellato como el galán atlético por antonomasia, entregado aquí a una miscelánea de aventuras de capa y espada, humor y romanticismo apasionado, perfecta para encadenar un alarde de sus facultades acrobáticas, y, además, asumir un sugerente reto interpretativo al tener que afrontar la doble personalidad de su personaje: el timorato y amanerado Don Diego, por un lado, y el viril justiciero enmascarado, propenso a marcar a sus víctimas con la «Z», por otro.
Otras películas protagonizadas por un JUSTICIERO
Judex – Louis Feuillade (1916)
Robin de los bosques – Michael Curtiz y William Keighley (1938)
Harry el Sucio – Don Siegel (1971)