Luis Alcoriza

SALÓN (El ángel exterminador)

Habitación espaciosa destinada a ser centro de la vida social en una vivienda, así como a recibir a los visitantes. El salón cuenta habitualmente con un grupo de sillones o tresillos con una o varias mesas en su frente colocadas sobre una alfombra. En ellos, se sientan los miembros de la familia a conversar, leer, escuchar música o ver la televisión. Es habitual disponer también de otros muebles auxiliares en los laterales o junto a las paredes, plantas, objetos de adorno y estanterías para libros. (Wikipedia)

“El mundo es un salón del que es preciso salir cortés y honrosamente, es decir, saludando y pagando las deudas del juego”
Alexandre Dumas, padre (1802-1870) Novelista y dramaturgo francés

EL ÁNGEL EXTERMINADOR (El ángel exterminador) – 1962

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Director Luis Buñuel
Guion Luis Buñuel y Luis Alcoriza
Fotografía Gabriel Figueroa
Música Raúl Lavista
Producción Unici Films 59
Nacionalidad México
Duración 89m. B/N
Reparto Silvia Pinal, Enrique Rambal, Jacqueline Andere, Luis Beristein, Augusto Benedicto, Claudio Brook. Antonio Bravo, César del Campo.
* Frederich Chopin – Waltz in E minor

«Es tan extraordinario… ¿Cuánto tiempo llevamos aquí? No lo sé, he perdido la cuenta, pero imagínense los cambios de lugar de cada uno de nosotros durante esta horrible eternidad. Piensen las mil combinaciones de piezas de ajedrez que hemos sido; incluso los muebles, los hemos cambiado de sitio cien veces»

En plena madurez ideológica y aprovechando la completa libertad artística que gozaba por parte de su incondicional productor Gustavo Alatriste, Buñuel reincidió en su particular reproche al aprensivo, voraz y enquistado envanecimiento de la alta burguesía con esta película coral e implacablemente subversiva basada en un inusitado guion escrito junto a Luis Alcoriza a partir de un drama teatral de Jose Bergamín: Los náufragos de la calle de la Providencia. La progresiva e inverosímil degeneración física y moral en la que se abaten durante varios días los invitados a una velada aristocrática por su incapacidad, sin causa racional alguna, de abandonar un salón con las puertas abiertas (un claustrofóbico escenario surrealista y sujeto a múltiples lecturas que el cineasta redelinearía con éxito diez años después en EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA) daba lugar a una corrosiva, feroz e inquietante alegoría sobre la naturaleza humana, presta a revelar ese punto de indolencia, egoísmo y retraimiento que marca sus relaciones sociales. Meritorias actuaciones y gran fotografía de Gabriel Figueroa.

Otras películas cuya acción transcurre en su totalidad (o casi) dentro de un SALÓN

La soga – Alfred Hitchcock (1948)
El infierno del odio – Akira Kurosawa (1963)
Un dios salvaje – Roman Polanski (2011)

FECHORÍA (Los olvidados)

1. Acción contra la moral, la ley o la razón.
2. Acción mala de escasa importancia, en especial la llevada a cabo por por niños.
(wiktionary.org)

“La sociedad humana está tan mal por las fechorías de los malos, como por el silencio cómplice de los buenos”
Facundo Cabral (1937-2011) Cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino

LOS OLVIDADOS (Los olvidados) – 1950

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Director Luis Buñuel
Guion Luis Buñuel y Luis Alcoriza
Fotografía Gabriel Figueroa
Música Rodolfo Halffter y Gustavo Pittaluga
Producción Ultramar Films
Nacionalidad México
Duración 85m. B/N
Reparto Alfonso Mejía, Estela Inda, Miguel Inclán, Roberto Cobo, Francisco Jambrina, Jesús Navarro, Alma Delia Fuentes, Sergio Villarreal.

«Hoy todos ustedes andan en malas compañías. ¡Qué diferencia del tiempo de antes! El que alzaba la voz a un mayor era como contra sus propios padres»

Rabiosa y severa crónica social en torno a la mendicidad, la delincuencia y el atroz instinto de supervivencia existente en un amplio sentido de la población juvenil de Ciudad de México, atribuible a toda urbe del mundo según la dudosa reseña inicial embutida por el productor Oscar Dancingers para aplacar la reprobación de las autoridades del país, que bien puede ser considerada como la primera de las distintas obras maestras que Buñuel facturó durante su exilio mexicano. En ella no se limitó a denunciar con implacable realismo nihilista las fechorías de un desamparado colectivo adolescente sino que además consiguió, no sólo aplicar con absoluto talento y coherencia sus arraigados principios surrealistas, sino también explotar su perturbador, elíptico y fetichista tratamiento del erotismo, en esta ocasión intensificado al abordar asuntos de orden licencioso como la pederastia. El éxito del film tuvo un efecto «bisagra» en la carrera del cineasta aragonés, asentando definitivamente su prestigio y otorgándole mucho mayor crédito y libertad a la hora de abordar sus siguientes trabajos.

Otras películas sobre FECHORÍAS juveniles

En cualquier lugar de Europa – Géza von Radványi (1948)
Érase una vez en América – Sergio Leone (1984)
Kids – Larry Clark (1995)

DELIRIO (Él)

Estado de alteración mental en el que se producen excitación, desorden de las ideas y alucinaciones. (Larousse Editorial)

«Cuando una persona sufre delirio, lo llamamos locura. Cuando mucha gente sufre el mismo delirio, lo llamamos religión»
Robert Maynard Pirsig (1928-) Escritor estadounidense

ÉL (Él) – 1953

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Director Luis Buñuel
Guion Luis Buñuel y Luis Alcoriza
Fotografía Gabriel Figueroa
Música Luis Hernández Bretón
Producción Nacional Films
Nacionalidad México
Duración 91m. B/N
Reparto Arturo de Córdova, Delia Garcés, Luis Beristáin, Aurora Walker, Manuel Donde, Carlos Martínez Baena, Fernando Casanova.

«Nada parece guiado por la razón, sino por el sentimiento, la emoción, el instinto…»

Bajo la apariencia de un melodrama desaforado, Buñuel perfiló un cuadro clínico de patología psicopática a partir del progresivo viaje al infierno de la pasión autodestructiva y los celos infundados que, desde su enlace matrimonial con una joven discreta y delicada, emprende un honorable caballero latifundista, beato y sexualmente impoluto a pesar de haber rebasado ya los cuarenta. Basada libremente en la novela homónima de Mercedes Pinto, constituye otra sátira feroz y subversiva acerca de las falsas apariencias y los frustrados anhelos que definen a la ociosa y reprimida burguesía mexicana, donde religión y fetichismo volvían a entroncarse al son de una narración cabal e impetuosa que retozaba con el flashback o la elipsis con insolente maestría, confiriendo instantes tan turbadores como la retorcida escena de la aguja, el hilo y las tijeras. La escenografía «art-nouveau» de Edward Fitzgerald y los contrastes lumínicos de Gabriel Figueroa contribuyeron a forjar la atmósfera malsana y onírica que dominaba esta irrecusable obra maestra, en su época vilmente postergada.

Otras películas sobre DELIRIOS

Repulsión – Roman Polanski (1965)
Ed Wood – Tim Burton (1994)
Una mente maravillosa – Ron Howard (2002)