Concepción que cada época y civilización tiene acerca del sentido de sus normas jurídicas. Es un valor determinado como bien común por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de pautas y criterios que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones. (Wikipedia)
“La justicia es igual a las serpientes. Sólo muerden a los que están descalzos”
Óscar Romero (1917-1980) Sacerdote católico salvadoreño
MÁS ALLÁ DE LA DUDA (Beyond a Reasonable Doubt) – 1956
Director Fritz Lang
Guion Douglas Morrow
Fotografía William E. Snyder
Música Herschel Burke Gilbert
Producción RKO
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 80m. B/N
Reparto Dana Andrews, Joan Fontaine, Sidney Blackmer, Arthur Franz, Robin Raymond, Ed Binns, Shepperd Strudwick, Barbara Nichols.
“Nadie tiene el derecho moral de quitar la vida a otro y la pena de muerte nunca ha conseguido disuadir al criminal”
Harto de los mangoneos y las intromisiones de los productores en su trabajo, Fritz Lang finiquitó sus veinte años de gloriosa carrera hollywoodiense con este film de perversa negritud y cáustica ambigüedad moral, en el que describía la osada artimaña criminal de un escritor contrario a la pena de muerte para poner en evidencia el funcionamiento del sistema jurídico y, por añadidura, reprobar el particularísimo concepto de justicia que prevalece en la sociedad estadounidense. Nuevamente, la firme afinidad langiana por la inexorable fatalidad del destino circundaba un relato marcado por una permanente sensación de angustia, causada en gran medida por la simétrica exactitud de sus encuadres, algún que otro imprevisto giro argumental y la nula complacencia con la que se dibujaba a sus personajes. La cinta, que sin llegar a ser (ni mucho menos) redonda, supera con creces el olvidable remake homónimo de Peter Hyams (2009), aparece hoy como una lúcida y desencantada reflexión sobre las apariencias, un perceptible alegato contra la sentencia capital y, ante todo, un amargo reproche de su realizador a los despóticos procedimientos maccarthystas.
Otras películas sobre las dobleces y limitaciones de la JUSTICIA
Doce hombres sin piedad – Sidney Lumet (1957)
El proceso – Orson Welles (1962)
Cadena perpetua – Frank Darabont (1994)