Day: septiembre 4, 2024

POLAR (El confidente)

En la Francia de la segunda mitad de siglo XX se adoptó incluso un término propio para hablar de las películas de gánsteres: el Cine Polar. Se trata de una apócope de ‘policier’, es decir, el cine negro francés combinado con el realismo poético, que era la corriente cinematográfica imperante en el país galo antes de la Segunda Guerra Mundial. El detonante que hizo surgir el subgénero Polar fueron, cómo no, las películas policíacas de los años treinta y cuarenta importadas de Hollywood que tanto influyeron a espectadores y críticos franceses. A través de este género se adaptaron los cánones del noir clásico a la tradición y a la narrativa del cine francés dotándolo de una singularidad inconfundible. (alianzafrancesamalaga.es)

«El polar es género degenerado y bastardo, que toma prestado lo que quiere y más de la tradición del noir estadounidense y de la novela hard boiled, pero imprimiendo consciente e inconscientemente un sello de francesidad intrínseca en sus mejores (y en algunos de los peores) ejemplos.» (artículo El polar francés’: ¿cuál es el presente y el futuro del cine negro galo?)
Jesús Palacios (1964-) Escritor y crítico de cine español

EL CONFIDENTE (Le doulos) – 1962

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Director Jean-Pierre Melville
Guion Jean-Pierre Melville
Fotografía Nicolas Hayer
Música Paul Misraki
Producción
Nacionalidad Francia/ Italia
Duración 108m. B/N
Reparto Jean-Paul Belmondo, Serge Reggiani, Michel Piccoli, Monique Hennessy, Jean Desailly, René Lefèvre, Philippe Nahon.

«Hay que elegir: morir o mentir.»

Las retorcidos, arteros y biliosos vínculos entre lealtad y felonía que confinan a un apesadumbrado criminal exconvicto (inmenso Reggiani) y a un impertérrito hampón metido a confidente (Belmondo), según la homónima novela policíaca del especialista Pierre Lesou, depararon la consagración del ‘polar’ melvilliano de acuerdo a un depurado prontuario estilístico basado en la sordidez atmosférica, el fatalismo existencial y la ambigüedad moral de sus personajes. Acogiéndose a una tenebrosa imaginería visual de notorio arraigo expresionista, propia del mejor clásico cine negro americano, el realizador parisino transitó el abrupto e inexorable sendero de la fatalidad con inequívoca sequedad dialéctica y ciertos visos de tragedia clásica para formular una turbia e intrincada radiografía de la traición. Un largometraje admirado por cineastas como Martin Scorsese, quien lo consideraba como su filme de gángsters predilecto, o Quentin Tarantino, que siempre se ha referido a él para mencionar su decisiva infuencia en la concepción de su brillante ópera prima, RESERVOIR DOGS.

Otras películas adscritas al POLAR francés

Rififí – Jules Dassin (1955)
Max y los chatarreros – Claude Sautet (1971)
Policía Python 357 – Alain Corneau (1976)