Casualidad presente, teóricamente, en diversos fenómenos que se caracterizan por causas complejas y no lineales.
Azar como encuentro accidental. Esta situación es considerada azar porque los procesos que coinciden son independientes, no hay relación causal entre ellos, aunque cada uno tenga una causa que actúe de modo necesario. Así, un macetero cae por una causa necesaria: la gravedad; pero es azaroso que en su trayectoria coincida con un peatón. (Wikipedia)
“Paradójicamente, en mis películas todo es fortuito… menos el azar”
Eric Rohmer (1920-2010) Director, guionista y crítico de cine francés
CUENTO DE INVIERNO (Conte d’hiver) – 1992
Director Eric Rohmer
Guion Eric Rohmer
Fotografía Luc Pagès
Música Sébastien Erms
Producción Les Films du Losange/CER/Le Studio Canal+/Sofiarp/Sofipas
Nacionalidad Francia
Duración 114m. Color
Reparto Charlotte Véry, Michael Voletti, Frédéric van den Driessche, Christiane Desbois, Hervé Furic, Ava Loraschi, Marie Rivière, Rossette.
«Le quiero porque me gusta vivir con él, aunque hubiera preferido vivir con otro que no está a mi lado. Muchas preferirían vivir con otro hombre que el suyo, pero éste no existe. Es un sueño. Para mí ese sueño se hizo realidad. Sigue siendo realidad, una realidad ausente»
Segundo episodio de la flemática, recapituladora e interrumpida serie rohmeriana consagrada a las Cuatro Estaciones e inspirada en la obra de William Shakespeare, que reproducía el constante desasosiego que embarga a una indecisa peluquera desde que, por culpa de un estúpido error, perdió el contacto con el joven que la dejó embarazada hace cinco años durante un tórrido e imborrable romance estival en la Bretaña. Entre encuentros y desencuentros de una supuesta aunque equívoca insubstancialidad, determinados por largas conversaciones acerca de aspectos eminentemente amatorios, Rohmer esbozaba una fría pero penetrante disertación sobre la necesidad de preservar la fe en el amor absoluto, interrogándose a su vez en lo abrupto y doloroso que puede resultar el compartir la vida con alguien que no corresponde a dicho ideal. Localizada entre París y Burgundy, esta diáfana reflexión sobre la veleidosa naturaleza del azar consumaba su exquisitez, persuasión y ligereza gracias a unas creíbles interpretaciones y al evocador trabajo lumínico de Luc Pagès.
Otras películas que giran alrededor de un caprichoso envite del AZAR
Una chica afortunada – Mitchell Leisen (1937)
71 fragmentos de una cronología del azar – Michael Haneke (1994)
La chica del puente – Patrice Leconte (1999)
Nunca me dio por averiguar, Antonio, si es cierto aquello que decía Gene Hackman de que en las pelis de Röhmer se puede oir crecer la hierba, pero lo que sí tengo claro es que me encanta su cine (aunque, bien es verdad, hace muchos años que no lo reviso, y no sé cómo soportarían mis apreciaciones de antaño una nueva revisión). A ello me anima tu reseña… Un abrazo y hasta pronto.
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Nunca estuve muy de acuerdo con esa cita pronunciada por Hackman en «La noche se mueve» de Arthur Penn. En todo caso, ver crecer una planta como decía Hackman podría asimilarse al cine de Rohmer por el aromático cromatismo naturalista con el que suele iluminar sus películas. Un abrazo.
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Otra confesión: no logro conectar con la sensibilidad del cine de Eric Rohmer… Pero no por ello dejo de descubrirle o de encontrar la película que me haga conectar… y a partir de ahí quizá volver a revisitar su obra.
Gran tema es el azar… y me voy a SEIS DESTINOS de Duvivier… y el azar que construye historias a través de un frac que va volando y volando de unos dueños a otros.
Beso
Hildy
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No la he visto, y después de leerte me han entrado muchas ganas, La frase-extracto me ha sobrecogido. Y aludes de manera inspiradora a La chica del puente, que me pareció exquisita. Y de declaré fan de Auteuil!
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A mí también me gustó mucho. Una película extraordinaria que algún día verás acompañando una palabra en Diccineario.
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Quizás no hayas dado todavía con la película idónea para adentrarte en su particular universo de sensaciones y confidencias. Si no has tenido la oportunidad de verla todavía prueba con «La rodilla de Clara»… Ya me dirás.
Otro film donde el azar juega un papel importante para unir a la pareja protagonista lo encontramos en «Sucedió una noche» de Frank Capra, aunque casi toda la «screwball comedy» basa sus argumentos en casualidades semejantes. Beso.
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Rohmer no podía sorprendernos con su regular (e inagotable) fluido de talento, ese talento que nos “garantizaba” en cada nueva película suya (como ocurre con Woody Allen) dos horas de enriquecedora felicidad. “CUENTO DE INVIERNO” es un film de una belleza natural y en su aparente sencillez (llena de pequeños detalles) nos empuja a la reflexión. Como observadores exteriores podemos pensar en la trivialidad de los problemas de sus personajes, observar sus idas y venidas, sopesar sus ilusiones y esperanzas, verles en su indefensión ante el azar, enternecernos con su fé irracional (Fèlicie espera, como la Lola de Demy, algo parecido a un milagro, el regreso de su único verdadero amor) y, en cualquier caso, amarlos desde el principio. Claro que en este cuento de hadas que es “CUENTO DE INVIERNO” cuando finalmente reaparezca el desvanecido príncipe de Fèlicie, a partir de ese momento, se acabará el sueño y empezará la realidad, una realidad probablemente feliz pero con renuncias y reajustes.
Un saludo.
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