FRIALDAD (Max y los chatarreros)

Tipo de emoción que distorsiona el carácter, el individuo empieza a mostrar una actitud distante frente a todas aquellas personas que muestren afecto o amabilidad para con el mismo (…) En algunas ocasiones, puede llegar a no sentir necesidad de contacto con los demás (…) La frialdad es una de las tantas cualidades que posee una persona interesada; los cuales son aquellos individuos donde solo les importa lo que quieren obtener sin mirar quienes son los afectados. (conceptodefinicion.de)

“Todo hombre tiene sus penas secretas que el mundo no conoce. Por eso a veces acusamos de frialdad a un hombre que en realidad, sólo es un hombre triste.”
Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882) Poeta estadounidense

MAX Y LOS CHATARREROS (Max et les ferrailleurs) – 1971

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Director Claude Sautet
Guion Claude Sautet, Jean-Loup Dabadie, Claude Néron
Fotografía René Mathelin
Música Philippe Sarde
Producción Lira Films/Fida Cinematografica/Sonocam
Nacionalidad Francia/ Italia
Duración 106m. Color
Reparto Michel Piccoli, Romy Schneider, François Périer, Georges Wilson, Bernard Fresson, Philippe Léotard, Dominique Zardi.

«Si tampoco quieres hablar, me pregunto por qué estoy aquí (…) Mi profesión no es ver a un tío arreglar su reloj o hacer fotos tontas. Mi profesión cuesta lo suyo, sobre todo con gente como tú que mira siempre por encima del hombro.»

Atormentado por antiguas frustraciones, acuciado por su vanidad herida y revestido por una máscara de maquiavélica frialdad, un adinerado inspector de policía (antiguo juez) concibe un ruin y manipulador plan de instigación delictiva con el obsesivo propósito de detener a una malhechora banda de chatarreros en pleno atraco a una sucursal bancaria. La decisiva contribución de Claude Sautet al ‘polar francés’ concluyó con esta oscura adaptación de la novela homónima de Claude Néron, a su vez, vértice central de una arrebatadora trilogía sobre las complejidades del amor, iniciada con LAS COSAS DE LA VIDA y clausurada con ELLA, YO Y EL OTRO (1972), todas ellas con protagonismo femenino de una bellísima Romy Schneider, aquí en la piel de una dulce y sensual prostituta de origen alemán. Un sustancioso ejercicio de fluidez y persuasión narrativa, desprovisto de efectismos e inercias poéticas, que sobresale por el matizado retrato psicológico de sus personajes, una enardecedora luminosidad e intensidad cromática y un desenlace tan revelador como inesperado.

Otras películas determinadas por la estremecedora FRIALDAD de su protagonista

La loba – William Wyler (1941)
Déjame entrar – Tomas Alfredson (2008)
Shame – Steve McQueen (2011)

4 comentarios

  1. No hace mucho disfruté de esta trilogía de Romy Schneider y Claude Sautet. ¡Cómo me gustó! Tres historias diferentes pero que enganchan desde el primer fotograma. Y las tres hablan de los laberintos del amor.
    Y si metemos como tipo frío a Alain Delon en El silencio de un hombre de Jean Pierre Melville.

    Beso
    Hildy

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    1. Tuve la suerte de ver la película en la Filmoteca de Catalunya antes de confeccionar la entrada. Tienes razón, es una trilogía muy recomendable. Quizás hayas elegido el personaje más frío y taciturno del Polar francés. Me encanta tu elección, Hildy. Otro personaje que podría haber integrado la lista de alternativas lo encontramos en el cine español contemporáneo: el sastre granadino interpretado por Antonio de la Torre en ‘Caníbal’ de Manuel Martín Cuenca. Beso.

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