Exposición de fotografías, objetos o personas visualizada a través de una pequeña mirilla o lente de aumento.1 Puede tener su precedente en los entretenimientos proporcionados por artistas ambulantes y los espectáculos callejeros (…) En su uso contemporáneo, un peepshow es una presentación por partes de cine pornográfico o de un sex show en vivo que se ven a través de una mirilla o un visor, que se cierran después de que el tiempo pagado ha expirado. Tradicionalmente, las mirillas de visualización solían ser operadas por un dispositivo activado con monedas, o mediante el pago en un mostrador. (Wikipedia)
«El paseo los llevó indefectiblemente al barrio de las putas y los peepshows, y entonces ambos se pusieron melancólicos y se dedicaron a contarse el uno al otro historias de amores y desengaños» (novela 2666)
Roberto Bolaño (1953-2003) Escritor y poeta chileno
PARIS, TEXAS (Paris, Texas) – 1984
Director Wim Wenders
Guion Sam Shepard
Fotografía Robby Müller
Música Ry Cooder
Producción Argos/Channel Four/Fox/Pro-ject/Road Movies/WDR
Nacionalidad Alemania Federal/ Francia/ Reino Unido/ Estados Unidos
Duración 145m. Color
Reparto Harry Dean Stanton, Natassja Kinski, Dean Stockwell, Aurore Clément, Bernhard Wicki, Hunter Carson, Socorro Valdez.
«Podía oírte, verte, olerte (…) A veces, tu voz me despertaba. Me despertaba en medio de la noche como si estuvieras en la habitación conmigo. Después, eso se desvaneció. Ya no pude imaginarte nunca más. Intenté hablar contigo en alto como solía hacerlo, pero no había nada. No podía oírte. Entonces, me di por vencida, todo se paró. Tú… desapareciste. Ahora trabajo aquí… Y oigo tu voz todo el tiempo. Todos los hombres tienen tu voz.»
Insistiendo en reflejar aspectos sociales e iconográficos de su estimada América, Wenders tomó prestado un relato extraído del libro Motel Chronicles de Sam Shepard para inmortalizar esta poderosa, lacónica y apasionante combinación de melodrama familiar y road-movie en torno al desolador recorrido existencial que un misterioso hombre afectado de amnesia emprende a través del desierto de Texas para reencontrarse a sí mismo, expiar su culpa y recobrar el afecto perdido tanto de su esposa como de su hijo de cuatro años. Las excelentes interpretaciones de Harry Dean Stanton y Natassja Kinski, posiblemente las más importantes de sus respectivas carreras, los penetrantes y melancólicos acordes de guitarra de Ry Cooder y la deslumbrante fotografía de Robby Müller, crucial en la consecución de una riqueza visual muy poco común, enaltecen la psique de esta amarga y descorazonadora crónica sobre la incapacidad de cicatrizar las heridas pretéritas, narrada con una quietud e intensidad que invita a dejarse arrastrar por las emociones, tal y como evidencia el tenso, cálido y estremecedor plano secuencia final de quince minutos ubicado en un peepshow.
Otras películas donde aparece un PEEPSHOW
¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? – Manuel Gómez Pereira (1992)
La pianista – Michael Haneke (2001)
L’amour est une fête – Cedric Anger (2018)