Líquido, de color rojo en los vertebrados, que, impulsado por el corazón, circula por los vasos sanguíneos del cuerpo de las personas y los animales, transportando oxígeno, alimentos y productos de desecho. (google.es)
“La violencia es el único medio de lucha, y la sangre el carburante de la historia”
Iósif Stalin (1878-1953) Dictador y presidente del Consejo de Ministros de la Unión Soviética
DRÁCULA (Dracula) – 1958
Director Terence Fisher
Guion Jimmy Sangster
Fotografía Jack Asher
Música James Bernard
Producción Hammer Films
Nacionalidad Gran Bretaña
Duración 82m. Color
Reparto Christopher Lee, Peter Cushing, Michael Gough, Carol Marsh, Melissa Stribling, Olga Dickie, John Van Eyssen, George Merritt.
«Se ha comprobado que la víctima detesta estar dominada por el vampirismo, pero no puede abandonar su práctica como el drogadicto no puede abandonar las drogas. Por fin ocurre la muerte como resultado de la pérdida de sangre, pero, al contrario que en la muerte normal, no encuentran la paz porque entran en el reino de los muertos vivientes»
La Hammer inauguró la considerada tercera gran etapa del cine fantástico con esta minuciosa regeneración naturalista del mito vampírico, donde sus determinados patrones estilísticos se potenciaron con una carga sensual inusitada para la época y una enardecida ambientación gótico/victoriana, que, a partir de entonces, se afianzaría como una de las inconfundibles señas de identidad de la productora. Los sanguinolentos embates carnales del aristócrata valaco instalado en Transilvania e incordiado por el afán científico del doctor Van Helsing, según la inmortal novela de Bram Stoker, fueron expuestos bajo una atmósfera tan inquietante como claustrofóbica, sobre la que Terence Fisher evidenció su dinámico e intenso tempo narrativo, así como una particular y extraordinaria elegancia tanto para el empleo del color como para el recurso de la elipsis. Una inmarchitable obra maestra del género, que encumbraría a sus dos protagonistas como paradigmáticos estandartes del mismo y propiciaría una cuantiosa sarta de remedos y secuelas, entre las que cabe citar LAS NOVIAS DE DRÁCULA (1960) y DRÁCULA, PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (1966), ambas del propio Fisher.
Otras películas surtidas de una sustancial cantidad de SANGRE
La sangre de las bestias – Georges Franju (1949)
Posesión infernal – Sam Raimi (1981)
Reservoir dogs – Quentin Tarantino (1992)
Añado otra con mucha sangre: «Carrie«, con Sissy Spacek bañada en la escena final de la película. Un abrazo, Antonio.
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Has estado muy oportuno al dar con esta famosa adaptación de la novela de Stephen King. Solo por esa última escena, hubiera merecido figurar entre las alternativas. Un abrazo, Raúl.
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Por Dracula y festín de sangre, me quedo con la versión de Coppola! además, adoro la estética y la ambientación que le dio, así como la banda sonora, sublime!….Y si hablamos de otra sangre, me ha venido a la mente la imagen de los ríos de sangre en el ascensor de El resplandor.
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Pues te tengo que decir lo mismo que a Raúl. Esa sanguinolenta escena, asociada a la imagen de aquellas inquietantes gemelas y los angustiosos paseos en triciclo por los pasillos del hotel, se me antoja un momento cumbre del cine de terror y un digno pretexto para proponerla como opción prioritaria a la película elegida. Algún día aparecerá por el blog…
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