Jean Epstein

FANTASMAGORÍA (El hundimiento de la casa Usher)

1. Técnica que consiste en representar figuras por medio de ilusiones ópticas.
2. Ilusión de los sentidos o figuración vana de la inteligencia.
3. Abuso de los efectos conseguidos mediante recursos sobrenaturales o extraordinarios en una obra artística, literaria, cinematográfica, etc.
(oxforddictionaries.com)

“La civilización moderna, que ha destruido poco a poco los adelantos de la fantasmagoría trascendental, ha comenzado a practicar sin darse cuenta la egolatría. El deporte es la adoración del cuerpo”
Giovanni Papini (1881-1956) Escritor italiano

EL HUNDIMIENTO DE LA CASA USHER (La chute de la maison Usher) – 1928

caída

Director Jean Epstein
Guión Jean Epstein
Fotografía George Lucas y Jean Lucas
Producción Films Jean Epstein
Nacionalidad Francia
Duración 63m. B/N
Reparto Jean Debucourt, Marguerite Gance, Charles Lamy, Fournez-Goffard, Halma, Luc Dartagnan, Pierre Hot, Abel Gance, Pierre Kefer.

«¡Se lo digo doctor! ¡Ella no puede estar muerta!»

Uno de los más importantes especímenes cinematográficos adheridos al estilo impresionista, aparecido justo en la época de debilitamiento del mismo, que aglutinaba cinco relatos de Edgar Allan Poe (Berenice, The man of the crowd, Silence, Ligeia y, sobre todo, The fall of the house, subjetivamente adaptada ese mismo en un cortometraje por James Sibley Watson y Melville Webber) para sugerir una apasionante incursión por los misteriosos límites que separan la vida de la muerte. Jean Epstein, que contaba entre sus auxiliares de dirección nada menos que a un neófito Luis Buñuel, desplegó un magistral repertorio de recursos técnicos con el fin de alcanzar la poética y turbadora perniciosidad fantasmagórica del referente literario (como la aplicación de impetuosos travellings, sobreimpresiones o la distorsión del movimiento habitual mediante el uso del ralentí) sin descuidar el aspecto eminentemente plástico, sin duda crucial en su cometido de recrear el clima asfixiante, macabro e ilusorio que se palpa en la susodicha mansión del título. Obviamente la película desconcertó al público de la época, poco curtido para digerir semejante derroche de inventiva fílmica.

Otras películas ambientadas en un contexto de FANTASMAGORÍA

Vampyr, la bruja vampiro – Carl Th. Dreyer (1932)
Cuentos de la luna pálida – Kenji Mizoguchi (1953)
Suspense – Jack Clayton (1961)

SOBREIMPRESIÓN (Corazón fiel)

Imagen, texto sobreimpreso sobre una imagen ya impresa. (google.es)
En el lenguaje del cine, sobreimpresión es cuando se impresiona dos veces el mismo fragmento de film, filmando cada vez imágenes diferentes que adquieren significado con la superposición. (ite.educacion.es)

«Las escenas siguientes introducen un tema que Méliès repetirá con frecuencia: la revista de los planetas y de las constelaciones, la Osa Mayor personificada por seis bellas jóvenes que llevan sendas estrellas (…) Los astros se suceden en sobreimpresión sobre el fondo negro de una escenografía, mientras que los exploradores, tumbados, duermen y sueñan» (sobre Viaje a la Luna)
Georges Sadoul (1904-1967) Historiador cinematográfico

CORAZÓN FIEL (Coeur fidèle) – 1923

Director Jean Epstein
Guion Jean Epstein y Marie Epstein
Fotografía Paul Guichard
Producción Pathé
Nacionalidad Francia
Duración 97m. B/N
Reparto Léon Mathot, Gina Manès, Edmond Van Daële, Claude Benedict, Marie Epstein, Madame Maufroy, Madeleine Erickson.

«El amor todo lo puede olvidar»

El intrépido y presuntuoso talento estético de Jean Epstein fue presentado en sociedad gracias a este manido relato melodramático de carácter naturalista acerca de la rivalidad que consignan dos hombres de distinto talante, condición e intenciones por el amor de una joven huérfana, adoptada y explotada por el despótico dueño de un mísero bar del puerto de Marsella. El realizador de origen polaco se apoyaría en una crónica cotidiana de admirable pulcritud para dar rienda suelta a su poderosa creatividad visual y a una inventiva empírica sin parangón, que flirteaba con las sobreimpresiones, el desenfoque o el ralentí en las escenas de mayor dramatismo, y, cuyo punto culminante, residía en la antológica secuencia de la feria, donde se aglutinaban con exaltación y lirismo numerosas técnicas como el montaje rítmico, la cámara subjetiva o el encuadre oblicuo. En su momento, la conmovedora osadía vanguardista de la cinta causó un enorme impacto y levantó enérgicas polémicas, y, en la actualidad, cabe considerarla como una de las creaciones más significativas de aquel movimiento de obvio trasfondo psicológico y honda formación intelectual llamado impresionismo.

Otras películas mudas en las que se utiliza la técnica de la SOBREIMPRESIÓN

La carreta fantasma – Victor Sjöström (1921)
Amanecer – F.W. Murnau (1927)
Cuatro hijos – John Ford (1928)