Magnitud o dimensión de un elemento. El tamaño puede medirse en longitud, ancho, altura, diámetro, perímetro, área, volumen o masa. La forma más frecuente de percepción del tamaño para los humanos es a través de la vista. La forma más común de percibir una medida es comparar la de un elemento observado por primera vez con la medida de un objeto que te resulte familiar. La visión binocular es la capacidad de los humanos para percibir la profundidad, ella permite saber qué elemento están más cerca y cuáles más lejos. La percepción del tamaño puede manipularse, jugando con distintos puntos de vista y perspectivas. (Wikipedia)
“A todo hombre le ocurren grandes aventuras, a pesar de que esté encerrado en un cuarto de diez metros, pues el tamaño de los sucesos individuales se mide por la repercusión en el alma”
Fernando González Ochoa (1895-1964) Escritor y filósofo colombiano
EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE (The incredible shrinking man) – 1957
Director Jack Arnold
Guion Richard Matheson
Fotografía Ellis W. Carter
Música Joseph Gershenson
Producción Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 81m. B/N
Reparto Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton, Raymond Bailey, William Schallert, Billy Curtis.
«Sentí que mi cuerpo disminuía, se disolvía, se convertía en la nada. Desapareció el miedo y se convirtió en aceptación. Toda la majestuosa grandeza de la creación debía tener un significado y yo tenía un significado. Sí, yo, el más pequeño entre los pequeños, también tenía un significado»
Impecable adaptación de la no menos estupenda novela de Richard Matheson The shrinking man, guionizada por el propio escritor, que perdura como la categórica obra maestra de su realizador y despunta como uno de los más exuberantes clásicos del cine fantástico engendrados en el Hollywood de los años cincuenta. A través de una narrativa lineal de vigorosa concisión y una enjundia visual apabullante, pletórica en la rentabilización de sus tersos trucajes artesanales, proponía una perversa fábula de trasfondo filosófico e inesperado colofón panteísta (ni el realizador ni el guionista comulgaron ante semejante imposición del estudio) en torno al sobrecogedor e imparable proceso de empequeñecimiento que experimenta un ciudadano de clase media a raíz de entrar en contacto con una fortuita aleación de niebla radiactiva e insecticida. El magistral uso de las maquetas hechas a escala, los efectos ópticos y las transparencias fue decisivo para transmitir la alteración del orden cotidiano y su gradual sucesión de peligros: entre ellos, el ataque de una mascota felina, la amenaza de una araña común o el cariz torrencial y tempestuoso que adquiere un mero escape de agua.
Otras películas donde algún que otro personaje pierde TAMAÑO hasta límites insospechados
Muñecos infernales – Tod Browning (1936)
Cariño, he encogido a los niños – Joe Johnston (1989)
Una vida a lo grande – Alexander Payne (2017)
Grande!!!
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Estoy convencido que su justificada reputación jamás menguará…
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Lembrou-me de uma cena de Fale Com Ela, Pedro Almodovar. O enfermeiro contando o filme que tinha visto: um homem que encolhe e entra dentro da mulher amada.
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Cómo me impresionó esta película de pequeña. Me creo muchísima angustia, pero a la vez qué buen recuerdo.
¿Sabes qué película me ha venido a la cabeza? Una contemporánea a mi infancia: El chip prodigioso. En ella Dennis Quaid se convertía en un ser pequeñísimo para un experimento científico y, por diversas circunstancias, terminaba dentro de un ciudadano normal y corriente. Ambos tienen que conseguir que el personaje de Dennis pueda salir de allí vivo y recuperando su tamaño y su vida.
Beso
Hildy
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Tengo que reconocer, que nunca me propuse a ver esta película, mucho menos la novela. Uno sabe de su existencia de toda la vida pero queda ahí en el tintero. Tu post, aparte de desarrollar el significado del tamaño, me entraron ganas de buscarla y verla de una vez por todas.
pd. No sé si lo había dicho antes, pero tu blog y entradas diseccionando palabras y películas son un regalo.
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Una maravilla cuyo poder no ha perdido fuerza con el paso del tiempo. Pude volver a verla recientemente en una reposición en pantalla grande y VOSE y aún la disfruté más que cuando la descubrí en aquel pase televisivo en “Mis terrores favoritos”… Me ha encantado cómo has sintetizado su esencia, incluyendo alusión a ese toque divino impuesto en su final por la productora, el cual, no obstante, queda como un colofón grandilocuente que cierra muy bien tan épica aventura.
Al hilo de la película que comenta Hildy Johnson me ha venido a la cabeza la que posiblemente sea su predecesora más ilustre: “Viaje alucinante” (Fantastic Voyage, 1966), de Richard Fleischer, que aunque ahora haya quedado bastante desfasada en tema de efectos visuales (a diferencia de “The shrinking man”, cuyo juego de maquetas conserva su eficacia), en su día se alzó con un Óscar por ellos y otro por su dirección artística en color.
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Hej Antonio!
Recuerdo esta película con gran cariño, dado que me llamó la atención en su momento por lo innovador del argumento, así como el desarrollo de toda la historia. Aunque es una película ya considerada muy antigua, todavía no he visto ningua que la igualara o superara.
Además de esta película recuerdo otra que me impresionó también mucho, pero no recuerdo el título, se trataba de una expedición a los que encogían en una nave y tenían que recorrer el cuerpo de un paciente para hacer una operación, sobre esa película me gustó las relaciones entre los personajes y como estos cambiaban de personalidad a su verdadero yo en cuanto la situación de supervivencia era crucial. De hecho años después leí un tebeo de Marvel donde Iron-man se encogía para entrar en el cuerpo del Capitán América para implantarle un chip y me pareció curioso como el cine y los comics bebían de la literatura.
Un saludo
Pablo – Svea y Pablo [https://sveaypablo.wordpress.com/]
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Imagino que te refieres a ‘Viaje alucinante’ de Richard Fleischer, una película de 1966 con Raquel Welch entre sus principales protagonistas. Un saludo.
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