Conchita Montes

RASTRO (Domingo de Carnaval)

Mercado callejero donde se compran y venden artículos diversos, nuevos o usados. (RAE)
El Rastro de Madrid es un mercado al aire libre, originalmente de objetos de segunda mano, que se monta todas las mañanas de domingos y festivos en el barrio de Embajadores, en el centro histórico de la capital de España. Nació hacia 1740 (…) El Rastro ha ido reglamentando su existencia y actividad comercial con el paso de los años. (Wikipedia)

“Lo importante en el rastro no es lo que compras, sino lo que no se vende, las historias y cosas que oyes a unos y a otros, y las cosas insólitas que ves.”
Andrés Trapiello (1953-) Escritor y editor español

DOMINGO DE CARNAVAL (Domingo de Carnaval) – 1945

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Director Edgar Neville
Guion Edgar Neville
Fotografía Henri Barreyre
Música José Muñoz Molleda
Producción Exclusivas Salete-Jimeno
Nacionalidad España
Duración 83m. B/N
Reparto Conchita Montes, Fernando Fernán Gómez, Guillermo Marín, Julia Lajos, Juana Mansó, Manuel Requena, Manuel Arbó.

«En este asunto no ha habido más que un enjambre de mentiras y, en medio de ellas, una sola verdad (…) La única verdad que ha salido ha sido esta amistad.»

Seis meses después de sorprender con LA VIDA EN UN HILO, deliciosa reflexión sobre la naturaleza del azar, Edgar Neville realizó esta solvente intriga detectivesca con picarescos ribetes de comedia romántica, que constituye el epicentro de su esencial trilogía criminal-costumbrista del Madrid castizo, completada con LA TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS y EL CRIMEN DE LA CALLE BORDADORES. A modo de una especie de sainete policíaco, con diálogos muy bien construidos y personajes prodigiosamente delineados, el polifacético cineasta moldeaba con preciso pulso neorrealista la investigación del ostensible asesinato de una avara prestamista, cuyo cadáver ha sido hallado por el sereno del barrio que alberga el bullicioso popular mercado del Rastro. Maravillosa pareja integrada por Conchita Montes, como la hija del relojero sobre el que recaen las principales sospechas, y Fernán Gómez, en la piel del mordaz comisario encargado de investigar el crimen, en plenas fiestas de carnaval, para un filme con obvias influencias pictóricas de Goya y José Gutiérrez-Solana.

Otras películas parcialmente ambientadas en el RASTRO DE MADRID

Día tras día – Antonio del Amo (1951)
Segundo López, aventurero urbano – Ana Mariscal (1953)
Mi tío Jacinto – Ladislao Vajda (1956)

JAMELGO (El último caballo)

Caballo flaco, viejo y desgarbado, de poco valor y utilidad. (google.es)

«¡Este placer de alejarse! Londres, Madrid, Ponferrada, tan lindos… para marcharse. Lo molesto es la llegada. Luego, el tren, al caminar, siempre nos hace soñar y casi, casi olvidamos el jamelgo que montamos» (poema El tren)
Antonio Machado (1875-1939) Poeta español

EL ÚLTIMO CABALLO (El último caballo) – 1950

Director Edgar Neville
Guión Edgar Neville
Fotografía César Fraile
Música José Muñoz Molleda
Producción Edgar Neville
Nacionalidad España
Duración 74m.
Reparto Fernando Fernán Gómez, Conchita Montes, José Luis Ozores, Mary Lamar, Julia Caba Alba, Julia Lajos, Fernando Aguirre, Antonio Ozores.

«Vamos a brindar por el mundo antiguo (…) El mundo en el que todo era suave y fácil, cuando había solidaridad entre los hombres»

Edgar Neville infundió una corriente neorrealista dentro del cine español de finales de la posguerra al proyectar esta nostálgica comedia costumbrista de agridulce y placentera ligereza, donde postulaba con ternura, vitalidad y lacerante ironía por la fraternidad y el bucólico bienestar que la banal vida moderna se ha encargado de dilapidar a partir de las adanzas por la urbe madrileña de un recién licenciado soldado de caballería, prendado de un jamelgo (de nombre Bucéfalo) al que quiere mantener a toda costa después de haberlo salvado del suplicio tauromáquico. De la mano de su actriz fetiche y compañera sentimental, Conchita Montes, un talentoso intérprete de moda, Fernán Gómez, y un por entonces prometedor cómico de linaje actoral, José Luis Ozores, el polifacético cineasta de condición nobiliaria enarbolaba en plena dictadura franquista una límpida proclama ecologista de inaudita contemporaneidad, presta a reivindicar la armonía y el sosiego de los viejos tiempos ante la contaminación, la vacuidad y la sistemática impaciencia que comporta el desarrollo tecnológico.

Otras películas donde tiene especial importancia la presencia de un JAMELGO

Don Quijote – Grigori Kozintsev (1957)
Camino hacia la victoria – John Gatins (2005)
El caballo de Turín – Béla Tarr y Ágnes Hranitzky (2011)

VIDENTE (La vida en un hilo)

Persona que es capaz de adivinar el futuro y esclarecer aquellos acontecimientos del pasado. (definicionabc.com)

“El poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos”
Arthur Rimbaud (1854-1891) Poeta francés

LA VIDA EN UN HILO (La vida en un hilo) – 1945

vida

Director Edgar Neville
Guion Edgar Neville
Fotografía Henri Barreyre
Música José Muñoz Molleda
Producción Edgar Neville
Nacionalidad España
Duración 92m. B/N
Reparto Conchita Montes, Rafael Durán, Guillermo Marín, Julia Lajos, Alicia Romay, María Bru, Joaquín Roa, Juana Mansó, Eloisa Muro.

«No se sabe hasta qué punto la felicidad está al alcance de la mano. Depende, a veces, de que al cruzar una calle miremos a un lado en vez de al otro, de que salgamos de un portal unos segundos antes o unos segundos después…»

Con casi toda seguridad, la más refinada e imaginativa aproximación del cine español de los cuarenta al sofisticado universo de la alta comedia, donde se hilvanaba a través de un lúcido y diamantino engranaje narrativo una paradójica filigrana costumbrista con matices sobrenaturales en torno al trascendental papel que el azar juega en el terreno amoroso. Durante un viaje en tren, una maga con dotes de vidente recuerda a una joven viuda madrileña de clase alta el lluvioso día en el que dos desconocidos (un ocurrente escultor y su ahora difunto esposo) se ofrecieron a acompañarla, para, a continuación, deleitarle con el relato de cómo hubiera sido su vida en caso de haber optado por el otro pretendiente. El polifacético Edgar Neville manejó con vigorosa destreza y un alto grado de picardía este atractivo trazado argumental hasta consignar una feroz crítica a la conservadora, rancia e insípida burguesía de capital de provincias, que nada tiene que ver con el desafortunado e innecesario remake que inauguró la filmografía de Gerardo Vera, UNA MUJER BAJO LA LLUVIA (1992).

Otras películas con presencia de un/a VIDENTE

El vidente – Maurice Elvey (1935)
La noche eterna – Anatole Litvak (1947)
La trama – Alfred Hitchcock (1976)