Recipiente que, cubierto con una tapa suelta o unida a la parte principal, sirve para guardar o transportar en él algo. (RAE)
“No me retiraré mientras siga manteniendo mis piernas y mi caja de maquillaje”
Bette Davis (1908-1989) Actriz estadounidense
EL BESO MORTAL (Kiss me, deadly) – 1955
Director Robert Aldrich
Guión A.I. Bezzerides
Fotografía Ernest Laszlo
Música Frank De Val
Producción Parklane Pictures
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 104m. B/N
Reparto Ralph Meeker, Cloris Leachman, Albert Dekker, Paul Stewart, Maxine Cooper, Gaby Rodgers, Wesley Addy, Nick Dennis, Jack Elam.
“Primero encuentras un hilo. Ese hilo te lleva a un cordón, ese cordón te lleva a una soga… Y con esa soga te cuelgan del cuello”
Uno de los ejercicios más cáusticos, vehementes e indescifrables que nos ha deparado la fértil cantera del cine negro lo encontramos en este áspero y paroxístico thriller antinuclear, basado en una novela homónima de Mickey Spillane, que basculaba su feroz y enrevesada intriga en torno a la imparable oleada de crímenes que comporta la persecución de una preciada caja de misterioso contenido. A través de un ritmo narrativo endiabladamente impetuoso, un perturbador sentido de la violencia y un tratamiento estético casi wellesiano, con encuadres angulados y efectos de montaje sobrecogedores, Aldrich compuso un desencantado retrato de la amoral, deshumanizada y desorbitadamente materialista sociedad estadounidense para constatar la impotencia del individuo frente a la corrupción dimanante del poder establecido, y, de este modo, arremeter de forma solapada contra el entonces vigente maccarthysmo. Ralph Meeker encarnó con sarcástico talante al disoluto y antipático detective privado Mike Hammer, rubricando de esa guisa la actuación más distinguida de toda su carrera.
Otras películas en cuyo argumento hallamos una CAJA misteriosa
Eloísa está debajo de un almendro – Rafael Gil (1943)
Mulholland Drive – David Lynch (2001)
Trash – Alejo Rébora (2010)
Adoro la obra cinematográfica de Robert Aldrich y El beso mortal es una película que muestra la manera especial y crispada que tenía este director de contar sus historias… y la escena final de la caja no tiene desperdicio.
Pero me encanta la palabra que has escogido y te diré dos películas. Una la he visto hace nada otra vez en la televisión: Caja 507 de Enrique Urbizu. Y la otra me deja siempre hecha polvo: La caja de música de Costa-Gavras.
Beso
Hildy
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No me resultó nada fácil encontrar tres alternativas dignas con la palabra ‘caja’ y ahora tú me aportas otras dos de gran calidad. Un día de estos tenemos que volver a repetir tu colaboración en el blog, Hildy. Besos.
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«La impotencia del individuo frente a la corrupción dimanante del poder establecido». Tremendo. Tengo que ver esta peli.
«No me retiraré mientras siga manteniendo mis piernas y mi caja de maquillaje». Otra frase antológica. Este blog es una mina.
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Espero que siga pareciéndote una mina durante mucho tiempo… Será para mí todo un placer.
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