El montaje audiovisual es la unión de los distintos trozos de película para crear una cinta final. Consiste en escoger, ordenar y unir una selección de los planos a registrar, según una idea y una dinámica determinada, a partir del guion, la idea del director y el aporte del montador. En vídeo la palabra equivalente es «edición», asegurarse de que cada uno de los detalles necesarios para una puesta en escena estén bien. Ya que de cada escena se hacen varias tomas, y que existen miles de tomas diferentes en una película, el montaje constituye una ardua labor. Siguiendo la trama del guion, el montador, en general, tiene libertad para montar las diferentes tomas realizadas de una escena de la manera que estime más apropiada. Asimismo, puede utilizar más o menos metraje de película de cada toma, y decidir cómo enlazar una escena o secuencia con la siguiente. Por todo ello se considera que el montaje es una de las disciplinas fundamentales en la realización de una película. (Wikipedia)
“Tengo diez mandamientos. Los nueve primeros dicen: ¡no debes aburrir! El décimo dice: tienes que tener derecho al montaje final de la película”
Billy Wilder (1906-2002) Director de cine y productor estadounidense de origen austríaco
EL HOMBRE CON LA CÁMARA (Chelovek s kinoapparatom) – 1929
Director Dziga Vertov
Guion Dziga Vertov
Fotografía Mikhail Kaufman
Música Pierre Henry, Nigel Humberstone y Konstantin Listov
Producción VUFKU
Nacionalidad Unión Soviética
Duración 67m. B/N
Reparto Mikhail Kaufman y habitamtes de Odessa y Moscú. Gustl Gstettenbaur, Tilla Durieux, Hermann Vallentin, Borwin Walth, Karl Platen.
«La película ‘El hombre de la cámara’ representa una experimentación en la comunicación cinemática de fenómeno visual sin el uso de intertítulos, sin la ayuda de un guión, sin la ayuda del teatro. Este nuevo trabajo de experimentación de Cine-ojo está dirigido a la creación de un auténtico lenguaje internacional del cine sobre la base de su completa separación del lenguaje del teatro y la literatura» (Manifiesto de Dziga Vertov al inicio al inicio de la película)
No es de extrañar el impacto popular de enorme resonancia internacional que trajo consigo el estreno de este poderoso documental vanguardista, que representaría el punto culminante de un influyente estilo experimental promulgado por Dziga Vertov a lo largo de los años, denominado «Cine-ojo» (Kinoglaz), donde se planteaba la idea de atrapar la realidad prescindiendo de guion, actores nominales, sonido y decorados, aunque, eso sí, sirviéndose de los artificios de montaje necesarios para concentrar, distorsionar y reorganizar sus imágenes en una presurosa disposición temporal inasequible al ojo humano. Este híbrido y aleatorio caleidoscopio, inmortalizado como el tratado gramático menos propagandístico y más técnicamente perfecto del cineasta, no era más que una expeditiva alternancia de fragmentos de la realidad cotidiana soviética, frecuentados por la intermitente presencia del operador y hermano del cineasta Mikhail Kaufman y dispuestos a revelar el pujante desarrollo de la sociedad industrial con una evidente proclividad por las teorías y planteamientos constructivistas.
Otras películas recordadas por su particular uso del MONTAJE
El nacimiento de una nación – D.W. Griffith (1915)
J.F.K.: caso abierto – Oliver Stone (1991)
Corre, Lola, corre – Tom Tykwer (1998)