Corriente artística surgida en Francia a finales del siglo XIX que consiste en intentar reproducir las impresiones que produce en el autor la naturaleza o cualquier otro estímulo externo. (Espasa-Calpe)
El cine impresionista francés abre paso a una estética enfocada en la expresión de los sentimientos, las emociones y las realidades psicológicas, desplazando a un segundo plano las acciones de los personajes. (social.shorthand.com)
«El término ‘impresionista’ se ha aplicado a las películas narrativas de ficción de un grupo de cineastas franceses de los primeros años de la década de los veinte, a saber: Germaine Dulac, Jean Epstein, Abel Gance, Marcel L’Herbier y Louis Delluc, el último de los cuales fue la influencia dominante con sus películas y su teoría cinematográfica» (Diccineario técnico Akal de cine)
Ira Konigsberg Catedrático de cine y lengua inglesa estadounidense
LA MUJER DE NINGUNA PARTE (La femme de nulle part) – 1922
Director Louis Delluc
Guion Louis Delluc
Fotografía Alphonse Gibory y George Lucas
Música Jean Wiener
Producción Societé des Films Cosmograph
Nacionalidad Francia
Duración 65m. B/N
Reparto Eve Francis, Roger Karl, Gine Avril, André Daven, Noemi Scize, Michel Duran, Jean Wiener.
«Me fui de esta casa hace mucho tiempo. A mi edad, buscamos viejos recuerdos. Déjeme ver la casa y el parque, unas horas… hasta esta noche»
Quinta película de Louis Delluc y una de las primeras tentativas cinematográficas en profundizar en las obsesiones e inquietudes anímicas que determinan la mente humana a partir de una maniobra de evocación y razonamiento, cuyo énfasis psicológico rehusaba la gesticulación declamatoria o la extravagancia formal para centrarse en la sencillez de una intriga dramática cimentada en una placentera evocación por los escenarios naturales y una habilidosa utilización del flash-back, recurso narrativo al que el cineasta aquitano recurría con asiduidad y prestancia. Esta historia sobre el dilema que apesadumbra a una muchacha, aconsejada por otra mujer que experimentó una disyuntiva similar veinte años atrás, entre la opción de entregarse a una absorbente pasión amorosa o, por el contrario, preservar una convencional y desahogada vida en compañía de su marido e hijo, no logró la aceptación comercial que sin duda merecía, arrastrando a su autor hacia una precaria situación económica que ya no abandonaría hasta el año siguiente, cuando falleció a causa de una tuberculosis.
Otras obras maestras del IMPRESIONISMO cinematográfico
El Dorado – Marcel L’Herbier (1921)
Corazón fiel – Jean Epstein (1923)
La sonriente madame Beudet – Germaine Dulac (1923)