Planta cucurbitácea anual de tallo velloso, flexible y rastrero, con zarcillos, hojas lobuladas y gran fruto casi esférico de piel verde y pulpa roja, dulce y jugosa llena de pepitas negras, muy apreciada como alimento. (Espasa-Calpe)
«Cual si de pronto se entreabriera el día despidiendo una intensa llamarada, por el acero fúlgido rasgada mostró su carne roja la sandía. Carmín incandescente parecía la larga y deslumbrante cuchillada, como boca encendida y desatada en frescos borbotones de alegría.» (poema La sandía)
Salvador Rueda (1857-1933) Periodista y poeta español
EL PEQUEÑO FUGITIVO (Little fugitive) – 1953

Director Ray Ashley, Morris Engel y Ruth Orkin
Guion Ray Ashley, Morris Engel y Ruth Orkin
Fotografía Morris Engel
Música Eddy Lawrence Manson
Producción Little Fugitive Production Company
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 80m. B/N
Reparto Richie Andrusco, Richard Brewster, Winifred Cushing, Jay Williams, Will Lee, Charlie Moss, Tommy DeCanio.
«¿Sabéis qué os digo? El domingo que viene vamos a salir los tres juntos y os voy a llevar a Coney Island.»
La colaboración entre el escritor Ray Ashley y el talentoso dúo de fotógrafos formado por los esposos Ruth Orkin y Morris Engel dio como fruto este amable ejercicio de naturalismo cinematográfico, cuyo carácter precursor marcaría un hito dentro de la escena independiente americana y ejercería una influencia decisiva en la nouvelle vague por la espontaneidad de su estilo de producción, el uso de la cámara en mano y el empleo de actores profesionales como protagonistas (véase, por ejemplo, LOS 400 GOLPES de Truffaut para constatarlo). Víctima de una broma pesada en la que le hacen creer que ha matado accidentalmente a su hermano mayor, un niño de Brooklyn apasionado por el béisbol y los cowboys busca refugio en Coney Island, donde vivirá una aventura iniciática tan ociosa como liberadora. La autenticidad y sencillez de las imágenes del joven disfrutando de las atracciones, comiendo sandía o recolectando envases por la playa para canjearlos y poder montar en pony, matizadas con improvisados acordes de armónica y un elegante uso de la luz y el encuadre, servían para atrapar la esencia del candor infantil y medir el pulso vital de la gran urbe neoyorquina.
Otras películas donde el protagonista come SANDÍA
El largo y cálido verano – Martin Ritt (1958)
Polyanna – David Swift (1960)
Brat (Brother) – Aleksei Balabanov (1997)
Me ha gustado, siempre he asociado la sandia con momentos felices de mi infancia.
Saludos
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Con la infancia y con el verano, del que probablemente sea su fruta más caracteristica. Un saludo.
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Qué alegría que hayas traído esta película a tu diccineario.
Es una pequeña gozada.
Cine e infancia, dos palabras que me encantan cuando se unen bien.
Y me pasa como al anterior comentarista. La sandía me trae el recuerdo de veranos felices. Y además es una fruta que me encanta.
¿Sabes dónde hay sandias? ¡¡¡¡En Dirty Dancing!!! Esta película es un placer prohibido para mí. ¡La ponen en la tele y la veo! Jajajaja.
Beso
Hildy
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Una película, que, si no recuerdo mal, formaba parte del recopilatorio utilizado para el magnífico libro ‘Lo que nunca volverá. La infancia en el cine’, en el que tan brillantemente colaboraste.
No deberíamos olvidar que esta deliciosa fruta es también ingerida en la película taiwanesa ‘El sabor de la sandia’, donde, por cierto, es también utilizada con otros fines menos alimenticios.
Beso, Hildy.
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