ROSTRO (El fantasma de la ópera)

El rostro es la cara que disponemos las personas. También designada como cara y faz, el rostro, se encuentra ubicado en la parte frontal de la cabeza del ser humano, en tanto, incluye las siguientes partes: cejas, barbilla, nariz, boca, ojos, mejilla, labio, piel y dientes. El rostro de un individuo es el elemento sustancial que nos marca la identidad de una persona, es decir, a partir del rostro es que podremos reconocer y diferenciar a las personas. (definicionabc.com)

“Nosotros, los que sobrevivimos a los campos no somos testigos verdaderos. Nosotros somos los que, a través de la prevaricación, la habilidad o la suerte, nunca tocamos fondo. Los que estuvieron y vieron el rostro de la Gorgona, no regresaron, o regresaron sin palabras”
Primo Levi (1919-1987) Escritor italiano de origen judío sefardí

EL FANTASMA DE LA ÓPERA (The phantom of the opera) – 1925

phantom2

Director Rupert Julian
Guion Elliot J. Clawson y Raymond Schrock
Fotografía Virgil Miller, Charles Van Enger y Milton Brindenbecker
Producción Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 79m. B/N
Reparto Lon Chaney, Mary Philbin, Norman Kerry, Arthur Edmund Carewe, John St. Polis, Gibson Gowland, Snitz Edwards, Mary Fabian.

«Sus ojos son espantosos abalorios en las que no hay luz, ¡como agujeros en una calavera sonriente! Su rostro es como un pergamino leproso, ¡la piel amarilla tensa sobre los huesos prominentes! Y su nariz, ¡no hay nariz!»

Ni las versiones clásicas de Arthur Lubin (1943) o Terence Fisher (1962), ni la extravagante mutación del relato en ópera rock a cargo de Brian De Palma (1974), ni siquiera la brillante traslación fílmica del exitoso musical concebido por Andrew Lloyd Webber que dirigió Joel Schumacher en 2004, consiguen ensombrecer ni derrocar a esta exitosa producción silente de Carl Laemmle como la mejor y más fiel adaptación de la novela homónima de Gastón Leroux en torno al enamoradizo pianista de rostro deforme que habita en el subsuelo de la ópera de París. Su impresionante escenografía, derivada del mayor coste de producción empleado hasta entonces en un film rodado íntegramente en estudio, y la inolvidable caracterización del gran Lon Chaney, afeado por una elaborada labor de maquillaje y continuamente enfrentado al realizador, quien fue sustituido en su tramo final por Edward Sedgwick, encubrieron una base argumental algo quebradiza pero determinada por escenas tan magistrales como el baile de máscaras o la espeluznante aparición del protagonista, rodada en Technicolor rojo.

Otras películas con protagonista de ROSTRO desfigurado

El hombre elefante – David Lynch (1980)
Abre los ojos – Alejandro Amenábar (1997)
Wonder – Stephen Chbosky (2017)

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