Kaneto Shindo

BALDE (La isla desnuda)

Recipiente que, en su sector superior, dispone de un asa abatible para facilitar su traslado. Los baldes suelen tener la forma de un cono invertido y truncado. El balde resulta apropiado para el almacenamiento y el transporte de líquidos. (definicion.de)

«Consecuente, ella empezó a lavar su ropa. Puso agua en un balde y agitó el jabón, con un sentimiento ambiguo: era un olor nuevo y una nueva certeza para contar al mundo.» (poema Era lo que Diana más temía: que la realidad irrumpiera. Liliana Heker)
Irene Gruss (1950-2018) Poeta argentina

LA ISLA DESNUDA (Hadaka no shima) – 1960

balde

Director Kaneto Shindô
Guion Kaneto Shindô
Fotografía Kiyomi Kuroda
Música Hikaru Hayashi
Producción Kindai Eiga Kyokai
Nacionalidad Japón
Duración 98m. B/N
Reparto Taiji Tonoyama, Nobuko Otowa, Shinji Tanaka, Masanori Horimoto.

«Esa gente que es libre aceptando que no lo es (…) Ese sentirse pequeño y sentirse bien con el sufrimiento que la vida tiene. Pero con mucha dignidad, con mucha nobleza.» (Oliver Laxe)

La productora independiente Kindai Eiga Kyokai logró sopreponerse a una situación de quiebra gracias al éxito internacional cosechado con este drama rural de incomparable belleza plástica, que, al mismo tiempo, ratificó el íntimo anhelo de Kaneto Shindo de plasmar una película enteramente sin diálogos y contribuyó a sanar la grave hepatopatía alcohólica de su protagonista, el prolífico secundario Taiji Tonoyama, según reflejó el autor de ONIBABA en la biografía sobre su amigo Sanmon yakusha no shi (La muerte de un actor de tercera categoría) y en su propia versión cinematográfica del año 2000. La poesía de la sencillez, en perfecta simbiosis con los elementos de la naturaleza, envolvía con poderosa fuerza documental la amarga e inclemente supervivencia cotidiana en la pequeña isla de Sukune (Mihara) de una familia de agricultores, resignados a la pertinaz rutina diaria de transportar pesados baldes de agua dulce para sus cultivos. Shindo pidió que sus cenizas fueran esparcidas en este islote frente a la costa de Sagishima, donde ya habían sido dispersadas la mitad de las de su esposa y actriz en el filme, Nobuko Otowa.

Otras películas donde aparece algún BALDE lleno de agua

El mago de Oz – Victor Fleming (1939)
El aguador – Frank Coraci (1998)
La fuente de las mujeres – Radu Mihaileanu (2011)

JUNCO (Onibaba)

Se conoce como junco a numerosas especies de plantas monocotiledóneas ligadas al agua o a zonas húmedas, de altura media (50 centímetros o más), casi siempre radicantes y rizomatosas, con tallos erectos o ascendentes, cilíndricos o comprimidos, y que están englobadas en varios géneros, sobre todo de las familias Juncaceae y Cyperaceae. (Wikipedia)

“Antes que corten los juncos del río contempla la luna”
Matsuo Basho (1644-1694) Poeta japonés

ONIBABA (Onibaba) – 1964

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Director Kaneto Shindô
Guion Kaneto Shindô
Fotografía Kyomi Kuroda
Música Hikari Hayashi
Producción Toho
Nacionalidad Japón
Duración 103m. B/N
Reparto Nobuko Otowa, Jitsuko Yoshimura, Kei Sato, Jukichi Uno, Taiji Tonoyama, Sensho Matsumoto, Kentaro Kaji, Hosui Araya.

«Dicen que los infiernos existen de verdad (…) El castigo para el amor pecaminoso es el más severo»

Apremiado, quizás, por las enormes dificultades por las que atravesaba la industria cinematográfica de su país durante los años sesenta, Kaneto Shindô restringió su ingénita inspiración artística para encauzar su carrera por los derroteros de la comercialidad; determinación, que, sin embargo, permitió algún que otro arrebato de impetuosa creatividad estilística como este exótico, tentador e intenso drama con trasfondo terrorífico en torno a las ávidas, crueles y desesperadas estratagemas criminales y amatorias acometidas por una mujer y su suegra para sobrevivir en unos frondosos campos de juncos, cercados por las contiendas civiles del Japón medieval. Este restringido planteamiento argumental fue eficazmente dignificado a través de diversos componentes entroncados con la magna tradición cultural nipona, como sus metafóricas e ingeniosas pinceladas fantásticas o sus subyugantes e irracionales asomos de turbio erotismo, consiguiendo una magistral obra de culto en lo referente a su atmósfera enfermiza e inmunda, su abrumadora plasticidad o su espeluznante tratamiento de la violencia.

Otras películas aderezadas con JUNCOS

Los juncos salvajes – André Techiné (1994)
Zaman, el hombre de los juncos – Amer Alwan (2003)
La León – Santiago Otheguy (2007)