PATATA (El caballo de Turín)

Tubérculo que tiene su origen en Sudamérica pero que, en la actualidad, se cultiva en diversas regiones del planeta. El ‘solanum tuberosum’ (denominación de la patata a nivel científico) es uno de los alimentos más importantes para la humanidad (…) Crece de manera subterránea y alberga los nutrientes de la planta. Aunque las características cambian según la variedad en cuestión, por lo general se cultivan en terrenos de tipo arenoso que tengan un buen nivel de humus. Las patatas cuentan con vitamina C, fósforo, calcio, magnesio, potasio y otros componentes que resultan imprescindibles en la dieta del ser humano. Por eso su consumo es muy popular en una gran cantidad de países. (definicion.de)

“Sobre las rosas se puede poetizar, tratándose de patatas hay que comer”
Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832) Poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán

EL CABALLO DE TURÍN (A Torinói ló [The Turin Horse]) – 2011

Director Béla Tarr y Ágnes Hranitzky
Guion Béla Tarr y László Krasznahorkai
Fotografía Fred Kelemen
Música Mihály Víg
Producción Abilene TT Filmmûhely/Movie Partners In Motion Film/Eurimages/Medienboard Berlin-Brandenburg/Motion Picture Public Foundation of Hungary/Vega Film/Zero Fiction Film
Nacionalidad Hungría/ Francia/ Alemania/ Suiza
Duración 146m. B/N
Reparto János Derzsi, Erika Bók, Mihály Kormos.

«Todo se ha venido abajo y todo se ha envilecido (…) Porque no se trata de un juicio divino en el que colabora la inocente ayuda humana. Todo lo contrario, se trata de una sentencia pronunciada por el hombre contra sí mismo, en la que por supuesto, Dios está implicado»

Excusándose en la remembranza de un pasaje sustancial en la vida de Friedrich Nietzsche (la traumática contemplación del maltrato de un cochero a su exhausto caballo en Turín), y, jugando con la hipótesis de lo que aconteció con el animal y su amo a partir de aquel lance, Béla Tarr compuso esta estremecedora parábola sobre la inexorable agonía de una civilización vencida por el egoísmo, la escasez de ideales y la ausencia de metas, declarada por el propio autor húngaro como la última película de su esencial filmografía. En una hipnotizante manifestación de pureza expresiva, plasmaba en treinta planos-secuencia y sin apenas diálogos la mortificante extinción cotidiana de aquel mustio campesino y su amansada hija, condenados a la tan precaria como estoica rutina de subsistir a base de patatas hervidas en su desapacible granja bajo la inclemencia del frío y un devastador viento. Una experiencia abstracta, única e irrepetible, ambientada con una partitura musical de inexpugnable minimalismo, que elude todo tipo de pautas establecidas a través de una sensibilidad caligráfica de una revolucionaria potencia e intensidad.

Otras películas con otras maneras de cocinar y comer la PATATA

Encuentros en la tercera fase – Steven Spielberg (1977) / Puré de patatas
Super size me – Morgan Spurlock (2004) / Patatas fritas
Volver – Pedro Almodóvar (2006) / Tortilla de patatas

11 comentarios

  1. Qué película más impresionante.
    Fue toda una experiencia para mi verla.
    Y la clave de la película está en estas palabras de tu texto: “estoica rutina de subsistir”
    Es la única película que he visto hasta ahora de Béla Tarr.
    … Una novela y una película que tiene un pastel de patata como leit motiv central es “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata”. Es de esas historias-medicina que a mí de vez en cuando me gusta “tomar”.
    Beso
    Hildy

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    1. Pues te aseguro que el grueso de su filmografía te seguirá impresionando, Hildy. ¡Qué bien que has traído otra película con otra forma de cocinar y degustar las patatas! Hace muy poco vi un clásico del terror de James Whale, ‘El caserón de las sombras’, donde el anfitrión de la estancia insistía que sus invitados comieran una patata (asada o hervida) durante la cena de bienvenida. Felices Fiestas, Hildy. Beso.

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  2. No he visto nada de este peculiar cineasta magiar, pero leyendo tu formidable crónica parece que esta película es una experiencia en toda regla. He leído dd todo sobre ella y su cine. ¿Podrías recomendarme las que consideres más interesantes? Un gran abrazo

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    1. Únicamente he visto tres películas de este genial cineasta y puedo asegurarte que las otras dos, ‘Armonías de Werckmeister’ y ‘El hombre de Londres’ son tan fascinantes como esta. Como tú has dicho, adentrarse en su universo fílmico es toda una experiencia… Feliz Navidad, amigo! Un abrazo.

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  3. La gran pesadez de la existencia humana!
    Solo he visto esta película de Bela Tarr, pero me fascinó la forma de retratar la desesperanza y falta de moral de sus personajes, que se acercan más al gesto automático de un animal. Personajes, a su vez, que en su deshumanización acaban formando un todo democrático con los espacios y los objetos contribuyendo a la rugosidad y sordidez general del ambiente.

    He leído algunos artículos donde se ha comparado el cine de Tarkovski con el de Tarr, al tomar en consideración los lentos movimientos de cámara o su trabajo con las dilataciones temporales. Pero, desde mi opinión, creo que Tarkovski nos dirige a adentrarnos en la interioridad de sus personajes, como dijo en Esculpir en el tiempo: “Lo que a mi me interesa son las cualidades interiores, morales, inmanentes al tiempo”. Mientras que para Tarr la espiritualidad y la ambigüedad ya no tiene espacio, se ha perdido definitivamente la fe. En definitiva, los dos tienen una visión metafísica del ser humano, pero uno lo encara hacia las ambigüedades y el otro hacia la tiranía de la materia extenuada.

    ¿Qué opinas tú Antonio?
    Un abrazo

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    1. Resulta inevitable la comparación entre Béla Tarr y Tarkovsky, aunque muy probablemente la base que sostiene la personalidad estilística y temática de cada uno no sea tan análoga como parece. Quizás debería completar la filmografía del creador magiar para conferir una opinión más objetiva al respecto, pero creo que hay diferencias bastante evidentes entre ambos. Mi percepción es que mientras Tarr es un cineasta de una precisión geométrica, dotado de una sensibilidad especial para hurgar con lacerante pesimismo en la sordidez y el infortunio del ser humano, Tarkovsky sobresale como un creador más abstracto, nostálgico e intuitivo, en cuyo misticismo estético aflora siempre un halo de fe y esperanza.
      Me ha encantado tu comentario, Judit. Espero que, de vez en cuando, sigas enriqueciendo el blog con mensajes tan lúcidos, versados y sugestivos como el que nos has regalado aquí. Un abrazo.

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