MAGNATE (Ciudadano Kane)

Aquella persona que por lo general ha alcanzado un lugar prominente en el ámbito de los negocios basados en la economía real. Usualmente, los magnates amasan fortunas sustanciosas y tienden a hacerse conocidos por su habilidad para el desarrollo de los negocios y sus regiones; en ocasiones son conocidos por sus despilfarros de dinero para satisfacer gustos subjetivos en el mundo, y también por sus obras benéficas. (Wikipedia)

«Conserva en un arcón su ejecutoria, da la mano al magnate y al hortera, y sueña con el juicio de la historia» (poema Semblanzas XV)
Manuel de Palacio (1831-1906) Periodista y poeta español

CIUDADANO KANE (Citizen Kane) – 1941

Director Orson Welles
Guion Orson Welles y Herman J. Mankiewicz
Fotografía Gregg Toland
Música Bernard Herrmann
Producción RKO / Mercury Theatre Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 119 min. B/N
Reparto Orson Welles, Joseph Cotten, Everett Sloane, George Coulouris, Dorothy Comingore, Ray Collins, Agnes Moorehead, Paul Stewart, Ruth Warrick, Alan Ladd, Arthur O’Connell.

“Hay dos tipos de personas: las que consiguen lo que quieren y las que no se atreven a conseguir lo que quieren”

Con tan solo veinticinco años y un fértil recorrido teatral a sus espaldas, Orson Welles debutó en el cine con este drama de sustrato periodístico, que, de manera quizás algo sobredimensionada, ha copado durante casi cinco décadas los más prestigiosos listados sobre las mejores películas de la historia. Tal consideración cabría atribuirla a un impresionante tratamiento visual de clara influencia expresionista, relevante por su sistematizado uso de la profundidad de campo o el barroquismo de sus ampulosos ángulos contrapicados, así como a una ejemplar y casi episódica estructura narrativa en flashbacks, urdida en torno a una investigación sobre la vida pública y privada de un megalómano magnate de la prensa USA (inspirado en William Randolph Hearst, quien intentó por todos los medios boicotear el film) a raíz del enigmático vocablo (Rosebud) pronunciado al morir en su opulenta mansión de Xanadú, prototipo por antonomasia del macguffin de estirpe hitchcockiana. Un portentoso análisis sobre la ambición y el egoísmo que suscita el ejercicio del poder, fiel reflejo de la vanidosa personificación del sueño americano.

Otras películas que reconstruyen la trayectoria de un MAGNATE

El último magnate – Elia Kazan (1976)
El escándalo de Larry Flynt – Milos Forman (1996)
Pozos de ambición – Paul Thomas Anderson (2007)

15 comentarios

  1. En realidad hay tres tipos de personas: los que consiguen lo que quieren, los que no se atreven a conseguir lo que quieren y los que no tienen ni idea de lo que quieren.
    No sabía lo que era un macguffin. He tenido que buscarlo en Google. Imposible leer una de tus magníficas entradas y no aprender algo nuevo.

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    1. ¿De verdad no lo sabías lo del macguffin? Jo. Pues hubo una época en la que la crítica cinematográfica y los periodistas del audiovisual, de las series y de todo tipo de ficciones no hacían más que utilizar ese concepto. Yo llegué hasta a cansarme de escucharlo. Porque, a veces daba la sensación de que muchos enteradillos, para dar la sensación de que “estaban en la onda” lo sacaban a colación, a las primeras de cambio, como dando a entender que eran los listillos de la clase, cuando en realidad no tenían ni pajolera idea de lo que hablaban. Supongo que sabes a qué me refiero ¿no? Me refiero a esa clase de personas. Tu honestidad de honra….
      Saludos.

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      1. Qué bueno! Te juro que no tenía ni idea. Nunca he pretendido ser un experto en cuestiones cinematográficas (ni siquiera he visto “El acorazado Potemkin”). Soy más de leer, y ya ni eso. Hubo un tiempo en el que me sentía importante por haber leído “Guerra y Paz” o “La montaña mágica”. Afortunadamente una de las cosas buenas de hacerse viejo es precisamente eso: vas perdiendo la vanidad por el camino.
        Gracias por tu simpático comentario. Me has sacado una sonrisa en un día especialmente oscuro.

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  2. “Ciudadano Kane”, como obra magna del cine, y por lo que supuso de innovacion estética, técnica y narrativa, es una película difícilmente contestable. Pero sí que es cierto que tiene un punto de frialdad que hace que no llegue a gustar a todo tipo de públicos. Es una película que apela más al cerebro que al corazón. Y además, a algunos les molesta esa afición que tenía Welles de alternar con los políticos y esa fascinación que tenía por los ricos y poderosos (en un principio,en su obra magna, quiso basarse en Howard Hughes, no tanto en Hearst, como sucedió al final ), y por eso les resulta antipática (sin ir más lejos, a Fernando Trueba). Pero eso son consideraciones un tanto ideológicas, aunque, en el fondo, (y en la superficie) tiene mucho que ver con el hecho de que no haya cuajado como obra predilecta del gusto popular, sino más bien para cinéfilos, apasionados del cine clásico e intelectuales de todo tipo.

    Solo quería hacer una consideración. Si Antonio está leyendo esto, me gustaría cotejar con él una duda que tengo al respecto de “Ciudadano Kane”. (si no me soluciona la duda él, y algún lector del blog está bien informado al respecto le agradecería también que me lo aclarara). Y es que, como es sabido, en esta película fue la primera vez que se utilizó de manera tan prolija la profundidad de campo. Este uso innovador, vino de la mano de la complicidad establecida entre Gregg Toland (el director de fotografía) y el propio Welles. No obstante, me gustaría saber en qué película se utilizó primero (si es que alguien lo sabe y me puede dar el dato). Lo digo porque, recuerdo haber escuchado que la primera vez que se utilizó fue en “La regla del juego” (1938) de Jean Renoir. Pero siempre tuve dudas, porque también recuerdo que el propio Greg Toland utilizó este recurso en “La loba” de William Wyler, que, curiosamente es del mismo año 1941, así que nunca me quedó claro quien fue el primer director que se arriesgó a ello.

    ¿Alguien lo sabe?

    Saludos.

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    1. Pues no sabría decirte cuál fue la primera película en hacer uso de la profundidad de campo, pero sí te puedo aseverar que ésta ya se utilizaba de forma habitual en el cine mudo. De hecho, una obra bastante revolucionaria en ese aspecto y que fue bastante alabada por emplear dicho recurso/concepto con enorme brillantez es la magistral ‘Avaricia’ de Erich Von Stroheim…

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  3. Yo he aprendido a amar Ciudadano Kane después de muchos visionados. Y ahora cada vez la disfruto más. Es de esas películas que, en mi caso, han ido creciendo con el paso de los años. Una película con una historia apasionante, con unos personajes actractivos, pero además con una forma de contar que engancha irremediablemente (un gigantesco y apasionante puzle al que intentan encajar todas las piezas). Por ejemplo, respecto la forma: cómo cuenta, de repente, la historia de un matrimonio a través de sus desayunos… Además está Joseph Cotten, que personalmente siempre me gusta su presencia.
    Buen ciclo de magnates has propuesto. Entre los melodramas de Sirk, nos encontramos con Escrito sobre el viento… una historia de un magnate cuyos hijos le traen por la calle de la amargura. Y también se ve cómo esa figura pasa de padres a hijos… y en qué condiciones.

    Beso
    Hildy

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  4. No sé si sabes, Hildy, que la magnífica escena del desayuno que describe magistralmente la decadencia del matrimonio de Kane se basó en una obra teatral de Thornton Wilder (el autor de «El puente de San Luis Rey» y de «Our town» la obra creo que era «La larga cena de Navidad»). Si no recuerdo Welles se lo contó en el libro «Ciudadano Welles» a Peter Bogdanovich. Aunque, claro, con la polémica que hubo con el guión, a lo mejor resulta que fue idea de Herman Mankiewicz o de John Houseman, aunque yo, personalmente, en este caso creo al bueno de Orson, que era un gran amante del teatro…..

    Besos y abrazos.

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  5. Qué hermosa es esa obra, La larga cena de Navidad. Tuve la suerte de verla en el escenario en un pequeño teatro, que realiza unos montajes buenísimos.
    Pues no lo sabía, pero conociendo la obra, tiene sentido. Y, sí, es verdad, Welles amaba el teatro. Gracias por compartir este conocimiento.

    Beso
    Hildy

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