INTROSPECCIÓN (September)

Observación que una persona hace de su propia conciencia o de sus estados de ánimo para reflexionar sobre ellos. (google.es)

“Viajar puede ser una de las más rentables formas de introspección”
Lawrence Durrell (1912-1990) Escritor británico

SEPTIEMBRE (September) – 1987

Director Woody Allen
Guión Woody Allen
Fotografía Carlo Di Palma
Música Varios
Producción Orion
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 82m. Color
Reparto Mia Farrow, Delholm Elliott, Sam Waterston, Dianne Wiest, Jack Warden, Elaine Strich, Ira Wheeler, Rosemary Murphy.

«Es horrible envejecer. Sobre todo si te sientes como si tuvieras 21 años. Todas las cualidades que te ayudan a ir tirando desaparecen una a una. Te miras al espejo y ves que falta algo… Y te das cuenta de que es tu futuro»

Allen regresó a la línea melodramática apuntada en INTERIORES (1978), y, como en ésta, volvió a sacrificar su protagonismo ante las cámaras para centrarse exclusivamente en una profunda y reflexiva introspección de las sensaciones tanto físicas como humanas de sus personajes, de forma bastante análoga a la reiterativamente practicada por su idolatrado Ingmar Bergman. El ocaso de las vacaciones estivales de seis adultos en Vermont resultaba un escenario idóneo para poner sobre la mesa sus amores y desamores, así como unos ocultos, sórdidos y asfixiantes secretos familiares, que, curiosamente, guardaban una gran similitud con los sucesos reales acontecidos en 1958, en los que la hija de Lana Turner asesinó al gangster y amante de su madre, Johnny Stompanato. Sin querer enmascarar en ningún momento su condición teatral, el film deviene un ejercicio melancólico e intimista de una potencia inusitada, envuelto en una textura visual de tonos marchitos e interpretado por un conjunto de actores en evidente estado de gracia, del que sobresale una Mia Farrow absolutamente elogiable en su representación de la fragilidad y el desamparo.

Otras películas que plantean un arduo proceso de INTROSPECCIÓN

Te querré siempre – Roberto Rossellini (1954)
Fellini, ocho y medio – Federico Fellini (1963)
Sonata de otoño – Ingmar Bergman (1978)

3 comentarios

  1. Woody Allen, ya entonces uno de los cineastas –como Eric Rohmer– más personales y con menos probabilidades de defraudar en cada nueva obra suya, volvía a enfrentar a personajes de vida confortable, cultivados e inteligentes, con sus fantasmas. Y lo hacía con las bellas, precisas y sosegadas imágenes de Carlo Di Palma, que daban forma y contenido a un brillante e inteligente ejercicio en vena “chejoviana”.
    Por cierto, caso insólito en la historia del cine, una vez que el film estuvo acabado, Woody Allen no quedó conforme con el resultado obtenido y decidió (y se lo permitieron) rodar de nuevo la película, incluso cambiando el reparto.
    Un saludo.

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.