INOCENCIA (Juegos prohibidos)

Algo inocente es lo que no es destructivo ni dañino. Aplicado a los seres humanos es la cualidad de alguien que no posee maldad ni ha cometido pecados, y es muy frecuente atribuirla a los niños (…) Se dice entre los adultos que alguien es muy inocente, cuando carece de conocimientos o experiencias vitales, lo que lo hace vulnerable a los actos maliciosos de sus semejantes. (deconceptos.com)

«El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no siente vergüenza por nada»
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) Pensador, escritor, enciclopedista y filósofo franco-suizo.

JUEGOS PROHIBIDOS (Jeux interdits) – 1952

Director René Clément
Guión René Clément, Jean Aurenche y Pierre Bost
Fotografía Robert Juillard
Música Narciso Yepes
Producción Silver-Films
Nacionalidad Francia
Duración 89m. B/N
Reparto Briggitte Fossey, Georges Poujouly, Lucien Hubert, Jacques Marin, Amédée, Suzanne Courtal, Pierre Merouée, Laurence Badie.

«Verás, Paulette… Ya verás qué bien estarás. Estarás con muchas niñas como tú. Niñas que han tenido muchas desgracias. Sobre todo, no te muevas. Sé buena»

Manifiesto de inmaculada sencillez contra la atrocidad bélica y la alarmante magnitud de sus secuelas, construido a partir de un guión inspirado en la novela Les jeux inconnus de François Boyer, que representa una de las páginas más conmovedoras de la cinematografía francesa y, por supuesto, la cumbre creativa en la carrera de su reputado realizador. El lúgubre entorno fantástico que nace de la candorosa afinidad entre dos chiquillos galos (un travieso campesino y una angelical niña que acaba de presenciar la muerte de sus padres a causa de un ataque aéreo nazi) consiguió hermanar la gélida y minuciosa percepción realista de su autor con una adecuada profundidad psicológica hasta extraer un sensitivo y poético canto a la inocencia infantil en contraste con la interesada, ridícula e impasible catadura moral del mundo adulto. Asombrosa y enternecedora interpretación de la pequeña pareja protagonista, cuya tentativa de proseguir sus respectivas carreras una vez transcurrida su pubertad resulto del todo infructuosa, y antológica banda sonora compuesta por los virtuosos acordes a guitarra de Narciso Yepes.

Otras películas que plasman con emotividad y perspicacia la INOCENCIA infantil

El ídolo caído – Carol Reed (1948)
La guerra de los botones – Yves Robert (1962)
El espíritu de la colmena – Víctor Erice (1973)

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