BAÑADOR (De repente, el último verano)

1. Prenda de vestir que se usa para bañarse y tomar el sol.
2. Prenda de baño femenina, elástica, de una sola pieza y que cubre todo el tronco.
(Larousse Editorial)

«Ella tiene un bañador plateado de Barbarella y cuando necesita refugio de la realidad se da un chapuzón en mis fantasías» (canción Arabella)
Alex Turner (1986-) Vocalista, guitarrista y compositor banda de indie rock Arctic Monkeys

DE REPENTE, EL ÚLTIMO VERANO (Suddenly, last summer) – 1959

repente

Director Joseph L. Mankiewicz
Guion Gore Vidal y Tennessee Williams
Fotografía Jack Hildyard
Música Buxton Orr y Malcolm Arnold
Producción Columbia
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 114m. B/N
Reparto Elizabeth Taylor, Katharine Hepburn, Montgomery Clift, Mercedes McCambridge, Albert Dekker, Gary Raymond, Mavis Villiers.

«Era un bañador de una pieza hecho de un material blanco. En el agua se transparentaba. Le dije que no quería bañarme, pero me cogió la mano y me arrastró hasta meterme en el agua. Salí como si fuese desnuda…»

La más respetable adecuación al cine del pernicioso y enrarecido universo teatral de Tennessee Williams podríamos localizarla en esta espinosa historia de represión sexual, que contraponía el ofuscamiento de una edípica e intolerante rica viuda de Nueva Orleans por idealizar el omnipresente recuerdo de su hijo al interés de un neurocirujano en averiguar la génesis del angustioso trauma que enloquece a la prima del fallecido, presente en su misteriosa muerte y blanco castrante de su tía, que intenta a toda costa que le practiquen una lobotomía. Este descabellado sostén argumental acabó convirtiéndose en un astuto, depurado y cautivante melodrama gótico sureño, decidido a sustentar su incontestable validez en una descollante dirección de actores y en una aplicación del diálogo tan hábil como turbulenta, cuyo punto culminante residía en el prolijo, cruento, sorpresivo e inolvidable monólogo final de Liz Taylor. Mención aparte merece la decoración artística de William Kellner, especialmente en lo referente a la construcción de un fastuoso y enrarecido jardín-invernadero con plantas carnívoras.

Otras películas recordadas por lo bien que su protagonista lucía el BAÑADOR

De aquí a la eternidad– Fred Zinnemann (1953) / Deborah Kerr
Alta sociedad – Charles Walters (1956) / Grace Kelly
10, la mujer perfecta – Blake Edwards (1979) / Bo Derek

14 comentarios

  1. Si hay una película que no me gusta del maestro, del genio absoluto que es Mankiewicz, es “De repente, el último verano”, obra que muere en su profunda, acartonada y carcelaria teatralidad. No quisiera aquí entrar en un debate de análisis profundo sobre esta encorsetada obra desde un punto de vista cinematográfico, actoral y de desarrollo narrativo, pero sus lastres son tan evidentes que no comparto esas razones con las que algunos pretenden darle enjundia y maquillar su evidente olor a naftalina, si bien, estoy seguro, llevarás más razón que yo pues, tal vez, mis prejuicios sobre Tennessee Williams sean tan evidentes y profundos que repercuten en un análisis mínimo.
    Sus tensos y arrebatados dramas no solo me chirrían, más aún sus “mundos” encerrados y muy vinculados a intensos y viciados dramas familiares, en realidad, me interesan más bien poco, por no decir nada. Muchos de sus intrincados laberintos son exagerados, por momentos elevados a la categoría de drama cuando en realidad deambulan en acontecimientos bastante “asumibles” e incluso cotidianos (no me refiero específicamente a esta obra). Es por eso que cuando se nos muestran como complejos artefactos sociales y tormentosos muñecos humanos no llego a creerme su desarrollo y planteamiento, salvando la capacidad interpretativa de los actores que han afrontado su vestimenta. Que obviamente no es el caso de Clift, actor que en esta película frisa, con independencia de los motivos de salud, la sobreactuación. Sin que me parezca magistral, de las que he visto basadas en obras del afamado dramaturgo estadounidense, me quedo con el trabajo de Brooks en La gata sobre el tejado de zinc.

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      1. En esta ocasión, tu rechazo a esa sórdida vehemencia novelesca que expulsa la dramaturgia de Tennessee Williams se ha impuesto a tu admiración por el virtuoso refinamiento estilístico del gran Mankiewicz. A mí, por el contrario, me parece que la fusión de ambos talentos queda perfectamente integrada y da como resultado un poderoso drama de orientación teatral, denso y absorbente, aunque queda muy lejos de los grandes logros del cineasta norteamericano (El fantasma y la señora Muir, Carta a tres esposas o Eva al desnudo).
        Aunque no sea muy evocado ni reconocido, tengo un gran recuerdo de aquel drama sureño de Pollack, con una Natalie Wood esplendorosa.
        Un abrazo.

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  2. Intenso y febril, perturbador y represivo, claustrofóbico y sin voluntad, devorador, prohibido, desnudo… y ese jardín jungla, y ese descenso al inframundo con la Sra. Violet Venable… El cine de Mankiewicz siempre me ha fascinado por lo mucho que dialogan y transmiten sus personajes, es uno de los más grandes guionistas-directores del pasado siglo. Desde que lo descubrí, mantengo la idea de que Mankiewicz es, ante todo, un autor teatral y después cineasta, siguiendo este orden de caracteres artísticos, lo cuál me parece una de sus mayores virtudes, y eso que la vida echa a perder los guiones, como bien expresaba el propio cineasta. Pocos diálogos o monólogos cinematográficos me han cautivado tanto como los relacionados con su filmografía, y eso que tan solo llevó a la gran pantalla un guión original suyo (La condesa descalza). ¡Qué ardua debió ser la adaptación de ‘De repente, el último verano’!

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  3. Según dicen el proceso de realización fue realmente duro, por el simple hecho de tener al neurótico dramaturgo constantemente en el rodaje en calidad de guionista. La relación de Williams con Mankiewicz y Hepburn fue poco menos que calamitosa, pero aún así el resultado final es en mi opinión más que digno y, sin duda, merecedor de todos los adjetivos que tan adecuadamente has utilizado. Un abrazo.

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    1. Una película impecable, digna de ser vista muchas veces, con unos diálogos excepcionales y una dirección impeca
      ble. La actuación de Elizabeth Taylor es impresionante, de principio a fin, su monólogo es fuera de serie

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  4. Una de las mejores películas que he visto, con una actuación exquisita de Elizabeth Taylor y un gran argumento y libreto, lástima que no fue a color, para disfrutar más
    de los exteriores, en la playa y el jardín, donde Miss Taylor se luce, como nunca, con su excepcional monólogo.

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