El aislamiento, definido desde el psicoanálisis, es un mecanismo de defensa, frecuente en la neurosis obsesiva, consistente en aislar un pensamiento o comportamiento eliminando sus conexiones con otros pensamientos, y llegando incluso a una ruptura con la existencia del individuo. (Wikipedia)
“Todo aislamiento es un mal ante el cual hay que luchar espiritualmente. Y nada más triste que ver bosquejarse el sentimiento del pecado en la limitación y la codicia de una clase”
Nicolás Berdiaeff (1874-1948) Escritor y filósofo ruso
PERSONA (Persona) – 1966
Director Ingmar Bergman
Guion Ingmar Bergman
Fotografía Sven Nykvist
Música Lars Johan Werle
Producción Svensk Filmindustri
Nacionalidad Suecia
Duración 81m. B/N
Reparto Bibi Andersson, Liv Ullmann, Gunnar Björnstrand, Margaretha Krook.
«Toda la ansiedad que llevamos con nosotros, nuestros sueños frustrados, la incomprensible crueldad, nuestro temor a la extinción, la dolorosa mirada interior a nuestra condición terrenal, han erosionado lentamente nuestra esperanza y cualquier otra salvación. El bramido de nuestra fe y la duda contra la oscuridad y el silencio es una de las pruebas más terribles de nuestro abandono y de nuestro aterrorizado e indescriptible conocimiento»
La relación de aislamiento, supeditación y parasitismo que se establece en un retirado balneario entre una actriz de teatro desequilibrada, que ha perdido la voz sin causa aparente, y la enfermera que la asiste fue concebida por Bergman durante una convalecencia hospitalaria para forjar una de sus obras más crípticas, turbadoras y experimentales, y, al mismo tiempo, iniciar una nueva etapa creativa, en la que sacrificaba sus inquietudes religiosas para penetrar con minuciosidad y de manera casi exclusiva en los recovecos más profundos del ser humano. PERSONA constituye un eje terminante en la filmografía de su autor, que se sirve de esta intrincada metamorfosis comunicativa para exponer una fascinante, abstracta e intrínseca reflexión sobre la locura y el vampirismo espiritual, reforzada por medio de simbolismos, metáforas y fulgurantes factores visuales que invitan a la reflexión, a la incertidumbre y al desconcierto. Apasionante fotografía de Sven Nykvist y primera colaboración del avezado creador sueco con la que posteriormente se convertiría en su principal musa y discípulo, Liv Ullmann.
Otras películas sobre distintas formas de afrontar el AISLAMIENTO social o existencial
La mujer en la arena – Hiroshi Teshigahara (1964)
Un ángel en mi mesa – Jane Campion (1990)
Her – Spike Jonze (2013)
Diccineario 
Interesante entrada
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Me alegro que te haya gustado. Gracias por tu visita. Un saludo.
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Una de esas películas que siempre me hacen pensar que Bergman sería un excelente director de cine de terror. Críptica, sí, pero hipnótica y fascinante, con escenas que desprenden un montón de sensaciones.
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Con esta película, y, probablemente todavía más con la siguiente «La hora del lobo«, Bergman dejó claro que era un clarividente creador de atmósferas aterradoras, malsanas, retorcidas y desconcertantes.
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Otra de mis pendientes de la filmografía del maestro sueco, pero presumiblemente veré antes ‘Secretos de un matrimonio‘, obra que por cierto estoy deseando de ver. ¿Es el cine de Ingmar Bergman un viaje introspectivo que nos conduce a la catarsis existencial?
Un texto excelente.
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Podría muy bien definirse así… La hiriente angustia existencial que propone Bergman en casi todas sus películas acaba casi siempre por desencadenar un efecto catártico.
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Una película bellísima. Cierto que el aislamiento es uno de los grandes temas de Bergman, aunque también pienso que la cuestión aquí es la del encierro ontológico, que produciría el temor a la libertad y un patológico miedo a la creación y al hombre. También lo trata en El séptimo sello y en Fresas salvajes.
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De hecho, esos delirios ontológicos que tan acertadamente comentas son casi inherentes a la obra bergmaniana, pues también afloran en otras grandes películas como «El silencio», «Gritos y susurros», etc. Gracias por tu visita. Un saludo.
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Una de los plomos más importantes de la historia del cine y un sin sentido a mayor gloria de una gran gilipollez.
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La grandeza del cine hace que una misma película pueda ser vista para unos como una obra maestra absoluta de incalculables e inabordables matices y, para otros, como «un sinsentido y una gran gilipollez». Me consta que la viste hace poco tiempo pero, aún así, podrías darle otra oportunidad en un futuro. El propio Carlos Boyero, crítico de verbo viperino pero subjetividad contrastada, reconoció en una entrevista que tras detestar a Bergman durante mucho tiempo había renovado sus viejas convicciones tras volver a visionar «Los comulgantes» y «Persona». Nunca se sabe…
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¡Coñooooo!, Antonio pero que mal me quieres, yo ya no estoy para darle más oportunidades a semajente introspección nórdica. Mi capacidad de asombro aún se resiste a asumir que una película tan experimental, pesada, casquivana y, finalmente, misantrópica a veces y condescendiente otras, sea aplaudida por el cien por cien de los aficionados a esto que venimos llamando cine. Para uno que tenía similar opinion, va y la cambia. Mejor solo y con ausencia de exquisita y erudita reputación cinéfila, que traidor a lo que pienso y siento.
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Es quizá la película en la que Bergman experimentó más con el lenguaje cinematográfico, creando un trabajo complejo y abierto a diferentes interpretaciones. Como sucede a veces con algunas obras de arte fascinantes o con un arte más abstracto como la música, el artista consigue conectar con nuestras emociones y nuestro pensamiento, aunque no sepamos con certeza que es todo lo que nos quiere comunicar, y quizás ni el propio autor tiene un discurso claro o cerrado, sino que se dedica a divagar sobre asuntos íntimos que le atraen e interesan de manera profunda. Como dices en tu comentario Bergman utilizó un periodo de enfermedad en el que él mismo estuvo bajo cuidados médicos como inspiración, así que es una obra muy personal. También es cierto que Bergman utilizó muchas veces elementos autobiográficos como inspiración. Seguramente la influencia de esta obra se refleja en otra película críptica e hipnótica como «Mulholland drive» de Lynch.
Un saludo.
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Creo que te has explicado a la perfección. Cierto, el hecho de ser una obra tan profunda y personal dificulta enormemente su comprensión. Es muy probable que David Lynch la tuviera presente a la hora de fraguar su fascinante e inabordable «Mulholland Drive«. Un saludo.
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Ingmar Bergman, un maestro del séptimo arte, que me cautivó, como a muchos, con El séptimo sello. Luego La fuente y la doncella, Persona y Fanny y Alexander. El usó el blanco y negro de forma magistral, no abusó de los diálogos y sus formó a un grupo de actores, entre ellos a Max von Sydow, quien después emigraría, para bien o para mal, a hollywood. Persona, para mí, es una obra excelente.
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Yo también acabé atrapado bajo el influjo hipnótico del maestro Bergman, no pude remediarlo. Me alegro que sepas apreciar el cine del maestro sueco, Zoe. Gracias por tu visita y espero que sigas el blog, pues todas esas grandes obras que citas tendrán cabida algún día en él, no lo dudes. Un saludo.
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La vi hace ya muuuuchos años. Y la he vuelto a ver hace 3 días. Tiene escenas increíbles, increíblemente sencillas. En conjunto me ha vuelto a cautivar, aunque creo que hace muuuuchos años quizá estuve más receptivo.
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También la veías por primera vez. Ahora ya sabías a lo que te enfrentabas…
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