MARIPOSA (El coleccionista)

Las mariposas son insectos caracterizados por atravesar distintos estados a lo largo de su vida. Las más conocidas tienen colores y formas llamativas durante su vida adulta, hecho que ha contribuido a su popularización. Se alimentan en esta etapa del néctar de las flores y este hecho hace que se las pueda ver frecuentemente en las mismas. No obstante, este insecto pasa previamente por un estado larvario que lo lleva a permanecer en las hojas y tallos de distintos vegetales de los que se alimenta, circunstancia que las convierte en plaga por la afección que origina a los mismos. (definicion.mx)

“La felicidad es como una mariposa. Cuanto más la persigues, más huye. Pero si vuelves la atención hacia otras cosas, ella viene y suavemente se posa en tu hombro. La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.”
Victor Frankl (1905-1997) Neurólogo y psiquiatra austriaco

EL COLECCIONISTA (The collector) – 1965

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Director William Wyler
Guion Stanley Mann y John Kohn
Fotografía Robert Krasker y Robert Surtees
Música Maurice Jarre
Producción Columbia/Collector Company
Nacionalidad Reino Unido/ Estados Unidos
Duración 119m. Color
Reparto Terence Stamp, Samantha Eggar, Mona Washbourne, Maurice Dallimore, Allyson Ames, Gordon Barclay, William Bickley.

«Ya sabes lo que quiero. Es lo que siempre he querido. Tú podrías enamorarte de mí si lo intentaras. He hecho todo lo posible para facilitártelo. Pero no quieres intentarlo.»

Un joven y retraído empleado de banca londinense, ferviente aficionado a coleccionar mariposas, secuestra a una estudiante de Bellas Artes de la que está obsesionadamente enamorado con la única esperanza de que, durante su reclusión, ella llegue a corresponderle. La complicada relación psicológica brotada entre estos dos seres, que, por momentos, adquiere matices de una hipnótica, perturbadora y claustrofóbica pesadilla, fue dirigida íntegramente en suelo británico por Wyler con la precisión narrativa adecuada para escrutar con verdadero discernimiento las contrapuestas personalidades que componen el denominado síndrome de Estocolmo. La música de Maurice Jarre, una fotografía en Technicolor absolutamente cautivadora y la enigmática presencia de Terence Stamp reforzaban el trastornado romanticismo y la inquietante atmósfera de intriga de la última gran película del insigne y siempre infravalorado realizador norteamericano, basada en una novela homónima de John Fowles, que sería objeto de una pintoresca exégesis a cargo de Pedro Almodóvar en ÁTAME (1991).

Otras películas donde aparecen MARIPOSAS

El silencio no tiene alas – Kazuo Kuroki (1966)
Alas de mariposa – Juanma Bajo Ulloa (1991)
La mariposa – Philippe Muyl (2002)

8 comentarios

  1. Qué estremecedora esta película del gran William Wyler. Hay varias imágenes que no se borran de la memoria. Y, sí, Terence Stamp es una presencia inquietante…

    Sí, qué buena la aportación de Sr Helvetica. Las dos pelis que he visto de Peter Strickland (The Duke of Burgundy y Berberian Sound Studio) crea unos universos muy especiales. Y en The Duke of Burgundy… las mariposas están muy presentes.

    La mariposa como metáfora de la vida del protagonista… en una película impresionante de Julian Schnabel, La escafandra y la mariposa.

    Beso
    Hildy

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    1. Me gusta encontrarme contigo cada vez que aparece en el blog una película de Wyler… Creo que nunca nos cansaremos de apuntar su nunca suficientemente talento como realizador. Como siempre, tu alternativa es también de lo más precisa, Hildy.
      Besos.

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  2. A lo largo de mi vida, solo le he visto dos veces y me sigue pareciendo una película de suspense claustrofóbico con muchas pretensiones en su diseño y escaso riesgo en su ejecución, refugiada en un asegurador academicismo formal y unos recar­gados diálogos que, lejos de agregar fuerza al drama, contribuyen a artificializar las situaciones. Situaciones, por otro lado, cuidadosamente recortadas para que nunca arañen el fondo. La amanerada actuación de Terence Stamp, tampo­co ayuda, la verdad.
    Creo que Almodóvar en «ÁTAME», con una temática muy parecida y un tratamiento diametralmente opuesto, llegó mucho más lejos que Wyler y consiguió algo que ni por asomo logró el autor de la peli que nos ocupa: emocionarnos hasta la médula.

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  3. Quizás consiguió emocionarnos con sus apasionadas interpretaciones y una adecuada dosis de erotismo desmelenado, pero seguiré quedándome con los silencios y las miradas de la pareja Stamp/Eggar o con el misterioso romanticismo de la puesta en escena de Wyler. Cuestión de gustos…

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