CRUELDAD (Funny games)

Respuesta emocional de obtención de placer en el sufrimiento y dolor de otros o la acción que innecesariamente causa tal sufrimiento o dolor. Es considerada como un signo de desajuste psicológico por la American Psychiatric Association (…) La propensión a la crueldad se asocia con la patología sadomasoquista. (Wikipedia)

«La crueldad es un tirano sostenido sólo por el miedo»
William Shakespeare (1564-1616) Poeta, dramaturgo y actor inglés.

FUNNY GAMES (Funny games) – 1997

funny

Director Michael Haneke
Guión Michael Haneke
Fotografía Jürgen Jürges
Música Varios
Producción Wega-Filmproduktion M.B.H.
Nacionalidad Austria
Duración 103m. Color
Reparto Susanne Lothar, Ulrich Mühe, Frank Giering, Arno Frisch, Stefan Clapczynski, Doris Kunstmann, Christoph Bantzer, Wolfgang Glück.

«Te entiendo, Anna. Te entiendo muy bien. No es agradable hacer sufrir a quien se ama. Sin embargo, es muy sencillo evitar todo esto. No tienes más que respetar las reglas del juego y todo irá bien»

La acentuada disposición de Haneke a analizar las consecuencias del desmedido consumo de violencia que transita por una sociedad corrompida por los medios de comunicación, concretada en films tan llamativos como EL VIDEO DE BENNY (1992), encontró su punto más álgido en este escalofriante, amargo y extremadamente incómodo ejercicio de estilo, cuya primordial característica radicaba en la inevitable implicación activa del espectador en los brutales incidentes que se exponían. La espantosa intromisión de dos «juguetones» psicópatas en la intimidad de una pequeña familia burguesa, dispuesta a disfrutar de unos días de reposo a orillas de un lago, fue vertida en imágenes sin recurrir a las truculentas y complacientes fórmulas que acostumbran a polarizar el cine de terror, sino apostando por una puesta en escena de rigurosa sequedad nihilista que sustituía el impacto del salvajismo gratuito por una espeluznante pero contenida representación de la angustia, el dolor y la crueldad extrema a través de una portentosa utilización del sonido y el fuera de campo.

Otras películas donde se abordan situaciones de una CRUELDAD extrema

La balada de Narayama – Shohei Imamura (1983)
Osama – Siddiq Barmak (2003)
12 años de esclavitud – Steve McQueen (2013)

18 comentarios

  1. Funny Games es la película más horriblemente cruel que he visto en mi vida. Verla da náuseas. La ‘crueldad extrema’ de La Balada de Narayama es de otra naturaleza. No la compararía con Funny Games. Chao!

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  2. Y te sorprendes a ti mismo enganchado a esta repulsión, tapándote la cara con las manos y mirando entre los dedos….Cuando terminé tenía la angustia pegada en el estómago…sería incapaz de volverla a ver

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  3. Es curioso lo de esta angustiosa película porque tiene otra versión del año 2007, estadounidense; hasta aquí la cosa es normal, ya se sabe que a los americanos les gusta volver a hacer determinadas pelis europeas, eso sí dentro de sus parámetros estilísticos y buscando la taquilla. Lo singular es que esta «Funny Games» norteamericana también fue dirigida por Haneke, un director que tiene algunos detractores pero que a mí encanta («Amor», «La Cinta Blanca», «La Pianista», …) Un abrazo, Antonio.

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    1. Te gusten más o menos sus películas, Haneke es un realizador que nunca te deja indiferente, tal y como ocurre con Lars Von Trier. Has citado tres de sus mejores películas, las cuales espero tener la oportunidad de ir dándoles entrada en el blog.
      Es verdad, podía haber hecho alguna referencia al remake hollywoodiense… De hecho, si siguen prolongando hasta el hartazgo (y así parecer ser) esa fórmula de reproducir con sus particulares fórmulas los éxitos europeos u orientales debería hacer un apartado especial en cada entrada. Al menos, ésta cuenta con el aliciente de estar dirigida por el mismo realizador… Un saludo.

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  4. Dos veces he visto esta película, genial, grandísima. Sí, es angustiante esa crueldad psicológica en la que la final no hay perdón para la guapa Naomi Watts. Grandes interpretaciones, grande Haneke, un director singular. Saludos.

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  5. El proyecto conceptualmente y la ejecución formal que conlleva en sí mismos son tan discutibles como la propia violencia que intrínsecamente denuncia o pretende plasmar desde esa asepsia muy de su autor. ¿No hay gratuidad, o la hay más aún en su aparente discurso impoluto? Creo que estamos ante un artificio conceptual e intelectual, tanto o más bastardo que cualquier producto pueril y comercial. Esa violencia mecánica, desarraigada de cualquier lógica, amputada de motivos nos conduce, en el fondo, a un juego en que yo no veo más que trampa y facilidad.

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    1. Sabemos que la violencia y la crueldad están en infinitas ocasiones desvinculadas de toda lógica, aunque ya de por sí cueste encontrar un fundamento que las justifique. Desafortunadamente, conocemos infinidad de casos reales parecidos a la historia que nos cuenta Haneke. Basta recordar el desalmado asesinato de la esposa de Polanski, Sharon Tate, a manos de la secta dirigida por Charles Manson. En esta ocasión, el realizador austriaco se decanta más bien por una representación de la violencia más bien psicológica, aunque no por ello tremebunda, en lugar de recurrir a los habituales ensaladas de sangre y vísceras que suelen abastecer este tipo de películas de terror.

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      1. No, casi el cien por cien de la crueldad y, en esencia, sus motivos son, cuando menos, lógicos y justificados. Lo demás es cine y otras cosas. Si no se había hecho antes es por motivos evidentes. Su juego no me interesa conceptualmente y creo que frisa en lo fácil, aunque no lo parezca. Para ponerte un ejemplo, La cinta blanca frisa en la pesadez pretendiendo ser seria. Este autor, a veces, se toma a sí mismo muy en serio. Y a estas alturas puede resultarme genial, Amor, o autosuficiente.

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    1. En mi adolescencia, especialmente en una etapa en la que en frecuentaba una doble sesión de terror cada miércoles por la noche, experimenté en muchas ocasiones esa misma sensación. Ahora, siempre volvía a la semana siguiente…

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  6. Funny Games acompaña perfectamente la palabra elegida, crueldad. Y además Haneke juega brutalmente con el espectador y con una reflexión sobre el reflejo de la violencia en la pantalla. No olvidemos los recursos del cineasta (rebobinar hacia delante y hacia detrás, manipular la historia, creernos que va a haber un final y poner otro)… y ese deseo continuo de querer apagar la película y sin embargo seguir viéndola… hasta sorprendernos al final de haberla visto. Como varios comentaristas escriben, tampoco sé si sería capaz de volver a verla.

    Y a continuación de esta palabra, Crueldad, la trilogía Paraíso de Ulrich Seidl o Lilya forever de Lukas Moodysson.

    Beso
    Hildy

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    1. Deja un regusto tan amargo que piensas no volver a enfrentarte a ella nunca más, es cierto. Ahora, no me arrepiento de haberlo hecho. Grandes ejemplos los que aportas, Hildy.
      Otros dos exponentes fílmicos que reflexionan sobre las raíces de la crueldad serían «El joven Törless» de Volker Schlöndorff y «Mouchette» de Robert Bresson.
      Besos.

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  7. Otras crueldades, «El ángel azul«, «Shesh Peamim (Six Acts)» y «El hijo de Saúl». Gracias mil por las «rectificaciones». No sabes la frustración que supone escribir desde ese artefacto «cruel» e insensible que es el móvil. Un fortísimo abrazo.

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    1. De las tres, únicamente conozco la obra maestra de Von Sternberg. Otros dos claros exponentes cinematográficos de una crueldad desmesurada los encontraríamos en «El intendente Sansho» de Mizoguchi o «La loba» de William Wyler. Espero que pronto puedas escribir desde el ordenador y dejar el móvil para otros menesteres, mucho menos engorrosos. Cuídate. Un abrazo.

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