WESTERN (Sin perdón)

Género cinematográfico típico del cine estadounidense que se ambienta en el Viejo Oeste estadounidense. La palabra western, originariamente un adjetivo derivado de west («oeste», en inglés), se sustantivó para hacer referencia fundamentalmente a obras cinematográficas, aunque también existe en la literatura (novela del Oeste). En castellano, western es un extranjerismo adaptado, e incorporado en el Diccionario de la Real Academia Española. Las obras de este género son llamadas habitualmente películas del Oeste o películas de vaqueros (…) El western ha sido usado a menudo por el cine estadounidense para escribir la épica de su propio país, una narración legendaria del proceso de fundación de los Estados Unidos protagonizada por héroes que encarnan algunos de los valores más arraigados de su cultura, siempre bajo la inspiración del destino manifiesto y con una iconografía característica (sombrero tejano, pistolas, chalecos, caballos, desierto, ciudades-calle, saloon, ranchos, diligencias, indios…) (…) El padre del western cinematográfico fue Edwin S. Porter, quien, en 1903 realizó Asalto y robo de un tren. (Wikipedia)

«Mi nombre es John Ford y hago westerns.»
John Ford (1894-1973) Actor, director y productor cinematográfico estadounidense

SIN PERDÓN (Unforgiven) – 1992

perdón

Director Clint Eastwood
Guion David Webb Peoples
Fotografía Jack N. Green
Música Lennie Niehaus
Producción Malpaso/Warner Bros.
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 131m. Color
Reparto Clint Easwood, Gene Hackman, Morgan Freeman, Richard Harris, Jaimz Woolvett, Saul Rubinek, Frances Fisher, Anna Levine.

«Matar a un hombre es algo muy duro. Le quitas todo lo que tiene y todo lo que podría tener.»

Clint Eastwood adquirió en 1983 los derechos de un guion arrinconado en los despachos hollywoodienses desde hacía ocho años y esperó otros nueve para dar mayor verosimilitud a su protagonista: un asesino a sueldo retirado, viudo y con problemas económicos que decidía volver a su pretérita actividad para vengar a una prostituta marcada a navaja por dos clientes del prostíbulo de Big Whiskey (Wyoming) en el que alterna. El resultado fue un pluvioso y absorbente western crepuscular que confirmaba su candidatura a convertirse en el cineasta de raigambre clásica más sustancioso y eficaz del cine americano por la naturalidad expositiva con la que resolvía un recorrido dramático de melancólica persuasión, cuyo designio revisionista desacreditaba el mítico heroísmo del viejo Oeste y, al mismo tiempo, reflexionaba sobre algunos de los temas básicos de un género resurgido gracias a él del olvido, como las dolorosas derivaciones de la violencia o el amargo sedimento que nos inocula el paso del tiempo. Dedicada a sus dos grandes mentores, Sergio Leone y Don Siegel, posee un estimable reparto y una virtuosa labor lumínica a cargo de Jack Green.

Otras obras maestras del WESTERN

Solo ante el peligro – Fred Zinnemann (1952)
Raíces profundas – George Stevens (1953)
El hombre que mató a Liberty Valance – John Ford (1962)

17 comentarios

  1. Para los que tenemos ya una edad el western es un género muy cercano y para algunos, como yo, muy querido. En los cines de sesión continua y en la televisión era muy habituales estas películas del oeste, mi padre es muy aficionado a ellas y en casa se veían siempre. Para alguien que ha visto muchas películas (buenas, malas y regulares), «Si Perdón» fue como una bofetada; he de confesar que mientras veía la película no sabía si Clint Eastwood había intentado ridiculizar el género o ensalzarlo; cuando salí del cine tuve la sensación de haber presenciado algo que me parecía imposible desde Sergio Leone o Sam Peckinpah: un género tan encasillado y limitado por sus ticks como el western parecía que se iba a renovar; lamentablemente no fue así porque este tipo de películas al parecer ya no se llevan, «Sin Perdón» más que un western crespuscular es el crespúsculo del género, eso sí se despidió a lo grande. Un abrazo Antonio.

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    1. Yo también crecí viendo películas del Oeste por televisión, pues éste era también el género favorito de mi padre, y coincido además en el efecto que me produjo el primer visionado de esta obra maestra, predispuesto como yo iba a presenciar otro de aquellos westerns de atmósfera hostil y opresiva a los que su autor nos tenía acostumbrados, aún matizándolos con un halo místico como «El jinete pálido«. Su profundo existencialismo me dejó patidifuso y no conseguí apreciar todo su valor hasta la segunda y tercera vez que decidí disfrutar de ella. Ahora, me cuesta mucho admitir que significara el crepúsculo (o despedida) del género…

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  2. ‘Sin perdón’ es un western neoclásico, un retrato del salvaje oeste con toda su crudeza, con un estilo bien marcado y definido en caracteres. Sería demasiado reduccionista considerarlo una reinvención de un género caído, diría más bien que esta obra supuso la reivindicación de una forma de entender el cine; es un resurgimiento, como bien apunta Antonio, tanto en su planteamiento como en sus formas.

    “Enciende una hoguera y escucha su crepitar, los aullidos del coyote te han de despertar. Anillos de humo blanco en la colina has de avistar; mantén cerca tu rifle Spencer por lo que pueda avecinar. Allá en el lejano oeste un pálido jinete sigue sin perdonar; la violencia es su vil decálogo, enemigo difícil de olvidar. Entre porcinos y caballos duros de domar, ni los animales de su granja le respetan ya. Decálogo de la violencia en desvelo se quedará y el espíritu de la conciencia su luz al regresar…» Así comienzo las notas que escribí en La Aldea, con motivo de esta magistral obra. Apuntes improvisados.

    Un saludo cinéfilo.

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  3. Western… Quizá me pasó como a Raúl y el hecho de haber crecido viendo películas del Oeste me predestinó a que de mayor me apasionara este género. Amo el Western, no lo puedo evitar, pero no quiero limitarlo a un reflejo condicionado de mi infancia. También vi «péplums» de pequeño y no calaron tan hondo… Quizá se deba a la exaltación del valor exento de ese patriotismo tan común en el cine bélico («Solo ante el peligro«), a la fuerza de los valores y el altruismo («Un hombre»), al romanticismo del héroe anónimo (el personaje de John Wayne en «El hombre que mató a Liberty Valance»), a la libertad («Las aventuras de Jeremiah Johnson»), a los amplios horizontes («Centauros del desierto»), a su halo de leyenda («El jinete pálido«), a la defensa del débil y la inexorabilidad del destino («Raíces profundas«), o a la amistad entre compañeros y la sed de justicia no institucionalizada («Sin perdón»)… Lo cierto es que amo el cine gracias al Western. ¿Y Clint? Ni el cine ni el Western serían lo mismo sin él.

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    1. Te entiendo perfectamente, pues yo también amo el western por ese cúmulo de razones que tan bien expones. Y es que ningún otro género puede presumir además de ensalzar la conducta errante («La pradera sin ley»), la naturaleza indómita («Río de sangre«), la conciencia profesional («La legión invencible«), el triunfo de la integridad y la justicia ante la hostilidad del entorno («Conspiración de silencio«)…

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    1. Un guión perfectamente estructurado, el magnífico desarrollo de los personajes y la majestuosidad de sus diálogos y réplicas la hacen diferente a todas las otras aproximaciones al género de su eminente realizador. Por supuesto, también es uno de mis westerns predilectos.

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  4. Veo hasta las infames que ponen en la 2 alguna tarde. Y mira que son malas a rabiar. Sin Perdon es una película excelente. Yo creo que el género decayó porque ya lo había contado todo sobre aquella época; lo que pasó y lo que no pasó; personajes que existieron y otros que no; realidad y tergiversación……… en realidad en duelo en OK Corral, tengo leído en algún sitio que duró 2 o 3 días. Con las pistolas antiguas no se podía hacer puntería: con las de avancarga ( el antiguo Remington) no digamos. Pero seguiré viendo todo lo que pille

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    1. Yo antes también los veía todos, era superior a mí… Ahora, por falta de tiempo principalmente, tengo que ser mucho más selectivo. Aún así, cabe recordar que la serie B del género proporcionó también en sus años dorados un buen puñado de grandes películas, comos las de Joseph H. Lewis («Terror in a Texas town») o Budd Boetticher («Cabagar en solitario»).

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