Acción involuntaria que consiste en dejar de recordar, o de guardar en la memoria, información adquirida. A menudo el olvido se produce por el «aprendizaje interferente», que es el aprendizaje que sustituye a un recuerdo no consolidado en la memoria, y lo «desaparece» de la conciencia. Debemos recordar que uno recuerda que ha olvidado algo, es decir que sabe que tenía un conocimiento que ya no está allí, es decir, tener conciencia de haber tenido eso. Así, los recuerdos olvidados no desaparecen, sino que son sepultados en el inconsciente. (Wikipedia)
«Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. Una vez me contó, un amigo común, que la vio donde habita el olvido» (canción Donde habita el olvido)
Joaquín Sabina (1949-) Cantautor y poeta español
CARTA DE UNA DESCONOCIDA (Letter from an unknown woman) – 1948
Director Max Ophüls
Guion Howard Koch
Fotografía Franz Planer
Música Daniele Amfietheatrof
Producción Universal/Rampart Productions
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 86m. B/N
Reparto Joan Fontaine, Louis Jordan, Mady Christians, Marcel Journet, Carol Yorke, Art Smith, Erskine Sanford, Otto Waldis.
«Cuando leas esta carta puede que ya haya muerto. Tengo tanto que contarte y tan poco tiempo. El motivo de estas líneas, no lo sé. Tengo que escribir ahora antes de que sea demasiado tarde. Quiero dejar claro que lo que nos pasó fue algo que está fuera del alcance de nuestro entendimiento. Si esta carta llega a tus manos, verás como fui tuya sin que tú siquiera supieses que existía»
El primer largometraje verdaderamente personal de Max Ophüls tras siete años de estancia en Estados Unidos llegó con esta sublime adaptación de la novela homónima de Stephan Zweig, que ha superado el paso de los años con portentosa solvencia hasta convertirse en una de las grandes cumbres del romanticismo cinematográfico. Ambientada en las ciudades de Viena y Linz de finales del siglo XIX, majestuosamente reconstruidas en estudio, describía mediante cuatro dilatados flashbacks la patética historia de una mujer que consagra su existencia a un atractivo y bohemio pianista del cual está secretamente enamorada desde su infancia. A través de un impresionante tratamiento visual, el cineasta alemán conseguía conjugar un sentido de la atmósfera febril y apasionado con una narrativa tan serena como delicada, donde la virtuosa cámara parecía moverse a ritmo de vals. Por su parte, Joan Fontaine alcanzaría su pináculo interpretativo gracias a la sutil y emotiva composición del difícil personaje principal, cuyo amor no correspondido evolucionaba desde la adolescencia hasta la madurez.
Otras películas sobre el OLVIDO
Niebla en el pasado – Mervyn Leroy (1942)
¡Olvídate de mí! – Michael Gondry (2004)
Trance – Danny Boyle (2013)
Diccineario 
La película que hoy reseñas me encanta al igual que su director (del que aún, por cierto, me quedan cosas por ver), Ophuls. Adoro también la novela. Y la palabra ya ni te cuento. Así que mi disfrute es triple.
… y en homenaje a Scola… una película sobre el olvido absolutamente hermosa, Macarroni, con Jack Lemmon y Marcelo Mastroianni.
Beso
Hildy
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Es una de las películas de Scola que me faltan por ver e intentaré hacerlo lo antes posible. Te citaré dos obras maestras sobre el triste olvido en el que se desmoronan algunas antiguas estrellas cinematográficas: «El crepúsculo de los dioses» de Wilder y «¿Qué fue de Baby Jane?» de Aldrich. Besos.
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No sabía de la existencia de esta película. La novelita de Zweig, del que soy súperfan, es deliciosa. Gracias. Intentaré conseguirla. Un saludo
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Pues la película es sublime… No dudes en conseguirla! Un saludo.
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Hay pocos creadores de formas que no lo hubiesen sido ya, autores que se asocian con movimientos innovadores y con un estilo que puede parecer original, pero que son más bien recopiladores de formas preexistentes, y hoy día esas pretensiones se notan aún más.
Max Ophüls es un artista que no pertenece en absoluto a ese gremio; no hay nada que se le parezca en cuanto a deslizamientos de cámara y suculentos travellings como bien sabemos. Su virtuosismo es único y su estilo visual me sigue impresionando. Afortunadamente aún me quedan obras por ver del cineasta germano.
Carta de una desconocida’ es un filme que aún me pesa; la he visto un par de veces y nunca he llegado hasta el final. No logro conectar con el romanticismo que inunda la historia, su patetismo inicial, del que desconozco el rumbo seguido (mis visionados avanzaron poco). En cualquier caso, y ya que me la recuerdas en esta reseña, la veré de nuevo pero no sin antes leer la novela de Zweig. ¿Aportaré y me aportará una nueva mirada? Seguro que sí.
Un saludo.
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Seguro que sí. Espero, además, que me lo digas cuando por fin puedas acabarla. Estoy de acuerdo en que tienes mucha suerte al tener todavía películas del maestro Ophüls por ver y, si una de ellas es «Madame de…» (mi preferida), la suerte es doble… Un saludo.
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Una de las películas más hermosas de la historia del cine. De una brillantez estilística portentosa y de una densidad pasional y dramática pocas veces vista. Desde mi humilde opinión estamos ante una obra tan sublime y etérea que filmarla se me antoja un milagro solo al alcance del grandioso Ophuls.
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Se me olvidó indicar que la entrada es fantástica.
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Muchas gracias, Altaica. En efecto, es una incuestionable obra maestra del melodrama romántico de los cuarenta, década especialmente brillante en el género (cabe recordar títulos como «El fantasma y la Sra. Muir», «Casablanca«, «Breve encuentro», «Jennie» o, incluso, «Encadenados», entre muchas otras). Sin duda, se trata de su mejor película americana; aunque yo siga considerando «Madame de…» como la auténtica cumbre creativa de su carrera. Un abrazo.
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Magnífica película, Antonio,. Un abrazo.
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Ni que lo digas… Un peliculón. Abrazo.
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