ULTRAVIOLENCIA (La naranja mecánica)

Término que se aplica a actos de extrema violencia, a menudo sin justificación y con víctimas escogidas al azar. Representa «la violencia por la violencia», entendiéndola casi como un deporte. Este término fue introducido por el escritor Anthony Burgess en su novela ‘La naranja mecánica’, de 1962. En ella el protagonista Alex DeLarge se dedica a cometer actos violentos con gran saña y crueldad, hasta incluir el asesinato, sin ninguna finalidad aparente y sin que sienta ningún remordimiento por ello. (Wikipedia)

«Soy un admirador de Peckinpah por la tensión de la ultraviolencia. Yo quería buscar una equivalencia de esa tensión ultraviolenta del lenguaje que él expresa tan bien en el cine, además de toda su tensión dramática»
Diego Maquieira (1951-) Poeta y artista plástico chileno

LA NARANJA MECÁNICA (A clockwork orange) – 1971

naranja

Director Stanley Kubrick
Guion Stanley Kubrick
Fotografía John Alcott
Música Wendy Carlos
Producción Hawk/Polaris/Warner Bros.
Nacionalidad Gran Bretaña
Duración 137m. Color
Reparto Malcolm McDowell, Patrick Magee, Adrienne Corri, Michael Bates, Warren Clarke, John Clive, Carl Duering, Paul Farrell, Clive Francis.

«En el Korova Milk Bar servían leche plus: leche con velloceta, o con dencromina, que era lo que estábamos tomando. Aquello nos agudizaba los sentidos, y nos dejaba listos para una nueva sesión de la vieja ultraviolencia»

Severa y poderosa reflexión sobre el mundo de la violencia desaforada, basada en la contrautópica novela homónima de Anthony Burgess, que acabaría desencadenando uno de los escándalos cinematográficos más polémicos de todos los tiempos; hasta el punto de ser prohibida en Gran Bretaña por su realizador durante más de veinticinco años, es decir, desde que se cometió algún que otro suceso criminal que imitaba los atropellos del film hasta su fallecimiento en 1999. Ambientada en un decadente e impreciso futuro cercano, narraba las extremas barbaridades cometidas por una pandilla de jóvenes delincuentes y el brutal e innovador tratamiento de regeneración al que será sometido su líder (sensacional y emblemática interpretación de Malcolm McDowell) por parte de las instituciones sociales y carcelarias. A través de una fascinante textura visual y un conglomerado de secuencias tan agresivas como espeluznantes, aunque en gran parte justificadas, Kubrick parodiaba la corrupción política, la hipocresía social o la arbitrariedad del poder establecido hasta alcanzar una satírica representación de la amoralidad hedonista y destructiva, que mantuvo totalmente íntegra pese a las fuertes presiones de la censura.

Otras películas determinadas por su singular visión de la ULTRAVIOLENCIA

Asesinos natos – Oliver Stone (1994)
Ichi the killer – Takashi Miike (2001)
Solo Dios perdona – Nicolas Winding Refn (2013)

16 comentarios

  1. La primera vez que vi esta peli tenía 17 años, salí del cine impactado … Fue una de las primeras veces que viví el cine como algo diferente, no tanto como medio de diversión y evasión, sino como vehículo de reflexión. Lo has explicado muy bien, Antonio, como siempre. Con Kubrick no puedo ser objetivo, me encanta este director … Un abrazo.

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  2. No logro recordar si leí antes la novela o vi primero la película. Lo cierto es que algunas imágenes de esa violencia me han acompañado desde entonces. Cuando pienso en cómo no quiero que termine el mundo, me vienen a la cabeza esas imágenes antes que las de Mad Max. Quizá sea esa capacidad de destrucción gratuita y crueldad sin conciencia lo que más miedo me produce del ser humano. Miedo y asco.

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    1. Son películas que marcan y, a pesar de esa violencia gratuita que mostraban, creo que en el fondo podemos considerarnos afortunados de haberlas podido degustar en nuestra época adolescente. Pura nostalgia, quizás, de los que ya tenemos una edad, amigo.

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  3. Me colé en el cine una tarde de lluvia. Tenía 16 años. Era en el Pequeño casino de San Sebastián. Ahora es un pequeño casino. Me quedé impactada. Aterrorizada por tanto tiempo que si hoy pienso en ella se me ponen los pelos de punta. No la he vuelto a ver, y seguro que he visto cosas impactantes tanto en ficción como en el escenario de la vida. Pero tengo que hacer acopio de valor. Y no soy precisamente sensiblera, sí sensible a lo que ocurre en derredor. Gracias por este comentario de la Naranja Mecánica. Abrazos ¡ uf que título más sugerente y bueno!

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  4. Siempre la tuve por una película tramposa, en tanto que utiliza la violencia inicial de forma descarnada y descarada para promover luego todo el discurso que es en sí mismo la esencia de la obra, al reflexionar sobre los límites del estado en el control de la delincuencia y en la capacidad del la ciudadanía de asumir pérdidas democráticas y de libertades con tal de soportar un sistema castrador.

    Por otro lado la película estilísticamente ha quedado desfasada y kitsch, atrófica en muchas de sus secuencias y abusiva en sus registros. Para mi lo único que queda es la ejecución brillante de algunos planos que luego han sido muy utilizados. Una provocación del maestro que confirma su viaje inverso en cuanto a calidad como realizador, en tanto que su cine va perdiendo nivel y se sumerge cada vez más propuestas soberbias en sus últimas realizaciones. Desfasada y chantajista, pese a su brillantez en la época.

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  5. En buena parte, el comentario de Altaica resulta coincidente con la percepción que en su día tuve (y mantengo) de «LA NARANJA MECÁNICA». En ocasiones, la virtuosista brillantez formal, apabullante y ostentosa, no deviene necesariamente en belleza ni en fuerza expositiva. La demostración de facultades de Kubrick estuvo aquí al servicio de un film más bien repulsivo (pese al «mensaje»). Y quien esto escribe no está seguro de si existía la distancia necesaria entre el narrador y lo narrado.

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  6. Creo que Kubrick no intentó hacer un espectáculo agradable para el espectador. Basta ver la escena en que Alex recibe un escupitajo en la cara, al que responde con una irónica sonrisa. No buscaba agradar al espectador. Pero si la comparamos por ejemplo con «Salo» de Pasolini se podría decir que «La naranja mecánica» no es repulsiva y que incluso es el colmo del buen gusto. En cualquier caso creo que los autores están en el derecho, de vez en cuando, de hurgar en historias más sórdidas o desagradables pero no por ello carentes de lucidez o pertinencia. Es decir, la propia realidad es mucho más repugnante en ocasiones, por más que nos moleste constatarlo.
    Hay otras películas importantes, de autores también polémicos, que podrían estar hermanadas con la de Kubrick. Por ejemplo «La pianista» y otras de Haneke; o «Anticristo» de Trier, que a muchos horrorizó; la mencionada «Salo», que es la película más desagradable que yo he contemplado; y otras obras incómodas que a veces nos hacen revolvernos en el sillón.
    Pero claro, no todo van a ser comedias románticas o exquisiteces para todos los paladares. Aunque también pueden repugnar a algunos; todo hay que decirlo.
    Si la película ha quedado desfasada o envejecida en sus aspectos técnicos o visuales sería tema a discutir, Pero yo personalmente no estoy de acuerdo con los que defienden al Kubrick de los inicios y reniegan de los últimos films de este gran artista. Creo que mantuvo su lucidez y clarividencia hasta el final, incluido su testamento «Eyes wide shut».

    Un saludo.

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