MIRADA (El espíritu de la colmena)

Observación visual que se efectúa de algo. La mirada también implica una expresión de quien la emite, y así se habla de miradas frías y distantes, o de miradas que manifiestan enojo, tristeza, dolor; y de otras miradas de amor, de protección o de consuelo. La mirada es la ventana de nuestro cuerpo que nos permite divisar nuestro interior. En ella se reflejan nuestros sentimientos y emociones, y junto con los gestos, le proporcionan a los demás el modo de descubrir lo que nos pasa, aunque no lo manifestemos verbalmente. (deconceptos.com)

«El primer beso no se da con la boca, sino con la mirada»
Tristan Bernard (1866-1947) Novelista, periodista y abogado francés

EL ESPÍRITU DE LA COLMENA (El espíritu de la colmena) – 1973

espíritu

Director Víctor Erice
Guion Víctor Erice
Fotografía Luis Cuadrado
Música Luis de Pablo
Producción Elías Querejeta P.C.
Nacionalidad España
Duración 98m. Color
Reparto Ana Torrent, Fernando Fernán Gómez, Teresa Gimpera, Juan Francisco Margallo, Isabel Tellería, Lali Soldevila, Miguel Picazo.

«Resulta difícil volver a tener nostalgia después de lo que nos ha tocado vivir en estos últimos años. Pero, a veces, cuando miro a mi alrededor y descubro tantas ausencias, tantas cosas destruidas y al mismo tiempo tanta tristeza, algo me dice que quizá con ellas se fue nuestra capacidad para sentir de verdad la vida»

El exponente más logrado del llamado «nuevo cine español» y el primero de los tres únicos y sublimes largometrajes concebidos por el atípico Erice, que tuvo la particularidad y distinción de aportar nuevas riquezas expresivas a una cinematografía bastante traumatizada por la censura franquista, quedando para la posteridad como uno de los títulos más emblemáticos de su historia. Ambientada en la árida y monótona meseta castellana durante la dura etapa de posguerra, basculaba entre la realidad y la fantasía para reflejar con loable sensibilidad descriptiva, incombustible fuerza poética y no menos prodigiosa capacidad de sugestión las dudas y miedos que depara la iniciación a la vida adulta de dos hermanas de ocho y seis años de edad. Rodada en apenas una semana, en la que se produjeron serias desavenencias entre el cineasta y el productor Elías Querejeta, ostenta el privilegio de atesorar una hermosa fotografía de Luis Cuadrado y una de las miradas más expresivas e intensas del cine de los setenta: la de la niña Ana Torrent, fascinada con el mítico y metafórico monstruo de Frankenstein.

Otras películas evocadas por la MIRADA de su protagonista

La pasión de Juana de Arco – Carl Th. Dreyer (1928)
Sabrina – Billy Wilder (1954)
Amelie – Jean-Pierre Jeunet (2001)

10 comentarios

  1. Qué película más hermosa… y cómo se representa la mirada inocente que observa la pantalla de cine. Qué bonita es la escena de las niñas viendo Frankenstein… y sobre todo esa Ana, alucinada ante la imagen del monstruo…

    Y es que el cine es mirada y efectivamente hay películas especiales porque son a través de una mirada concreta y especial. Adoro la mirada de Noodles (Robert de Niro) y esa historia tremenda que nos cuenta en Érase una vez en América.

    Beso
    Hildy

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  2. Una de mis películas españolas preferidas, junto con «El Sur», también de Erice. Me uno al comentario realizado por Hildy, algunas escenas y momentos de esta película son mágicos; creo que siempre deberíamos tenerla presente, al menos como patrón de calidad que aplicar al cine español que se hace hoy en día. Un abrazo, Antonio.

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    1. Evidencias muy buen paladar cinéfilo al acoger esas dos obras maestras entre tus películas españolas preferidas; circunstancia, que, por otra parte, no me sorprende en absoluto. Tienes razón, ese patrón de calidad al que te refieres cada vez brilla más por su ausencia. Es una lástima. Un abrazo.

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  3. ¡Gran película! Obra maestra absoluta. La frase que Ud. rescata del filme, dicha por la madre a través de una voz en off, mientras ella escribe una carta, pinta como pocas veces en el cine las consecuencias emocionales y afectivas de una guerra, en este caso la Guerra Civil Española.

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  4. Si pudiera elegir solo una película para llevarme a una isla desierta, sería “El espíritu de la colmena” de Víctor Erice. Mi memoria quiere hacerme creer que la conocí, por casualidad, en un cine de Córdoba (Argentina), allá por mediados de la década de los setenta del siglo pasado, cuando todavía podía verse cine europeo de calidad en las salas comerciales del centro de mi ciudad. Mi mayor recuerdo, fue el desconcierto que me causó. La película me dejó deslumbrado, pero no podía explicarme por qué. Allí comprendí, a mis 17 años, que otro tipo de cine era posible, y debo agradecer a Víctor Erice, el habérmelo hecho conocer por primera vez.

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