FIESTA (El guateque)

Reunión de personas para celebrar un acontecimiento o divertirse. Por lo general, una fiesta suele acompañarse de comida y bebida, y a menudo también de música y baile. Algunas fiestas se llevan a cabo en honor de una persona, día o evento concreto (…) pueden ser privadas o públicas. En las fiestas privadas, el anfitrión se encarga de su organización y de seleccionar a los invitados. Las fiestas públicas, en cambio, se suelen celebrar en los pubes y bares de una localidad (zona de copas) o en lugares acotados habilitados para tal fin. (Wikipedia)

«Apurad que allí os espero si queréis venir, pues cae la noche y ya se van nuestras miserias a dormir. Vamos subiendo la cuesta que arriba mi calle se vistió de fiesta»
Joan Manuel Serrat (1943-) Cantautor, actor, escritor, poeta y músico español

EL GUATEQUE (The party) – 1968

party

Director Blake Edwards
Guion Blake Edwards, Tom Waldman y Frank Waldman
Fotografía Lucien Ballard
Música Henry Mancini
Producción The Mirisch Company/United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 98m Color
Reparto Peter Sellers, Claudine Longet, Merge Champion, Sharron Kimberly, Denny Miller, Gavin McLeod, Fay McKenzie, Steve Franken.
* Claudine Longet – Nothing to lose

«La risa es lo que precisamente distingue a los hombres de los animales. A mí me gusta la risa, hace que el mundo gire»

La comedia norteamericana parecía abocada a un peligroso atolladero creativo cuando afortunadamente apareció esta nueva e infundida colaboración entre los ilustres progenitores de LA PANTERA ROSA (1963), donde, a través de un delirante encadenamiento de «gags» visuales, representaron los disparatados acontecimientos que originaba la fortuita asistencia de un calamitoso figurante de origen hindú a la fiesta anual de un magnate hollywoodiense en su mansión de Beverly Hills. A medio camino entre el «slapstick» y la comedia sofisticada, con claras connotaciones a la paradójica abstracción de Jerry Lewis e inspirándose en la clarividencia crítica exhibida por el Jacques Tati de MI TÍO (1958) en su particular contienda contra los elementos, el film manejaba con gran dominio del ritmo y un prodigioso sentido de la observación un cúmulo de situaciones tan absurdas como estrambóticas, cuyo peso recaía por completo en la personalidad de un Sellers superlativo. Aunque la acción se desarrollaba en un contorno circunscrito e invariable, Edwards le confirió una osada validez estética y el maestro Ballard se encargó de colorearla con refulgente luminosidad.

Otras películas ambientadas en una FIESTA

Fiesta salvaje – James Ivory (1975)
Despedida de soltero – Neal Israel (1985)
Los amigos de Peter – Kenneth Branagh (1992)

13 comentarios

    1. Y cada vez que la veas volverás a pasártelo en grande… Agradezco la nominación. Ya sabes que no doy continuidad a estos premios por falta de tiempo, pero siempre se agradece que valoren tu trabajo. Por lo tanto, muchísimas gracias y un fuerte abrazo.

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  1. He sonreído según veía tu entrada y siempre me pasa lo mismo con esta película, en cuanto leo o escucho alguna referencia sobre ella me viene una sonrisa. Es una de esas películas que dignifican la comedia como género. Muy buena entrada, Antonio, como siempre, y muy oportuna esa cita de «Fiesta» de Serrat. Un abrazo.

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  2. … desde el principio con ese rodaje de película y esa muerte eterna con trompeta… yo me atraganto de la risa, siempre. Y luego el delirio alcanzado en algunos momentos de la fiesta es divertidísimo. Peter Sellers tiene la culpa.

    Para acompañar la palabra FIESTA se me ocurre también la gran fiesta en el apartamento de Holly en Desayuno con diamantes… (también es curiosamente de Blake Edwards). Y las fiestas en las dos versiones (1974 y 2013) que he visto de El Gran Gatsby.

    Besos
    Hildy

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    1. Por supuesto que Sellers tiene mucha culpa, aunque Blake Edwards evidenció con creces ser uno de los grandes directores de comedia, aunque no siempre lograra controlar sus dosis de frivolidad y adocenamiento. Estupenda la fiesta de «Desayuno con diamantes», Hildy. Besos.

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  3. Nunca podré olvidar a mi primo Antonio con su contagiosa risa viendo esta película por enésima vez. Toda ella es incombustible, pero la trompetera secuencia inicial, y la del camarero borracho evitando a personas, puertas y a su amanerado jefe, son para verlas siempre que la vida se ponga pesada. Puede que no sea una película perfecta, lo sabemos, pero es perfectamente imperfecta y, cómo no, un símbolo cinematográfico que está ya por encima de sí misma.

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    1. Steve Franken se llamaba el actor que bordaba el papel de camarero etílico, brindándonos un montón de instantes jocosos. Sin ninguna duda, fue el papel de su vida. Estoy de acuerdo con lo dices, esta película ha trascendido el nivel de lo puramente humorístico para erigirse en un auténtico icono cinematográfico. Un abrazo.

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