HEROÍNA (El hombre del brazo de oro)

Droga semisintética, derivada de la morfina y originada a partir de la adormidera, de la que se extrae el opio. Se trata de una sustancia sintetizada por primera vez a finales del siglo XIX y principios del XX que surgió inicialmente para su uso como medicamento; sin embargo, actualmente su uso se encuentra altamente restringido en la mayoría de los países por tratarse de una droga de abuso. En la actualidad, la mayoría de los individuos adictos a los opiodes consumen heroína, la cual está relacionada con un efecto narcótico pronunciado, se clasifica dentro de las drogas depresoras del sistema nervioso central, se caracteriza por producir una dependencia psicológica y física intensa a un ritmo muy acelerado siendo considerada actualmente una de las drogas más adictivas. La heroína, generalmente se vende en forma de polvo blanco o marrón. (Wikipedia)

“La heroína es la mamá eterna, es como el útero que te protege. Con ella no se jode, por algo es la segunda droga en importancia, la primera es el poder”
Luca Prodan (1953-1987) Músico italiano

EL HOMBRE DEL BRAZO DE ORO (The man with the golden arm) – 1955

brazo

Director Otto Preminger
Guión Walter Newman y Lewis Meltzer
Fotografía Sam Leavitt
Música Elmer Bernstein
Producción Carlyle Productions/United Artists
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 119m. B/N
Reparto Frank Sinatra, Eleanor Parker, Kim Novak, Arnols Stang, Darren McGavin, John Conte, Robert Strauss, George E. Stone.

«El mono no muere. Cuando te libras de él, se esconde en un rincón a esperar su turno»

Seducido por la distinguida novela homónima de Nelson Algren, Preminger decidió proseguir su particular enfrentamiento con el Código Hays hurgando (por primera vez en Hollywood) en el delicado problema de la drogodependencia, que, si bien no detentaba una magnitud social tan compleja y delicada como en la actualidad, permanecía como un tema tabú y radicalmente prohibido. En el apogeo de su carrera como actor, Frank Sinatra interpretó a la perfección a un hombre que, tras superar su adicción a la heroína, regresaba a su hogar en un suburbio de Chicago con la intención de abrirse un porvenir como batería, pero, que ante las adversas circunstancias y la malignidad de sus compañías, volvía a recaer en las infernales garras de aquel nefasto trastorno. El resultado fue un descarnado drama realista de trazo negro y clara voluntad moralizante, resuelto con la habitual firmeza narrativa de su productor/director y aderezado por una impactante banda sonora a ritmo de jazz a cargo de Elmer Bernstein, que, además, ostentaría el honor de encumbrar a Saul Bass como el gran maestro del cartel y los títulos de crédito.

Otras películas sobre la HEROÍNA

Yo, Cristina F. – Uli Edel (1981)
El pico – Eloy de la Iglesia (1983)
Bird – Clint Eastwood (1987)

9 comentarios

  1. Me gusta mucho esta película, cómo está rodada y cómo están en ella sus tres protagonistas: Frank SInatra, Kim Novak y Eleanor Parker. Preminger fue uno de esos cineastas que mostró que los tiempos estaban cambiando y que el código Hays estaba obsoleto.

    La heroína ha estado presente en el cine desde el principio de sus tiempos, aunque hubo varios años de ocultación… sobre todo a partir de la instauración del código. Recuerdo un corto de Charlot, Charlot en la calle de la Paz (Easy street) donde aparece un drogodependiente de heroína. Después de este trabajo cinematográfico de Preminger se abrió el camino.

    Nombro dos: uno de los primeros trabajos de Al Pacino, Pánico en Needle Park. Y uno de los primeros trabajos de Gus van Sant, Drugstore Cowboy.

    Beso
    Hildy

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    1. Las últimas dos películas que apuntas están ubicados a principios de los setenta, una época en la que un amplio sector de la juventud estadounidense transitó del derrumbamiento de la cultura hippie a una descarnada marginación social que tenía en la drogodependencia una sus tristes e infructuosas vías de escape. Cito otras películas sobre la adicción que he dejado en la cuneta: «El almuerzo desnudo» de Cronenberg, «Réquiem por un sueño» de Aronofsky, y, por supuesto, «Trainspotting» de Boyle. Besos, Hildy.

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  2. Efectivamente, ya se ha apuntado en los comentarios que me preceden, a Preminger le gustaba abrir brecha y en 1955 volvía a desafiar al Código Hays (ya lo había hecho dos años antes con “THE MOON IS BLUE”) mostrando por primera vez en la pantalla y con toda la crudeza a un drogadicto en su agónica existencia y al camello ejerciendo como tal. Pero lo hizo, como es lógico, desde una óptica moral (ojo, no moralizante), poniendo el acento en la lucha angustiosa del vulnerable Frank Machine (impresionante Frank Sinatra) por salir del infierno y la degradación a que le ha conducido su “enfermedad”, remarcando a la par el carácter opresivo y pesadillesco del entorno en el que se debate, atrapado.
    Las imágenes del film, fuertes, contrastadas, casi expresionistas, están conformadas sobre un decorado intencionadamente metafórico, recorrido por hipnóticas grúas que descubren el dramatismo de la ratonera, mientras nos sacuden los «crescendos» jazzísticos de Elmer Bernstein.
    Un saludo.

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    1. Me sabía mal no haber hecho una referencia concreta en la reseña a «The moon is blue», pero muy oportunamente has salido al quite para completar la entrada como es debido. Muchas gracias Teo por tu inestimable colaboración. Un saludo.

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