FANATISMO (Dies Irae)

Actitud o actividad que se manifiesta con pasión exacerbada, desmedida y tenaz, en defensa de una idea, teoría, cultura, estilo de vida, etc. (Wikipedia)
El fanatismo religioso es uno de los tipos de fanatismo que más controversia, ha generado a través de la historia en cuanto bajo ésta se han llevado a cabo conflictos bélicos, holocaustos, asesinatos y actos terroristas. Durante siglos, miles de hombres fanáticos se han visto influenciados bajo las grandes religiones para así llevar actos que van en contra de la propia religión lo cual deja a ver que el individuo está actuando no bajo fe, sino por pura obsesión. (Wikipedia)

“Nos vamos con la esperanza de que ninguno se deje llevar por los fanatismos religiosos, políticos o sexuales: los primeros por no llevar a nada, los segundos porque el objeto de deseo suele ser un idiota de renombre y los últimos por las continuas frustraciones”
Antonio Gasset (1945-) Periodista, presentador de televisión y crítico de cine español

DIES IRAE (Vredens dag) – 1943

dies

Director Carl Th. Dreyer
Guión Carl Th. Dreyer
Fotografía Karl Andersson
Música Poul Schierbeck
Producción Palladium
Nacionalidad Dinamarca
Duración 95m. B/N
Reparto Lisbeth Movin, Thorkild Roose, Preben Lerdoff Rye, Anna Svierkier, Olaf Ussing, Sigrid Neiiendam, Albert Hoeberg, Sigurd Berg.

«Cuando pienso en todos los lechos de muerte junto a los que he estado sólo veo pecado, pecados, pecados, más pecados. Un instante de placer es un pecado escondido»

Dreyer rompió un silencio cinematográfico de once años para presentar este feroz ataque contra el opresivo y supersticioso fanatismo religioso, ambientado en la Dinamarca de 1623 (según la novela Anne Pedersdotter de Han Wiers-Jensen) y centrado en dos cuestiones capitales en el transcurso de su espaciada pero eminente filmografía: por un lado, los cruentos procesos inquisitoriales practicados contra la brujería y, por otro, los obstáculos que ha de afrontar el sentimiento amoroso para subsistir en un ámbito de fervoroso misticismo, acrecentado aquí si cabe al tratarse de una relación adúltera. Obra sumamente pictórica, serena e intemporal, que a través de una nebulosa sensación de pesadilla contrastaba la luminosa naturaleza con la represión más sombría, la tierna inocencia con una malignidad de fuste diabólico, hasta establecer un equilibrio temático y estilístico de apasionante majestuosidad, en el que imperaba la poderosa profundidad emocional y psicológica, la flemática expresión interpretativa y la virtuosa depuración plástica de uno de los autores más fascinantes y personales de la historia del cine.

Otras películas sobre FANATISMO RELIGIOSO

El fuego y la palabra – Richard Brooks (1960)
Kadosh – Amos Gitai (1999)
Camino – Javier Fesser (2008)

9 comentarios

  1. Resulta sorprendente el fanatismo luterano que se instaló en los países escandinavos, y también que la mayoría de sus películas conocidas hayan ahondado en ponerlo en relevancia. Pero también es paradójico que el alambique del tiempo haya destilado de aquellos fanatismos una moral laica que les procura una organización y una cohesión sociales ejemplares.
    Un saludo

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    1. Sin duda, resulta curioso… Creo que han sabido digerir muy bien su pasado y, bien es cierto, que hoy en día pueden ser admirados como sociedades modélicas, caracterizadas por la meritocracia o el igualitarismo que predomina en su particular modelo capitalista. Vaya, igual que en España…
      Un saludo

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      1. Algunas raíces de aquella moral (desviada en la actualidad de lo religioso) son posibles de ver aún: amor a la laboriosidad, atención preferente a los problemas de la comunidad y participación comunal en las decisiones, protección a los necesitados, y reconocimiento del mérito individual en función de lo que se aporte en la cooperación colectiva.
        Un saludo

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  2. Una de las que has puesto en otras películas sobre fanatismo, El fuego y la palabra, me parece una gran película. Las interpretaciones de Burt Lancaster y Jean Simmons son antológicas. La obra de Arthur Hiller Las brujas de Salem también fue adaptada en 2002. Saludos.

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    1. Sí, recuerdo la película y la brillante interpretación de los protagonistas. Junto a Las brujas de Salem colocaría a La letra Escarlata. Pero en relación a Europa, las películas de Bergman llevan todas un análisis de el fanatismo religioso luterano.
      Saludos

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  3. No recuerdo haberla visto (mi memoria tiene sus zonas oscuras… afortunadamente) pero de Ordet / La palabra tengo gratos recuerdo de su visionado………………

    Saludos.

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    1. Yo también aprecio la obra de Dreyer, aunque reconozco que no lo incluiría entre mis cineastas predilectos. De todos modos, cinéfilos contrastados como el amigo Altaica (al que desde aquí quiero mandarle un fuerte abrazo y hacerle saber que se le echa mucho de menos) reniegan de su puesta en escena, como puedes comprobar en los comentarios de la primera película suya que introduje en el blog, «La pasión de Juana de Arco«.
      Gracias por tu vista, Luis.
      Un saludo.

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