ÁNGEL (El cielo sobre Berlín)

Ser mitológico inmaterial o espiritual presente en algunas religiones cuyos deberes son asistir y servir a Dios (…) Según las tres principales religiones monoteístas, los ángeles además actúan como mensajeros, ejecutando los juicios de Dios y sirviendo a los creyentes. Desde este punto de vista, los ángeles son normalmente considerados como criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de los seres humanos. (Wikipedia)

“No sé si alguna vez habéis visto llorar a un ángel. Si no es así, es una experiencia que no os recomiendo. Las lágrimas de un ángel son mucho más perturbadoras que la risa de un demonio”
Laura Gallego García (1977-) Escritora española de literatura infantil

EL CIELO SOBRE BERLÍN (Der himmel über Berlin) – 1987

cielo

Director Wim Wenders
Guion Wim Wenders y Peter Handke
Fotografía Henri Alekan
Música Jürgen Knieper
Producción Argos Films/WDR/Road Movies Filmprod.
Nacionalidad Alemania Federal/ Francia
Duración 127m. B/N y Color
Reparto Bruno Ganz, Solveig Donmartin, Peter Falk, Otto Sander, Hans Martin Stiers, Lajos Kovacs, Curt Bois, Elmar Wilms, Sigurd Rachman.

«Mirar desde arriba no es mirar. Hay que mirar a la altura de otros ojos»

Sempiterno paradigma de autor experimental, cosmopolita y filosófico, Wim Wenders halló en un escritor habituado a tratar temas como la incomunicación o la tristeza de la soledad como Peter Handke al perfecto aliado para expulsar esa singular gama de simbolismos poéticos y reflexiones metafísicas que atesoraba su entelequia fílmica. La mejor prueba de ello la hallamos en esta especie de metáfora visionaria sobre la destrucción material del muro que seccionaba Alemania, que narraba el desamparo que aflige a dos ángeles guardianes de la ciudad, sobre todo a uno que suspira por sacrificar su condición a cambio de una carnalidad que le confiera la facultad de amar y ser amado. Enaltecida por los poemas de Rainer Maria Rilke, la esmerada fotografía de Henri Alekan o la aparición del malsano Nick Cave interpretando la envolvente The carny y la excitante From here to eternity, deviene un alucinante, barroco y fascinador derroche de romanticismo elegíaco, pletórico de bellas imágenes y geniales movimientos de cámara, que propició una insípida prolongación a cargo del propio autor, ¡TAN LEJOS, TAN CERCA! (1993), y fue objeto de un soporífero e innecesario remake de Brad Silberling en 1998, CITY OF ANGELS.

Otras películas con presencia de un ÁNGEL

¡Qué bello es vivir! – Frank Capra (1946)
Angel-A – Luc Besson (2005)
Constantine – Francis Lawrence (2005)

10 comentarios

    1. No creo que todo ser humano la tenga por una película imborrable (de hecho, me consta que no es así) pero para mí si fue una sesión absolutamente maravillosa. Quizás el hecho de que no esperara gran cosa de ella influyera bastante, así como la tesitura de visionarla en v.o. y en una pantalla de considerables dimensiones, como la que disponía la Filmoteca Aquitania de Barcelona.
      A ver si quedamos algún día para vivir juntos otra experiencia cinematográfica semejante. No nos podemos quejar, la última vez que lo hicimos fuimos también sacudidos por la apocalíptica angustia vontrieriana de «Melancholia».
      Un abrazo.

      Me gusta

    1. No puedo defender la película como un prodigio de ritmo. Es cierto que la languidez de su candencia descriptiva puede perjudicar a la hora de conectar con su retórica y compleja esencia poética, tanto verbal como visual. Pero que quieres que te diga, a mí si me embelesó en su momento aquella grandilocuente ostentación de romanticismo filosófico…

      Me gusta

  1. Si he de situarme en alguna de las dos tesituras de los comentarios previos, estoy claramente con salvela; un tostón de cuidado. Hubo un tiempo en que el cine de este corte, consumido a tutiplén en sesiones de cineclub de las que no era difícil salir envuelto en una nube mística, me ponía una barbaridad. A día de hoy, y salvo contadísimas excepciones, esas pelis que me entusiasmaron me suelen hacer el mismo efecto de una hamburguesa de orfidales, suelo estar profiriendo ronquidos antes del primer cuarto de hora. La vida, uno mismo; uno mismo, la vida. En fin… Un abrazo y buen fin de semana.

    Me gusta

  2. Creo haberte leído en el alguna ocasión que es una película por la que sientes especial admiración. Yo en su día no tuve tanta suerte, así que siempre me digo que tengo que volver a retomarla. El problema es el tiempo y que hay tanto por ver que… Ya sabes de mi devoción por París, Texas, obra que considero capital en el historia del cine. Pero la que nos ocupa está tan en el límite de lo íntimo que si se consigue traspasar puede apasionar y en caso contrario producir desde rechazo a incomprensión. Yo por ahora estoy entre los que no capto su lirismo, intimismo y belleza. Lo dejaremos ahí. Un abrazo.

    Me gusta

  3. En efecto, es mi película preferida de Wenders, y tienes razón que la película alterna peligrosamente los confines de la emotividad. Es una película compleja, entrar en su juego no es nada fácil, pero ahí radica también parte de su grandeza. De todos modos, el cine (como el buen vino) depende mucho del contexto, del estado de ánimo, de la atmósfera y el escenario en el que se degusta, por lo que no descartemos que en nuestro segundo visionado ambos cambiemos de parecer. Yo, de momento, le hago un particular hueco en el olimpo de las grandes obras maestras de los ochenta.
    Un abrazo.

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.