1. Agua que, en forma de chorro o lluvia, se hace caer sobre el cuerpo o sobre una parte de él para asearse, refrescarse o con fines curativos.
2. Aparato o instalación que permite hacer caer o dirigir este chorro de agua. (google.es)
“La ducha es un lugar de inspiración caro y antiecológico, pero las canciones saben a lluvia. Además, es una manera de rebelarme contra los rigores de mi padre. Cuando vivía con él, bastaba que me oyera abrir el grifo de la ducha para golpear la puerta del baño desde fuera. ¡Esa agua, no hace falta gastar tanta para una ducha!» (novela Tierra de campos)
David Trueba (1969-) Escritor, periodista, director de cine, guionista y actor español
PSICOSIS (Psycho) – 1960
Director Alfred Hitchcock
Guion Josep Stefano
Fotografía John L. Russell
Música Bernard Herrmann
Producción Shamley/Alfred Hitchcock
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 109m. B/N
Reparto Anthony Perkins, Janet Leigh, Vera Miles, John Gavin, Martin Balsam, John McIntire, Simon Oakland, Frank Albertson, Vaugh Taylor.
«Creo que todos tenemos nuestra «trampa» privada. Estamos atrapados en ellas y ninguno de nosotros puede liberarse. Arañamos y rascamos, pero sólo contra el aire, sólo contra nosotros mismos. Y a pesar de todo eso no nos movemos un solo centímetro. A veces, nos metemos en esas trampas a propósito. Yo nací en la mía. Ya no me importa»
El cine de terror propiamente dicho no pudo sustraerse de su adhesión a los motivos fantásticos o sobrenaturales hasta el convulso estreno de este desolador y tortuoso tratado fílmico sobre la esquizofrenia y la disociación de identidad, basado libremente en la modesta novela homónima que Robert Bloch perpetró acerca de las andanzas de un necrófilo asesino en serie de Wisconsin llamado Ed Gein. En su creación más subversiva e influyente, Hitchcock deparaba temerarios giros narrativos (el infausto albur de la protagonista, una joven secretaria que pretende poner fin a su mediocre vida laboral y afectiva huyendo con el suculento cobro de una venta inmobiliaria), imágenes de un extravagante e indecoroso gusto para la época (el insólito primer plano de un sanitario) o secuencias de una complejidad técnica sin parangón, revestidas por la antológica música de Herrmann (la brutal escena de la ducha, rodada en cincuenta planos y con más de setenta ángulos de cámara). Anthony Perkins, inconmensurable, prolongó la edípica vulnerabilidad psicótica del personaje en tres insulsas secuelas (él mismo dirigió la tercera) y Gus Van Sant arremetió con desfachatez un insultante remake del film en 1998.
Otras películas con alguna relevante escena de DUCHA
Carrie – Brian de Palma (1976)
American beauty– Sam Mendes (1999)
Paranoid Park – Gus Vant Sant (2007)
Bueno, he llegado a la entrada núm. 365, es decir, hace un año que acometí esta aventura blogosférica, y para celebrarlo os dejo hoy una de mis películas preferidas, probablemente también una de las vuestras.
¡Muchas gracias a todos los que seguís el blog con frecuencia y comentáis las entradas!
Un saludo.
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Mi más sincera enhorabuena y mi agradecimiento por tu esfuerzo, mejor hacer y ese talante elegante, abrumador conocimiento y exquisita pluma y capacidad reflexiva.
Qué decir de esta obra cumbre del cine, pues que también como a ti es de las que más me gusta. Un retrato apasionante y formidable en todos los aspectos analizables. Tan solo indicar que el personaje que encarna Perkins no es esquizofrénico, sí psicótico o con trastorno de la personalidad. Pero eso ya es una cuestión bien distinta. Un fortísimo abrazo y nuevamente mi sincera enhorabuena amigo.
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Muchas gracias, Altaica. Probablemente estés en lo cierto en cuanto a la patología de Norman Bates. De todos modos, creo que su comportamiento puede confundirnos, pues él habla en diversas ocasiones de su madre como si ésta viviera, circunstancia que podría interpretarse como que padece alucinaciones y, por lo tanto, pierde la percepción de la realidad, más propio de la esquizofrenia que del trastorno de identidad. Bueno, no me hagas mucho caso. Lo que está claro es que este tipo de enfermedades tienden mucho a confundir y no son fáciles de reconocer.
Un fuerte abrazo y muchísimas gracias.
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Pues enhorabuena por el año transcurrido y ciertamente la elección no desmerece el aniversario, secuelas, remakes, hasta una serie de televisión demuestran que esta peli es especial e irrepetible.
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Y tan irrepetible. Basta con echarle un vistazo a la película de Gus Van Sant, que copió plano a plano la original e hizo un absoluto bodrio. ¿Curioso, no?
Muchas gracias, Dessjuest!!
Un abrazo.
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¡Un año ya!… y cómo pasa el tiempo, que de pronto son años… Un año de palabras y cine, magnífica combinación… tú lo has demostrado…
… y el maestro del suspense siempre innovando. Esta vez la rubia que creemos protagonista ¡no lo es! pero la deja la escena de la ducha que ha quedado inmortalizada en la memoria cinéfila. ¿Quién se acuerda de la magnífica Vera Miles?
Besos
Hildy
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Ni que lo digas, Hildy, el tiempo pasa demasiado rápido…
Por cierto, sería muy interesante poder ver «Psicosis» sin la música de Herrmann de fondo, pero no sé cómo hacerlo. Yo siempre he creído que daría incluso más miedo…
Un fortísimo abrazo.
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¡Enhorabuena Antonio! No sé que me gusta más de tu blog, si la selección de las películas (todas maravillosas), la cita del principio o tu elegante y descriptiva prosa. Tengo pendiente ver la serie de television, «Bates Motel», me conformaría con que fuese la mitad de buena que Psicosis.
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Eres muy amable, Raúl. No sé si lo estoy haciendo tan bien como tú apuntas, pero lo cierto es que lo estoy disfrutando mucho. Intentaré mantener el ritmo de entradas, pero sé que va a ser muy difícil…
Un fuerte abrazo.
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Me acabas de confirmar que no soy yo la que esta loca. Gracias.
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No, Julieta, ni mucho menos. Algunos lo disimulan muy bien, pero creo que en el fondo estamos todos un poco majaras.
Bienvenida al blog!
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Gracias, yo te invito al mio tambien.
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Un esfuerzo digno de agradecer y celebrar. Felicidades de parte de un cinéfilo al extremo de la esquizofrenia.
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Muchas gracias, Eduardo, y bienvenido al blog!
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Por desgracia, un recurso, el de la esquizofrenia, demasiado desgastado para meter deleznables trampas de guion. Se me ocurre El club de la lucha.
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Magnífico ejemplo de película sobre la esquizofrenia y, al mismo tiempo, de un cúmulo de infames trampas visuales y argumentales. Nunca me gustó esta película, es más, la detesto. Aún así, considero a Fincher como un realizador muy interesante y muy pronto daré entrada a una de las suyas.
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Compartimos apreciación sobre película y director, entonces.
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El club de la lucha es una deplorable película en todos los aspectos, no ya solo por sus pretendidos y buscados golpes de efecto a mayor gloria de una violencia jamás amarga y sí lastrada de impostura; es aún peor por su consideracón analítica que pretende incluso un estudio sociológico que jamás consigue y que queda como un prodigio de arrogancia. Un vacio colosal adornado de pretenciones morales y estéticas absolutametne huérfanas en sí mismas y ausentes de talento.
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Como en su día dijo el otrora grandioso futbolista y ahora discreto entrenador Bernd Schuster: «No hace falta decir nada más».
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Enhorabuena por mantener este ritmo de una entrada diaria, la verdad es que es impresionante tu regularidad, y más teniendo en cuenta lo interesantes que son todas tus entradas. Uno de los mejores blogs que conozco.
No soy un gran aficionado a Hitchcock, pero «Psicosis» me parece una película perfecta, no le sobra ni un plano, una película redonda.
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Una de las obras más redondas dentro de una filmografía cuajada de obras maestras. Muchísimas gracias por tus palabras, Bruno. Por ahora, lo llevo bien, pero cada vez tengo menos tiempo para ver nuevas películas y escribir sobre ellas. De todos modos, intentaré mantener el ritmo…
Un abrazo.
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