DECEPCIÓN (Enemigos públicos)

Frustración que se da al desengañarse de lo que no satisface nuestras expectativas. (2005 Espasa-Calpe)

“Los deseos conducen a la permanente preocupación y decepción, ya que todo lo que se desea de este mundo es miserable y corrupto”
Marco Aurelio (121-180) Emperador y filósofo romano

ENEMIGOS PÚBLICOS (Public enemies) – 2009

Director Michael Mann
Guion Michael Mann y Ronnan Bennett
Fotografía Dante Spinotti
Música Elliott Goldenthal
Producción Universal/Relativity Media/Forward Pass/Misher Films/Tribeca Productions/Appian Way
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 140m. Color
Reparto Johnny Depp, Christian Bale, Marion Cotillard, David Wenham, Stephen Dorff, Rory Cochrane, Giovanni Ribisi, Billy Crudup, Lily Taylor.
* Otis Taylor – Ten million slaves

«A ellos sólo les importa de dónde viene la gente, y lo realmente importante es a dónde vas»

Nadie más apropiado que Michael Mann, indómito renovador del thriller policíaco, parecía disponer el redil hollywoodiense para retomar el férreo acoso al que fue sometido el legendario atracador de bancos John Dillinger por parte del FBI en el mafioso Chicago de 1934, según la novela periodística de Bryan Burrough Public enemies: America’s greatest crime wave and the birth of the FBI, 1933-34. Lamentablemente, no todo salió a pedir de boca en esta precipitada tentativa de adecuar el clásico cine de gangsters a las nuevas tecnologías, en su esforzada voluntad por aproximarse con intimismo a la figura del carismático delincuente y asistir a la repercusión mediática de sus fechorías, pues si bien es cierto que la película consigue extasiar por su vertiginosa y movediza utilización de la cámara digital, y, por momentos, cautiva con su substanciosa dialéctica, no es menos evidente que su cómputo global queda lastrado por un desarrollo plano de los personajes (especialmente el agente Melvin Purvis, interpretado por Christian Bale) que desluce su intensidad dramática e imposibilita la identificación con sus avatares.

Otras películas que pese a sus virtudes generan un ostensible poso de DECEPCIÓN

Convoy – Sam Peckinpah (1978)
Pasión – Jean-Luc Godard (1982)
Anticristo – Lars Von Trier (2009)

8 comentarios

  1. Fue una de mis grandes decepciones del 2009 (aunque me quedo con escenas y momentos) pero me descubrió un clásico del cine que me encantó. Y recuperó para mí una ‘muerte de cine’ porque Dillinger antes de morir estuvo en sala de cine disfrutando de una buena película.
    Y ese clásico fue El enemigo público número 1 (Melodrama Manhattan, 1934) con William Powell, Myrna Loy y Clark Gable de chico malo dirigidos por W.S. Van Dyke.

    Besos
    Hildy

    Me gusta

  2. Absolutamente conforme con tu crónica y con la opinión de Hildy Johnson, pues estamos ante una película bastante plana, sin el alma que se le suponía, máxime estando tras la cámara un director que nos ha dejado algunas perlas en estos últimos años. Epidérmica y más preocupada por elementos estéticos y de ritmo que de una verdadera profundidad o calado. Un abrazo.

    Me gusta

  3. El problema que tienen estas películas, pongo también Camino a la perdición, entre otras, es que son películas descafeinadas. En ninguna de ellas se fuma un solo cigarrillo.Por dios, en aquella época todo el mundo fumaba, incluso los chavales de los barrios marginales. Sí, en estas películas todo es aséptico, como de parque temático, como producidas por la Walt Disney. No voy a enumerar las películas que me gustan sobre este tema porque son muchas, pero recuerda, por ejemplo, Chicago año 30, de Ray, o Scarface de Howard Hawks, o El demonio de las armas, o Al rojo vivo… cine negro, film noir en estado puro, obras absolutamente maestras y no estas que nos dan ahora. Es que no hay ni una sola gota de alcohol ni autenticidad. Es que ni el gran Briam de Palma, tras algunas buenas y viejas películas, consigue emocionarnos con La Dalia Negra, de Ellroy. Los espectadores y los productores y también los actores, todos codo con codo, trabajando el Mundo felíz, aunque se trate de un pasado turbulento y magistral Hoy, ya te digo, no dejamos ni para mañana esa sensación que nos produce los viejos filmes de antaño. Me parece que me voy a servir un whisky y encender un cigarrillo, qué carajo.

    Un fuerte abrazo.

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.