PARRICIDIO (Edipo, el hijo de la fortuna)

Crimen que comete una persona contra su madre, su padre u otro pariente con quien mantenga un vínculo de sangre directo, ya sea descendente o ascendente. El uso más habitual de la noción refiere al hecho de asesinar a los progenitores. (definicion.de)

«Todos somos culpables de la muerte del padre, todos: Mitia, yo, Smerdiakov, todos vosotros, porque todos deseamos su muerte; todos somos parricidas» (novela Los hermanos Karamazov)
Fiódor Dostoyevski (1821-1881) Novelista ruso

EDIPO, EL HIJO DE LA FORTUNA (Edipo re) – 1967

Director Pier Paolo Pasolini
Guion Luis Scaccianoce
Fotografía Pier Paolo Pasolini y Giuseppe Ruzzolini
Producción Arco Film/Somafis
Nacionalidad Italia/ Marruecos
Duración 99m. Color
Reparto Franco Citti, Silvana Mangano, Ninetto Davoli, Carmelo Bene, Luciano Bartoli, Alida Valli, Julian Beck, Laura Betti, Francesco Leonetti

“Vienes aquí para ocupar mi puesto, para reducirme a la nada, para robarme cuanto tengo y lo primero que me vas a robar es a mi mujer, a quien amo. Lo peor es que ya me estás robando su amor”

Evocación actual y subjetiva de la tragedia original de Sófocles en torno al mito clásico de Edipo, contorneada por un prólogo y un epílogo situados en el mundo moderno (Lombardía y Bolonia, respectivamente) y revestida de alusiones de carácter freudiano, metafórico y, sobre todo, autobiográfico. El atormentado itinerario vital del futuro rey de Tebas desde que es abandonado en pleno desierto hasta que consuma su profetizado sino parricida e incestuoso, parábola rotunda sobre la imposibilidad de soslayar las férreas directrices del destino, fue adecuado por Pasolini a su inquieto temperamento creativo por medio de un armazón narrativo complejo, donde su particular aspereza poética, su atmósfera de impetuoso onirismo y un primerizo aunque virtuoso regodeo colorista nos avanzaban los compases de su inminente Trilogía de la Vida. Dos años después, y con la soprano María Callas como homenajeada protagonista, el controvertido y polifacético cineasta insistió en los grandes trágicos helenos para adaptar con menor fortuna la cima del drama euripídeo, MEDEA (1969).

Otras películas donde se comete el delito de PARRICIDIO

Alemania, año cero – Roberto Rossellini (1948)
Julio César – Joseph L. Mankiewicz (1953)
Yo, Pierre Riviére, habiendo matado a mi madre, mi hermana y mi hermano… – René Allio (1976)

20 comentarios

  1. Primitiva, poética y transgresora como las obras de Pasolini. Y esto me hace recordar la de grandes obras que ha aportado al cine la dramaturgia griega. Incluso en Star Wars, aunque su concepción general proviene del judeocristianismo, encontramos ecos edípicos. No es necesario mencionarlos para no destripar cosas, aunque por lo que veo por la gente que entra en el blogg, saben mucho de cine y no creo que se les diga nada nuevo en este aspecto.

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  2. Y se me olvidaba. Se que no eres de series, pero hace muchos años, hubo una producción española, creo que Marsillach, pero no lo aseguro, era uno de los responsables, en que se trataba el mito femenino y cogían piezas dramáticas griegas y las adaptaban al escenario «mitológico» español. Hubo episodios muy buenos. Todos eran autoconclusivos. Lamentablemente no recuerdo el nombre y creo que será difícil de encontrar, pues por entonces ya era muy minoritaria. No sé cómo habrá envejecido.

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    1. Y tanto, la lista de películas que han inspirado (directa o indirectamente) mitos griegos como Edipo, Orfeo, Pandora, Pigmalión (entre muchos otros) sería interminable.
      No estoy seguro, pero la serie que comentas creo que se llamaba «Mitos y leyendas». No puedo corroborar su calidad, pues ya por entonces (creo que era de principios de los noventa) me había decantado radicalmente por el cine.
      Ah, puedes leer las reglas (hay muy pocas) para las votaciones de los Ranking de películas por décadas en el apartado RANKINGS.
      Un abrazo.

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  3. Otra película que vi hace mucho, recuerdo que mientras estudiaba la carrera, Pero la vi en la televisión normal, supongo que por la 2.
    En esos años y en los años 70 se hicieron una serie de películas sobre obras del mundo clásico, sobre todo tragedias griegas, con una estética muy alejada del peplum. Yo lo llamo «ambientación antropológica». Es la que se da en esta película, en «Las Troyanas», en «Ifigenia» (ésta es griega, la película y la considero la mejor en el estilo) en «Electra» (también griega) y en una serie de televisión que se hizo sobre la Eneida y que recuerdo vagamente, pero sí la ambientación. Lejos de lo que fue el mundo romano refinado de los siglos I y II d.C. y posteriores y más cerca de los que debió ser la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro. Ya podían haber aprendido algo los que hicieron ese engendro titulado «Troya»

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    1. Impresionante tu aportación sobre el tema, el cual veo que te atrae e interesa especialmente. De todos los títulos que aportas he visto uno, la «Electra» de Cacoyannis (imagino que te referías a ésta). Una película griega de 1962 que gozó de gran éxito (no en vano, estuvo nominada al Oscar) y, que, si no me equivoco, fue el causante de la realización de los otras producciones que citabas.
      Espero que nos deleites con tus visitas al blog con mayor frecuencia, Hesperetusa, y te emplazo a que me envíes tu particular lista de películas preferidas.
      Un abrazo.

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      1. Sí me refiero a esa «Electra» con Irene Papas como Electra, y en la que el personaje de Clitemnestra lleva el «maquillaje» por llamarlo de alguna manera, micénico. Sin embargo en «Ifigenia» es Irene Papas la que hace de Clitemnestra la esposa de Agamenón y madre de Ifigenia. Su mirada al final de la película, es el último plano, dice todo lo que va ser la posterior tragedia de los átridas.
        De estas películas se me ha escapado siempre la posibilidad de ver «Medea». Me gustaría ver que tal lo hace María Callas, que hizo tantas Medeas en la ópera.

        En cuanto vaya teniendo ratos me iré pasando por aquí y comentando. Espero que se pueda comentar en entradas antiguas en las que estuve leyendo hace poco.

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  4. … Es muy bueno el apunte de Salvela «Y esto me hace recordar la de grandes obras que ha aportado al cine la dramaturgia griega» porque es cierto que las tragedias y comedias griegas se han convertido en argumentos universales y sus huellas están en muchas obras cinematográficas (sobre este hecho, los argumentos universales, hay un libro maravilloso, LA SEMILLA INMORTAL: LOS ARGUMENTOS UNIVERSALES EN EL CINE). Tema apasionante.

    Con Pasolini tengo una asignatura pendiente… y una de ellas es la película que traes a colación. Es un realizador que voy descubriendo poco a poco pues su discurso cinematográfico es complejo. No es una figura fácil de analizar. Por ahora tan solo me he adentrado en (y alguna me ha dejado en estado de shock… no exagero): Saló o los 120 días de Sodoma, El evangelio según San Mateo y Mamma Roma… Así que querido Antonio tomo nota.

    En esto de las tragedias griegas me viene a la cabeza el personaje protagonista de NUNCA EN DOMINGO, una prostituta griega que adora a los clásicos pero que ‘interpreta’ los argumentos de una manera muy especial: los convierte en historias maravillosas y optimistas…

    Besos
    Hildy

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    1. Melina Mercouri está maravillosa en «Nunca en domingo», una película a reivindicar, no cabe duda.
      Entiendo tu rechazo hacia Pasolini, es más que comprensible, sobre todo si te has adentrado en su obra a través de películas como «Saló». A mí, en cambio, las otras dos películas que citas me gustan bastante, he de reconocerlo. Nunca me he considerado muy aficionado a su cine (de hecho, entre mis listas de películas preferidas no encontrarás ninguna de las suyas) pero creo que donde Pasolini se encontraba realmente cómodo era en su retrato feísta/neorrealista de la marginalidad periférica, que, aún con sus ecos místicos, conseguía reproducir de manera brillante («Accatone» o «Mamma Roma»). Cuando se salía de esos parámetros, de ese entorno que él tan bien conocía, afloraban más sus carencias como cineasta. De todos modos, tanto este «Edipo» como «El evangelio según San Mateo» encierran una fuerza dramática tan perturbadora como intransferible.
      Hildy, cuento con tus listas de películas favoritas por décadas. Es más, las espero con avidez.
      Un abrazo.

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      1. Algo me comentó Altaica a propósito de esas listas. Alguna vez he hecho algunas. En el momento de elaborarlas siempre me doy cuenta de mi extremada ignorancia y, después, al cabo de los días, me doy cuenta de que además de ignorante soy injusto y olvidadizo. Creo que necesito otros 30 o 40 años más de ver películas para componer una lista por décadas mínimamente aceptable.

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  5. Muy bien, muy erudito, personal, intransferible, pero… ¿y el cine? No es que Pasolini me enferme, que lo hace, es que no es un cineasta y sus representaciones fílmicas son de una engañosa simplicidad, que en el fondo solo atesoran su contrario, sí esa permanente teatralidad vestida de naturalidad, en la que ésta última queda precisamente desnaturalizada. Por enésima vez un docto que utiliza el cine para prostituirlo en aras de creaciones íntimas que lo deportan, lo desconfiguran. Perversión para unos y genialidad para otros.

    Es un cine deformado en ese eterno híbrido teatro fílmico que a buen seguro quedaría mejor plasmado en escenarios o textos. Es uno de los problemas que atesoró una época en la que gentes de la cultura con intereses diversos e incluso brillantes en algunos casos, llegaron a utilizar el cine indebidamente. En algunos casos, como digo, el cine de la fealdad, del sopor y siempre un personalismo lastrado y, para mi, absolutamente inadmisible en su pretensión erudita que es capaz de olvidar o prostituir el medio con el que se sirven. Aquello que siempre han pensado algunos «listos y cultos» de que el cine es a fin de cuentas un arte menor a modo de puente para…

    Ayer me acerqué al último Coppola con su “El hombre sin edad” donde la complejidad de los asuntos que trata son vestidos de cine, verdadero cine, y puede que la ausencia de facilidad sea un lastre, sin duda, pero todo lo viste de cine, no lo desvincula o lo transmuta y eso siempre es de agradecer, con independencia del resultado o la dificultad de lo que quiere o puede contar, a sabiendas del medio que utiliza y a sabiendas que si cuentas algo filmándolo hay que respetar su sistema, mecanismo y soporte, más aún lenguaje. Un ejemplo que desnuda a todas luces a cineastas como Pasolini o Antonioni, que en realidad no eran, no son ni serán nunca cineastas.

    Por enésima vez no llego, lo sé, pero a fuerza de ser sincero, no quiero llegar pues mucho de esto lo siento como una soberana tomadura de pelo. Un abrazo a todos y a disfrutar, y lo digo sinceramente, con el gran Pasolini, pues a fin de cuentas todo en la vida es más interesante cuenta más capacidad tengamos de abrir nuestras miradas y yo ya estoy algo miope, para algunas cosas siempre lo estuve, también es cierto.

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    1. Bueno, Altaica, hemos conocido a otro de tus proscritos. Insisto que no puedo considerarme un gran admirador del cine de Pasolini, pero sí valoro el distanciamiento dramático con el que supo captar la delincuencia y la sordidez del extrarradio romano, así como su mérito al implantar una personalidad estética y dramática muy particular, inconfundible diría yo, que lo erigen como un cineasta tan inimitable como a todas luces excesivo. Sí, he dicho cineasta. Como también considero a Antonioni, con el que pronto te podrás ensañar con él… Me resulta a menudo curiosa la ergotizadora contundencia con la que lapidas a ciertos realizadores para después autoproclamar tu miopía ante ciertas estilizaciones cinematográficas.
      Por cierto, no he visto «El hombre sin edad», pero intentaré hacerlo pronto.
      Muchas gracias. Tu apoyo y ayuda han sido cruciales para la configuración final de los Rankings.
      Espero ahora tus listas en el apartado de Comentarios de cada década.
      Un abrazo.

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  6. Te aviso, ten mucho cuidado con el último Coppola, pues afronta temas de tal calado intelectual que uno piensa si es el cine el vehículo adecuado para los mismos. A veces ciertas obras literarias, su complejidad intelectual, lo que afrontan ¿es llevable al cine?, ¿es el medio para propuestas semejantes? Piensa que ni tan siquiera fue distribuida dicha película en España. Lo que no quita para que dicha empresa filosófica religiosa sea afrontada desde una ejecución formal clásica y con el talento personal de su autor, si bien el proyecto resulta a mi modesto entender inviable.

    Cuando hablas de distanciamiento dramático, supongo que lo dices por el hecho de llevar el mito clásico a lugares recientes y su pérdida de ampulosidad, ¿y?, la cuestión no es dónde lo ubique o si desdramatiza lo trágico, es cómo lo hace. Pero es precisamente su personalidad estética, yo diría que llevada al paroxismo naif y a la desnutrición en la ejecución formal, lo que aproximan su cine al ridículo plástico y formal, a modo de realización miserable y pobre, como de filmación realizada por un impúber. Por no hablar de la ausencia de interpretación, pues utiliza en muchos casos no ya solo a actores que no lo son, más aún a personas que sin ser actores parecen que no podrían serlo jamás. Recreación en el feísmo y en ciertos desnudos, que jamás están justificados en la propia historia, convirtiendo el proyecto desde un punto de vista cinematográfico en las antípodas de medio y su capacidad de ficción. Más aún cuando utiliza poco la palabra, necesitando de un manejo plástico estético de lo visual que sencillamente no es que brille poco, es que no existe.

    Insisto en que hay tesis doctorales sobre él, sesudos críticos que han analizado su obra y aficionados al cine que lo valoran y mucho, y yo no puedo llegar a comprender que semejante despropósito en la forma y en el fondo sean, ni tan siquiera, tenido en cuenta. Ver una película de Pasolini es lo más cercano a ver la prostitución del cine y la ejecución sucia, burda y falaz del mismo. Por eso digo que si personas como tú, que aman el cine y saben de cine, me dicen que encuentran valor en este autor, yo solo puedo decir que algo me estoy perdiendo. Y mi ergotizadora contundencia es solo un atisbo de lo que pienso sobre el cine de Pasolini, si yo te dijera verdaderamente lo que he llegado a pensar viendo alguna de sus películas, aquí no podría ser plasmado negro sobre blanco. Sin ir más lejos, algunos cineastas que no me gustan demasiado son genios al lado de Pasolini. Y claro cuando de alguien se dice que tiene un inquieto temperamento creativo (hubiese estado mejor quieto), confecciona un armazón narrativo complejo (tiene tela marinera el armazón de Pasolini, ¡si levantarán la cabeza algunos clásicos y no tan clásicos!), aspereza poética (la poética la tendrán sus textos poéticos, pues en el cine es primitivo y plano, diríamos que más que poético es pedestre), atmósfera de impetuoso onirismo (hay de todo menos atmósfera y mucho onanismo, eso sí) y un primerizo aunque virtuoso regodeo colorista (sí, la película es en colores y si ponemos ejemplos de obras con primorosos colores pues ésta se queda en colorines, y el empleo de virtuoso me destripa directamente). Pero que insisto, veo que no llego pues me fío de gentes como tú, como Abúlico y por eso digo que es mi incapacidad.

    Un fuerte abrazo y espero en soledad que alguien diga que Pasolini es una «mierda» con perdón para ésta última.

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    1. Desde luego no es mi cineasta favorito. Pero en su cine hay mucho lirismo y mucha sencillez, no sé si aparente. Yo lo veo como una especie de heredero del neorrealismo italiano. Demostró que se puede hacer cine histórico de una manera muy diferente a la habitual, un cine más próximo «Antroplógico» como lo define Hesperetusa. Yo creo, que salvando las distancias, abrió un camino para filmar los clásicos. Hombres de teatro-cineastas como Brannagh le deben mucho. Películas plúmbeas, se hicieron muchas en los 60-70, por el fenómeno que dices, Altaica, pero también se dieron resultados muy buenos e interesantes, que obligaron a hombres de cien de toda la vida a replantearse la manera de filmar y de contar.

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    2. No te sulfures tanto, Altaica. Constatado el epidérmico rechazo que te provoca Pasolini, demoraré todo lo posible su siguiente entrada en escena. Ahora, no te extrañe si un día visitas el blog y te encuentras con «Mamma Roma» o «Accatone». Quien avisa no es traidor. Por cierto, mañana postearé una palabra que bien puede resumir tu sentimiento hacia la obra pasoliniana.

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  7. Un verdadero placer leeros y, cómo no, aprender. Lo mismo un día de estos me hago pasoliniano y disfruto enormemente con ésta y otras películas suyas, con esos planos largos y mantenidos, pero sin una continuidad armónica, sí como si fuera de andar por casa o mi abuela que en paz descanse estuviese filmando un día después de haberse tomado varios anisetes; planos estáticos pero con la enfermedad de Huntington (que gran aporte para los chicos del movimiento Dogma); su transformación escénica en el tiempo y en los soportes; la continua extravagancia a mayor gloria de un neorrealismo enfermizo (éste surge para mostrar una realidad y su tiempo, y desde esa realidad atroz se filma el trasfondo ético, frente a la hipertrofia de Pasolini que utiliza el naturalismo feo y sucio como concepto estético y no ético, nueva perversión de su original); la fijación con la fealdad contemplada, recreada; la ejecución formal más cercana a la docufilia; la permanente sensación de algo inacabado en su confección o de una mera prueba…

    Es la desnaturalización tanto plástica como mitológica, desfigurando el vehículo (el cine) y minimizando la esencia dramática (es sustento literario), incluso amputando la palabra que es el colmo de la pretensión o propósito-desproposito. Si ese ese el objetivo, ¡cumplido!

    Pero dejemos al margen forma y transmutación de ubicación y personajes, ¿y las emociones? ¿y la fascinación? ¿y la elevación sensorial y mística? ¿y la trascendencia? ¿y la admiración interpretativa de los inexistentes diálogos líricos por sus actores? ¿y…? Es lo último que escribiré sobre el gran Pasolini y esta película, así que cuando publiques sobre «Mamma Roma» y «Accatone» y su muerte, éste que suscribe no dará más la lata al respecto, que por hoy ya está bien de despotricar del pobre Pier Paolo y mi tozuda ignorancia de lo que cuenta y como lo cuenta.

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