GUERRA (Sin novedad en el frente)

Forma de conflicto socio-político más grave entre dos o más grupos humanos. Es quizá una de las más antiguas de todas las relaciones internacionales, aunque se convierte en un fenómeno particular con el comienzo de las civilizaciones, y supone el enfrentamiento organizado de grupos humanos armados, con el propósito de controlar recursos naturales o humanos, o el desarme, o para imponer algún tipo de ideología o religión, sometimiento y, en su caso, destrucción del enemigo. Las guerras se producen por múltiples causas, entre las que suelen estar el mantenimiento o el cambio de relaciones de poder, dirimir disputas económicas y/o territoriales, etc. (Wikipedia)

“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero no se matan”
Erich Hartmann (1922-1993) Piloto de cazas alemán

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE (All quiet on the western front) – 1930

quiet

Director Lewis Milestone
Guion Lewis Milestone, Maxwell Anderson, Del Andrews y George Abbott
Fotografía Arthur Edeson
Música Heinz Roemheld
Producción Universal
Nacionalidad Estados Unidos
Duración 131m. B/N
Reparto Lew Ayres, Louis Wolheim, George «Slim» Summerville, John Wray, Arnold Lucy, Russell Gleason, Ben Alexander, Harold Goodwin.

«Es sucio y doloroso morir por la patria, el mejor modo de servirla es seguir con vida. Hay millones de hombres muriendo por su país… ¿A quién beneficia?»

En pleno período de afianzamiento del cine sonoro apareció esta majestuosa adaptación de la novela pacifista de Erich Maria Remarque que narraba la angustiosa subsistencia de unos jóvenes germanos en la Gran Guerra, desde su incorporación al ejército hasta el postrero armisticio, pasando por los espeluznantes combates bélicos en los que participaron. El propósito marcadamente antimilitarista de la película unido a la cruda y conmovedora autenticidad de sus imágenes originaron importantes manifestaciones de protesta en Alemania y desataron las hostilidades entre los nazis y los comunistas, que finalizaron con la prohibición de la cinta. Filmada simultáneamente en versión muda y sonora, con unos formidables recursos técnicos y económicos para la época, constituye la obra más acabada de su autor y un largometraje rotundamente adelantado a su tiempo, como demuestran sus espectaculares e inusitados movimientos de cámara o un buen puñado de secuencias magistrales, como el postrero plano de la mano del protagonista alcanzando una mariposa.

Otras películas sobre GUERRA

Apocalypse now – Francis Ford Coppola (1979)
Platoon – Oliver Stone (1986)
Cartas desde Iwo Jima – Clint Eastwood (2006)

28 comentarios

    1. Totalmente de acuerdo. No tenía claro qué película elegir para acompañar la palabra GUERRA, pero al final me decidí (y creo que con acierto) por esta incontestable obra maestra. Por supuesto es una película absolutamente vigente, pero más que por su discurso por la apabullante modernidad de su tratamiento formal. No parece una película de principios del sonoro, ni mucho menos.

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  1. Yo, al hilo del comentario de Abúlico, diría que manda cojones, con perdón, que esta peli siga siendo una peli más vigente y rompedora que la inmensa mayoría de pelis bélicas que se ruedan actualmente.

    Impresionante, sin más.

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    1. Sin perdón, pues tienes más razón que un santo. Pensé que quizás no la habríais visto, pero me alegro que no sea así. Como le decía a Abúlico, es una película de una vigencia atemporal. No recuerdo ningún film de su época que desprenda tal sensación de modernidad. Suscribo tu calificativo, IMPRESIONANTE.

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  2. Esta vez hubiera añadido a la lista adicional una más, «Senderos de gloria», aunque seguramente se podría hacer una lista aún más larga de buenas películas sobre el tema, como la que ya comentaste «Los mejores años de nuestra vida». Saludos.

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  3. «Senderos de gloria» es una película fantástica, de hecho, pasa por ser mi preferida de Kubrick (además estuve a punto de incluirla) pero, en esta ocasión, al coincidir el vocablo con el nombre de un género cinematográfico, la lista se hacía interminable. ¿Acaso no son obras maestras y también merecerían figurar en la entrada películas como «La colina de los diablos de acero» de Mann, «La condición humana» de Kobayashi, «Masacre: ven y mira» de Klimov, «La delgada línea roja» de Malick o «Salvar al soldado Ryan» de Spielberg, por poner sólo cinco ejemplos…? Un abrazo, Santiago.

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  4. Sin duda una de las películas de mi vida. Apabullante, magistral, desoladora y demoledora obra maestra del género y del cine, con un lirismo que te arranca el alma. Gran elección querido amigo. Dentro del subgénero antibélico, me quedo con ésta, Remordimiento, El arpa birmana y Rey y patria.

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  5. Me alegro que estés de acuerdo con mi elección. La película de Milestone engloba (¡y de qué manera!) todos las características del mejor cine bélico: drama psicológico («Remordimiento»), antimilitarismo («Senderos de gloria»), violencia («Uno rojo, división de choque»), espectacularidad («Apocalypse now»)… Aunque, sin duda, su vigencia atemporal y su absoluta modernidad estilística es lo que más me sorprende de esta producción de ¡1930!

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  6. Sí, pero «Johnny cogió su fusil», como «Remordimiento», trata un antimilitarismo basado en las secuelas de la guerra, mientras «Senderos de gloria» lo hace desde las entrañas del conflicto. En esa misma línea, hay un sinfín de grandes películas sobre las consecuencias de la estupidez bélica, desde un ámbito físico e individual (la peli de Trumbo) o desde una perspectiva social (o moral) como «Alemania año cero» de Rossellini.

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  7. Puestos a citar, no olvidemos “Intolerancia”, 1916, de David W. Griffith, y “El gran desfile”, 1925, de King Vidor, pioneros alegatos pacifistas; “Sin novedad en el frente”, 1930, de Lewis Milestone, que en gran medida marcó las pautas narrativas y emocionales del cine bélico; “Remordimiento”, 1932, de Ernst Lubitsch, unicornio en la obra de su autor y un hermoso viaje interior hacia la redención; “La gran ilusión”, 1937, de Jean Renoir, quintaesencia del humanismo; «Roma, ciudad abierta, 1945, de Roberto Rossellini, reinterpretación del cine realizado hasta la fecha, y plasmación del neorrealismo en estado puro; «Los mejores años de nuestra vida«, 1946, de Willian Wyler, emotiva cinta sobre el sombrío retorno; “El arpa birmana”, 1956, de Kon Ichikawa, lirismo frente al mayor engendro humano; “Senderos de gloria”, 1958, de Satanley Kubrick, la obra antimilitarista por antonomasia a todo lo que representa el estamento castrense; «Nobi», 1959, de Kon Ichikawa, otra desoladora obra maestra del director nipón; “Rey y patria”, 1964, del proscrito en la caza de brujas Joseph Losey, que en su pequeñez teatral me sigue pareciendo un desnudo superior a la obra maestra de Kubrick, eso sí, sin su talento técnico; “Johnny cogió su fusil”, 1971, de Dalton Trumbo, otra víctima del «macartismo», mejor novelista y guionista que director, y una obra que se confecciona como un alegato de la eutanasia; “El quinto sello”, 1976, de Zoltán Fábri, el chantaje como depredador de los principios; “Apocalyse Now”, 1979, de Francis Ford Coppola, uno de los pilares del cine moderno; “Ran”, 1985, de Akira Kurosawa, probablemente la visión mas lúcida del ser humano jamás contada y por ende de la guerra, si bien no estrictamente bélica; y “Salvar al soldado Ryan”, de Steven Spielberg, la guerra mejor filmada y una sobresaliente obra pese a su ingreso y epílogo.

    Reniego y lo haré siempre de iconos fílmicos como «La chaqueta metálica«, menor en todos los ámbitos; «Platoon«, previsiblemente estereotipada; «La delgada línea roja», ejercicio de estilo viciado de impostura estética y, peor aún, en continúa homilía; «Banderas de nuestros padres», fallida e innecesaria imitación técnica de la obra de Spielberg y de desarrollo descompensado y reiterativo; o «El cazador», lastrada de metraje y orquestada en tres bloques desequilibrados.

    Obviamente hay muchísimas, pero el género está plagado de películas demasiado elementales, sectarias o efectistas.

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  8. Me gustaría añadir a la lista «El Puente», quizá una peli menor, más costumbrista que otra cosa, pero que retrata perfectamente la estupidez de la guerra y el adoctrinamiento de la chavalería que muere en ella.

    Aparte que para los años que tiene ha envejecido bastante bien a mi juicio.

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  9. Sin duda, un dilatado repaso por los distintos contornos del mejor cine bélico. Te agradezco Altaica que hayas nombrado la película de Fabri, pues no la conocía. Tomo buena nota e intentaré conseguirla.
    Acertada la inclusión de «El puente», Dessjuest, un impactante melodrama bélico de trasfondo humanista que evidenciaba el monstruoso potencial del ejercicio bélico para destruir la ingenuidad de las gentes.
    Y venga, completaré el inventario con tres películas ya incluídas en el blog, «Yo acuso» de Gance, «Consejo de guerra» de Beresford y «Lluvia negra» de Imamura, más dos alegatos antibelicistas de Tavernier, «Capitán Conan» y la emotiva, severa y profundamente humana «La vida y nada más».
    De todos modos, la lista es interminable…

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  10. Magnífica aportación de Dessjuest, pues me acordaba de «El puente», que es una magnífica película que tendría que revisarla pues la tengo lejana en la memoria, pero de la que guardo un gratísimo recuerdo.

    De las que cita Antonio, no he visto la de Gance, y me apasiona «Lluvia negra«. «Consejo de guerra«, es notable, y ya que hablamos de una producción australiana, ¿qué opináis sobre Gallipoli?, creo que su final es terriblemente emocionante. Hace muchos años que la vi, pero me pareció magnífica. Por cierto, Antonio, salvo la de Fabri, ¿hay alguna película que no hayas visto? Es increíble tu formación cinematográfica. Creo que será difícil que localices la del director magiar y yo la vi hace décadas, pero en su surrealismo y su peculiar manera de narrar, me emocionó una barbaridad. No sé como la habrá tratado el paso del tiempo. Espero que siga tal cual la vi, pues me puso los pelos de punta.

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  11. Hay muchas que no he visto, faltaría más. Ahora, si hay algo que aprendí de mi pretérita cinefagia compulsiva es la necesidad de informarte y seleccionar. Si no tenemos tiempo material para verlo todo, debemos intentar deleitarnos con el cine de mayor calidad posible y ése es desde hace tiempo mi objetivo. En cuanto al final de «Gallipoli», tan asombroso como impactante. Un abrazo.

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  12. La verdad es que esta entrada está dando un juego enorme, vuelvo a rogar se me permita opinar sobre «Gallipoli», película que ví hará ya unos años, de la que recuerdo que le sobraban bastantes minutos, sobre todo en la estancia de los protas en Egipto y tal, un poco de tijera en el montaje le hubiera venido genial.

    El final pues eso, sobrecogedor, un poco falseada la historia, como en toda peli histórica o basada en hechos históricos, pero que cumple su función perfectamente y creo que solo por esa escena merece la pena mirarla desde un punto de vista antimilitarista.

    Aunque la escena más antimilitarista es esa de la primera parte en la que le cuentan al anciano que van a la guerra para defender a Australia de los turcos, la respuesta del buen señor es antológica.

    Saludos.

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  13. Nada de rogar, estás autorizado para hacer todos los comentarios que creas oportunos. Faltaría más, es un lujo para mí tener seguidores como vosotros.
    Creo recordar que «Gallipoli» no era excesivamente larga (a lo mejor me equivoco), aunque quizás habían pasajes en los que decaía bastante el ritmo. De todos, era una peli con unos personajes muy bien delineados y un atractivo visual deslumbrante. Oye, comentaba Altaica la cantidad de películas que he visto, pero no me negaréis que vosotros tampoco habéis perdido el tiempo en materia cinematográfica.
    Tienes razón, esta entrada está dando mucho juego, y para celebrarlo os dejo unos cuantos títulos más: «Objetivo Birmania» de Walsh, poderoso y didáctico manual de supervivencia en combate; «La balada del soldado» de Chujrai, y «Tiempo de amar, tiempo de morir» de Sirk, ambos melodramas bélicos de un desesperado romanticismo poético; y «La gran guerra» de Monicelli, una magistral parodia de la convivencia de la tropa en pleno conflicto.

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  14. Ya que hablas de romanticismo poético me gustaría mencionar una peli también ambientada en la primera guerra mundial, «Largo Domingo de Noviazgo», peli que seguramente habréis visto pues es relativamente reciente, más allá de su parte romántica, de búsqueda, de investigación y demás tiene unas escenas en las trincheras que para mí son las que mejor han reflejado en el cine las miserias de ese frente occidental, esos primeros minutos de la película para mí son sencillamente magistrales, dramáticos pero realistas, porque a veces la realidad es tan cruda que para alcanzar el dramatismo sólo hace falta acercarse a ella.

    Saludos, un honor para mí compartir impresiones con vosotros, y no es un cumplido fácil, a Altaica le admiro desde hace tiempo y se lo tengo dicho, a Abúlico qué decir, me parece un chaval con una clase impresionante, sabe y se expresa de maravilla, a tí te descubrí hace poco pero ya me tienes ganado 😀

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  15. Pues mira, ahora te voy a sorprender, pero no he visto «Largo domingo de noviazgo». Si no me equivoco, es del mismo director de «Amelie» y ésta te confesaré que no me convenció demasiado. Quizás por eso no me había decidido por ella. Ahora que si a ti te gustó, en este mismo momento pasa a formar parte de mis películas pendientes. Ya te contaré…
    Gracias, por tus palabras. Yo también estoy orgulloso de compartir párrafos sobre cine con vosotros. Tú ya me has desmostrado que, además de poseer un lúcido, directo e incomparable sentido del humor eres un cinéfilo enmascarado y tanto Altaica como Abúlico son dos maestros de la prosa cinefílica. Por tanto, el honor es mío…

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  16. Nos falta irnos de cañas y darnos abrazos al empezar las copas.

    De la que cita el gran Dessjuest, y digo gran pues todos lo admiramos por su sentido del humor, sabia ironía y una virtud que está en peligro de extinción, la humildad, decir que es una película magnífica, pese a su hipertrofia y exceso. La ejecución formal de la misma es impresionante y observarás que cada plano, secuencia o ángulo está estudiado al milímetro. Pese a su, como digo, demasía y reiteración en los elementos de la búsqueda, creo no equivocarme si digo que es una película maravillosa. Y como dice Dessjuest, sus secuencias bélicas hacen un maravilloso homenaje a las trincheras de «Sin novedad en el frente» y «Senderos de gloria». Formalmente es una joya y como obra global, muy notable pese a sus descompensaciones.

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  17. Por cierto yo tampoco vi en «Amelie» la obra maestra que todos indican, sin dejar de reconocer la capacidad de este autor para dibujar ambientes y personajes mágicos, singulares y especiales. Pero no me llegó a hipnotizar como a otros. Curiosa y especial, pero nada más. Mucho más me gusto, por ejemplo, Delicatessen. Me faltan por ver dos, y una de ellas es de este año. En realidad estamos ante un contador de cuentos y da igual donde ubique la obra, con una capacidad de crear atmósferas prodigiosa. En tal sentido me interesa muchísimo más que el idolatrado Tim Burton, al que detesto en lo más profundo de mi ser y del que no entiendo su éxito.

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  18. Le dejo aquí a Dessjuest, una crónica que hice en su día sobre esa película que muchas veces cita, «Largo domingo de noviazgo».

    Volvemos una vez más al cosmos mágico, casi atemporal por momentos de su director, quien nos sumerge en un mundo más cercano a la ensoñación que a la incivil realidad. Nos movemos en una atmósfera preñada a partes iguales de poesía, lirismo, postales de ataño y cuentos de ilusionismo. Es como si pasáramos las hojas del álbum que aún atesoran nuestros padres y que pertenece a la familia tras varias generaciones, y cerrando los ojos traspasamos esos bellísimos cromos desgastados de color sepia, para de forma irremediable deambular entre paisajes, luces, colores, prados, pueblos de cuento y miradas sencillas y limpias. De repente se derrama la taza de café para dejar sus bellas estampas oscurecidas y rotas, pero incapaces de perder su belleza, pese a esa guerra líquida entre lo trágico y lo cómico, los amores imposibles no por mágicos y sí por reales. 

En esta insondable película, lo funesto y lo mágico son elementos que copulan desde el comienzo hasta su final, maridando como pocas la belleza más sublime con lo más despiadado del ser humano. En un “imposible” ejercicio de dirección, pues cada fotograma está estudiado al milímetro, capaz de fusionar múltiples secuencias en las que lo dantesco y lo onírico nos dejan estupefactos en un mismo plano, donde la cruel guerra y lo cómico van de la mano y donde la ironía se muestra tan lúcidamente arrebatadora. Todo resuma cine por cada poro de esa enorme piel que envuelve la película, a modo de epidermis nostálgica, abrumadora. Un cuento triste de ironía finísima.

    La guerra está filmada en un nuevo malabarismo entre lo clásico y lo moderno, pero siempre arrojando pétalos incendiarios, besos de helor, perfumes ya tenues, colores de luminosidad apagada. Si la historia es bellísima y por momentos ridículamente maravillosa, sus enormes virtudes e innegables defectos conviven en un impresionantes ejercicios de estilo. Toda la obra es pura magia cinematográfica por talento y por homenaje. Es uno de los ejercicios de dirección mas trabajados, profundos y agotadores que he visto. Pero puede que a veces observemos cierta incapacidad para aligerar de lastre la búsqueda, su reiteración, el siempre presente exceso, la por momentos cansina intriga. Pero nada es capaz de olvidar la fascinación que despierta o disminuir un ápice la complejidad de sus personajes, en tanto que siempre bordean lo exquisito y lo patético. 



    Toda la propuesta pretende de forma sistemática quebrar los sentimientos para volverlos a recomponer, en una sucesión sin tregua. No hay recreo para el descanso, no hay la más efímera demagogia, pues el discurso poético lo lastra sin remedio de la tristeza más profunda. Enfrenta lo más limpio del ser humano con las profundidades de nuestra alma, en un juego por momentos macabro y siempre mágico.

    Pocas películas se adentran en el conflicto bélico de la manera que lo hace ésta brutal en el fondo obra, que un detallismo estético digno de admiración esconde un paseo lúgubre por la condición humana. La miseria se viste de cuento. La historia se visita a si misma, se aleja y retrocede como un acordeón de guión y montaje con fuelle infinito. Tal vez ese juego expansivo y comprimido a modo de viaje ácrata en el tiempo y de curvas mil en lo narrativo; no sea bien entendido. Es cierto que no hay dosificación, no hay mesura, no hay descanso en la fábula moral y estética propuesta, y es por ello que a veces somos incapaces de gobernar la información caóticamente inverosímil, de asimilar los ríos de belleza, los caudales de color y el saco de sentimientos, voces, paisajes y fantasmas de este viaje mágico y cruel por las entrañas humanas.

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  19. Uff, vamos por partes:
    Dejemos tranquilo al bueno de Tim Burton, ya le llegará su momento. Pronto daré entrada en el blog una película suya, Altaica, y entonces tendrás la oportunidad de despellejarlo a tu gusto.
    Si además de Dessjuest tú también me recomiendas «Largo domingo de noviazgo», entonces el tema cobra visos de urgencia. Habrá que verla y pronto. Además tu crítica ha acrecentado todavía más mi curiosidad. ¿Hay algún blog u otro tipo de publicación en la que uno pueda deleitarse con críticas como ésta? Ya me contarás.
    Estuve tentado de aludir a un comentario similar al que tu hiciste respecto a tomarnos unas cañas y darnos antes unos abrazos (no estaría mal la idea, por cierto). La frase era de «Reservoir dogs» y no la transcribiré por no incurrir en groserías ni ordinarieces…

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    1. Querido Antonio, si supieras las veces que hemos intentado convencer al hombre este para que se hiciera un blog…

      Pero nada, y la verdad es que uno busca sus comentarios por donde suele encontrarlos de vez en cuando, siempre afilado y siempre sincero, qué decir de la crítica a la peli, jamás pudiera yo haber expresado tanto, y mira que también le dediqué una entrada hace tiempo 🙂

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  20. Haciendo arqueología encontré esta entrada. Acerca del tema recomiendo la película «Uomini contro» (en España «Hombres contra la guerra»), película dirigida por Francesco Rosi, con la actuación (entre otros) de Gian Maria Volonte y Alain Cuny. La película está basada en el libro «Un año en el altiplano» de Emilio Lussu.

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      1. Con todo el respeto que me merece la película “Horizontes de gloria”, creo que “Uomini contro”, tocando un tema similar, es mejor. (Entre paréntesis, si en la película de Kubrick el personaje del general Mireau causa rechazo, el general Leone, en la película italiana, realmente exaspera).

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